El dirigente republicano y el líder de Cambiemos tenían una agenda cargada, que iba desde los acuerdos comerciales hasta la crisis en Venezuela y la amenaza nuclear de Corea del Norte. Pero la política doméstica terminó metiendo la cola, más precisamente en el menú.
Es que el almuerzo en homenaje a Mauricio Macri abrió con una entrada de agnelottis de ricota al limón, el cítrico que es precisamente eje central de uno de los conflictos entre Argentina y Estados Unidos, ya que nuestro país busca reabrir la importación hacia el Norte. Tras el encuentro, Trump prometió darle "una muy seria consideración" al tema y se mostró "muy favorablemente dispuesto" a revisar la medida que frenó el ingreso de frutas argentinas.
El otro punto curioso estuvo en el plato principal: chorizo con papas. Los asesores republicanos probablemente lo hayan sugerido como un toque de color en homenaje a la cocina vernácula, sin saber que el embutido es motivo de polémica en nuestro país. Desde Cambiemos ven al choripán como un ícono de las movilizaciones "destituyentes" y "armadas" del peronismo, el kirchnerismo y el sindicalismo. El propio presidente destacó, en su mensaje ante la movilización del 1A, que la marcha se había realizado "sin choris". El parfait de trufas de mocca y el crumble de cacao probablemente hayan ayudado a digerir la sorpresa.