OPINIóN
Internacional

Escuelas vacías, supermecados llenos y mucho nerviosismo

Tras superar el millar de afectados, las autoridades españolas comenzaron a tomar drásticas medidas para atajar la epidemia.

Coronavirus
Coronavirus | Pixabay

La hija de mi mujer, que volvió casi de noche después de entrenar en el gimnasio, descargó su ira apenas entrar en casa: “No puede ser, suspendieron las clases por quince días”. No es que a Isabel le apasione el instituto, pero está en el último año y a la vuelta de la esquina tiene la prueba para el ingreso en el Conservatorio Superior. Yo que me horrorizo con las escenas de horror, inmediatamente llamé a mi hija Nicole para comentarle la novedad. También de 18 años, y al igual que Isabel, está cursando el último año de instituto. No sólo estaba ya al tanto, sino que volví a horrorizarme con otra escena de horror: “Estoy abrumada, no sé que voy a hacer. Todo se va a retrasar. Cómo y cuándo voy a preparar la EBAU (examen de ingreso a la universidad)”. ¿Qué sucedió?

Coronavirus, Dengue y otro virus muy peligroso: la TV

El coronavirus SARS-COv-2  finalmente mostró en España, sobre todo en Madrid, Vitoria y La Rioja, su peligro largamente anunciado. Desde su surgimiento en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019, la epidemia continúa su avance por el planeta dejando, hasta el momento, unos 116.000 afectados y poco más de 4.000 muertos a nivel global; mientras que en Europa los enfermos alcanzan los 16.000 y los muertos 3.140. También los datos en España son preocupantes. A momento de escribir este artículo, los infectados alcanzan los 1.648 y los fallecidos pasan la treintena (36). Como si el año bisiesto fuese más bisiesto a partir de Wuhan.

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En tan sólo las 24 horas que transcurrieron de la noche del domingo al lunes, los casos de Coronavirus se duplicaron hasta llegar al millar de infectados confirmados. Ante la inminencia de que el virus ya no es un problema grave sólo en Italia, el Gobierno de la Comunidad de Madrid, primero, y el Ejecutivo español, después, aplicaron una serie de medidas – cierre de guarderías, colegios primarios, secundarios, universidades, reestructuración de las camas de los hospitales, suspensión de los vuelos desde Italia y fútbol sin público, entre otras – que hicieron sonar las alarmas con una fuerza inusitada hasta ese momento, que a punto están de generar un cierto grado de pánico social.  Vayamos por partes.

Coronavirus: ¿un tema de salud o de defensa?

Como siempre sucede en estos casos, el dinero es el primero en asustarse, y mucho. Por caso, el IBEX 35 (índice de referencia de la Bolsa de Madrid) cerró la sesión del lunes con una caída del 3,21%, llevando el parqué a niveles de septiembre de 2012. Sin embargo, al miedo de los inversionistas se le sumó el de una parte importante de la población. Y, en estos casos, la invasión a los supermercados es de manual. En efecto, en muchos de estos establecimientos las góndolas se vaciaron a la velocidad que se propaga el virus. Las colas en las cajas para pagar alcanzaron en algunos supermercados la hora de espera. Como curiosidad un fenómeno que también se dio en otros países: el papel higiénico es el producto estrella. Se observa como una especie de obsesión hacerse con la mayor cantidad de rollos. Mientras los distribuidores afirman en todo micrófono que le ponen por delante que no habrá problemas de abastecimiento, puede verse a jóvenes, viejos, no tan jóvenes, hombres y mujeres llevando su carga tan preciada: sus codiciados rollos de papel higiénico.

Más modesta es la visión de personas protegiéndose con mascarillas en la calle y en los medios de transporte público, aunque vale destacar que hasta hoy prácticamente no se veía a nadie tomando precauciones de ese tipo.

Efecto del coronavirus en las bolsas del mundo y en Argentina

El estado de tensión que vive España ante la amenaza del Coronavirus, ya es casi comparable a la tensión política en la que está inmerso el país desde hace cuatro años. Las coincidencias de la gripe con las pestes medievales, y otras, mucho más cerca en el tiempo, mezcladas con las apuestas bursátiles y ansia de consumo, será una fuente que dará mucho material para escribir, con permiso de las adolescentes más preocupadas por su futuro académico que con gripes de difícil nombre científico.