OPINIóN
Educación

Si todos los estudiantes son distintos, ¿por qué enseñarles de igual manera?

Diversidad, aulas inclusivas, heterogeneidad son palabras que cada día encuentran espacios en los diseños curriculares, pero requieren de una gestión especial para convertirse en un modelo sistémico.

Crisis educativa: uno de cada cuatro docentes abandonan las aulas tras el primer año de clases
Crisis educativa: uno de cada cuatro docentes abandonan las aulas tras el primer año de clases | TELAM

Si todos los estudiantes son distintos, ¿por qué enseñarles de igual manera? Para que realmente puedan aprender, debemos ser capaces de ofrecer tareas desafiantes, potentes y estimulantes que los impulsen a desarrollar sus capacidades individuales. Más aún, cuando partimos de realidades y contextos complejos en los que la escolaridad no ha sido y no es una prioridad.

Este enfoque supone, entonces, un nuevo modo de mirar a las escuelas, a sus actores y a los procesos de enseñanza y aprendizaje. Hablamos de la necesidad imperiosa de reconocer trayectos formativos anteriores y saberes que impactan al interior de cada una de las aulas de nuestro país, pero también de experiencias laborales que hacen que la escolaridad no siempre esté en el primer plano.

Diversidad, aulas inclusivas, heterogeneidad son palabras que cada día encuentran espacios en los diseños curriculares, en los proyectos institucionales, en los debates académicos, en las investigaciones y en las páginas de los diarios, pero que requieren de una gestión particular para convertirse en un modelo sistémico.

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Vincular la educación con el trabajo es el horizonte al que apuntamos cada vez más organizaciones del tercer sector. Este objetivo nos exige trabajar en conjunto con todos los actores de la sociedad para que, entre todos, podamos pensar en formatos flexibles que se ajusten a la realidad de cada aula, de cada grupo y de cada estudiante. Éstas son las respuestas que nuestros jóvenes necesitan de parte de un sistema acostumbrado a estandarizar las prácticas en escenarios de amplia heterogeneidad.

¿Por qué enseñarles de igual manera?

Ser testigos activos de la vuelta de un joven a la escuela, es una experiencia de altísima intensidad, porque sólo los que hemos sido parte de esta posibilidad, sabemos de los esfuerzos individuales e institucionales que hay que poner a rodar para que finalmente suceda. 

Desde 2022, en UnitedWay Argentina nos propusimos acompañar a estudiantes con trayectorias escolares interrumpidas para que terminen sus estudios secundarios, pero que también aprendan oficios que les permitan mejorar su inserción en el mercado laboral. 
Ante la incertidumbre que genera el volver al sistema, es importante entender que no podemos repetir los mismos errores de un sistema que los expulsó de su escolaridad.

El desafío es concentrar un sinfín de voluntades e intervenciones para rediseñar y volver a armar un camino posible para que esa trayectoria vuelva a recuperar el norte. 

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Es en este camino que apostamos al esquema de tutorías como un modo de acompañar a 490 estudiantes de tres jurisdicciones (CABA, Misiones y Mendoza), de los cuales el 96.53% ha logrado continuar con su escolarización. 

Hoy ampliamos el programa para sumar a más de 160 nuevos estudiantes. El alto porcentaje es producto del compromiso que tanto estudiantes, tutores y escuelas asumen con el diseño de una propuesta que se propone diseñar distintos modos de organizar los tiempos, los espacios, los agrupamientos de los alumnos y el uso de los recursos. 

La vuelta a la escuela, sin duda alguna, genera oportunidades y nuevos horizontes para los estudiantes. Trabajar en conjunto y acompañarlos nos permitirá además construir un sistema educativo más desafiante y relevante, alineado con el desarrollo de un país más justo.
 

*Gerente de Proyectos de UnitedWay Argentina