La primera frase -"regrese del parque con sus residuos"- es conocida por muchos y es muy obvia. Fue una revolución. Contra lo que muchos pensaban que iba a ser un error, sacar los tachos de los Parques Nacionales para que sea la propia gente la que se lleve sus residuos, funcionó. La gente entendió. De igual modo, y con la misma lógica de hacerme cargo de mi impacto en la naturaleza, la compensación de la huella de carbono se está transformando en una revolución.
Y nuevamente, es una buena revolución, siempre y cuando la medición de la huella de carbono no implique ir directamente a la compensación sin antes hacer un plan para esforzarse al máximo en reducir emisiones, luego de lo cual, lo que no se pueda en ese momento reducir, deberá entonces ser compensado.
El tema es tan grave como simple. Las consecuencias hace tiempo han dejado de ser algo percibido como lejano (Ej: se derriten los glaciares, dramático pero queda lejos) para pasar a molestarnos de manera directa: olas de calor y frío extremo, incendios recurrentes, sequía estructural, huracanes más agresivos.
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La causa es clara y el consenso científico es contundente: es el incremento sostenido de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera, producto de la actividad humana industrial.
Hay dos focos claves de generación de emisiones: la quema de combustibles fósiles para generación de energía y transporte y la deforestación.
Emisiones en el planeta
Desde un tiempo, muchas empresas han reaccionado queriendo compensar su huella de carbono. Para lograrlo hay que dar tres pasos: el primero, medir la huella de carbono. El segundo, hacer todo lo posible por reducirla. El tercero y último, compensar aquellas emisiones que por el momento no se puedan reducir.
Más que compensar la huella de carbono
¿Cómo se compensa la huella de carbono? Si mi empresa emite 10 toneladas de C02 a la atmósfera tengo las siguientes opciones de compensación:
- Salvar un bosque: evitar la emisión de otras 10 toneladas de C02 presente en un bosque amenazo de ser deforestado de manera inminente.
- Regenerar un bosque destruido: esto implica intervenir una zona deforestada y aplicar acciones regenerativas, una de ellas (no la única) implica plantar árboles. Esto con el tiempo absorbe C02 de la atmósfera.
- Reducir emisiones con cambios tecnológicos: cambiar el suministro de energía de la empresa por fuentes limpias como solar, eólica, biogás o centrales de paso. Reducir el uso del transporte en la empresa.
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Se necesitan bosques y biodiversidad: si se eliminan, se debe compensar su pérdida.
Sin dudas, la primera opción es la más urgente y la más eficiente. Implica, además de evitar las emisiones por deforestación, salvar toda la biodiversidad presente en el bosque salvado. Es literalmente salvar la casa de todas las especies del bosque.
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Y finalmente, y más importante, es muchas veces generar oportunidades de empleo y recreación para las comunidades locales.
Entonces, para hacerla simple, ¿Por qué debiéramos compensar nuestra huella de carbono? Porque implica literalmente lo mismo que regresar con los residuos de un Parque Nacional en lugar de dejarlos allí, aunque sea en un tacho.
O sea, nuestras emisiones son la basura que generamos dentro de este gran Parque Nacional que es el único planeta que tenemos. No le dejemos nuestras emisiones, no le dejemos nuestra basura. Compensemos.
*Director de Banco de Bosques
