Entrevistado por Jorge Fontevecchia en su programa Periodismo Puro, el economista Alfonso Prat-Gay recordó la "bonanza" de 2016 y analizó las causas de la actual crisis económica. Además, recordó cómo es que el gobierno de Mauricio Macri prescindió de él: "estaba la idea de que, una vez resuelto, el crédito debía llevárselo otro".
Prat-Gay contó que durante 2017 mantuvo "diálogo con distintos integrantes de Cambiemos: políticos, integrantes económicos de mucho fuste, de mucha influencia, tratando de hacerles ver lo que pasaba". "Incluso con el Presidente, tratando de hacerle ver que la situación macroeconómica no estaba ordenada y que nadie estaba mirando el problema comercial", recordó.
A continuación, el fragmento de la entrevista donde habla de gradualismo, atraso cambiario y déficit comercial:
—Fuiste el padre del gradualismo económico, a diferencia de lo que pensaban Federico Sturzenegger y Carlos Melconian. En el último reportaje que te hice, en 2017, afirmabas que se habían ganado las elecciones gracias al gradualismo. Pero hay quienes te acusan de ser quien generó la situación en la que no hubo otra alternativa que ir al Fondo Monetario Internacional. ¿Qué hubieras hecho vos en la crisis de 2018?
—Quiero creer que no hubiera tenido la crisis de 2018. No lo puedo demostrar, pero recordemos que me fui un año y medio antes. Cuando nos fuimos del Ministerio de Hacienda, la economía ya estaba encaminada. Algo que incluso pudo observarse en ese segundo semestre del que tantos hablan.
—El segundo semestre estigmatizado.
—Como tantas otras cosas que se estigmatizan. Si se observa con absoluta asepsia el segundo semestre de 2016 desde el punto de vista económico, fue el mejor de la gestión de Macri. Entre junio y diciembre, entre puntas, la economía creció algo más del 2 y pico por ciento, lo que implica una tasa anual del 4,5%. La inflación entre puntas, entre junio y diciembre, fue, si recuerdo bien, del orden del 17%, 18% anualizado. Y venía bajando. La pobreza bajó durante ese segundo semestre. Y en alguna medida por eso me pidieron que me fuera.
—¿Ya no te precisaban?
—El PRO siempre tuvo la visión optimista de que esto es sencillo, de que era factible resolverlo. Desde la vereda de enfrente yo proponía un acuerdo social porque creía que era complejo. También estaba la idea de que, una vez resuelto, el crédito debía llevárselo otro. Durante 2017 tuve mucho diálogo con distintos integrantes de Cambiemos: políticos, integrantes económicos de mucho fuste, de mucha influencia, tratando de hacerles ver lo que pasaba. Incluso con el Presidente, tratando de hacerle ver que la situación macroeconómica no estaba ordenada y que nadie estaba mirando el problema comercial.
—Marcabas que el déficit comercial era peor que el déficit fiscal.
—Fue la razón por la que la comunidad internacional se asustó con Argentina. Cuando nosotros salimos al mercado inmediatamente después o inmediatamente antes de resolver el conflicto con los holdouts, hicimos una primera emisión en la que los inversores estaban dispuestos a comprar bonos por 70 mil millones de dólares. ¡Cómo cambiaron las condiciones después! Lo que le sorprendió a la comunidad internacional fue el déficit de cuenta corriente.
—Por el atraso cambiario.
—Exactamente. La mala estrategia antiinflacionaria de creer que había una bala de plata para reducir la inflación, que es la tasa de interés. Es algo que no pudimos desterrar en el debate interno. La tasa de interés provocó el atraso cambiario, el atraso cambiario provocó este deterioro notable en el balance comercial. Si vos medís el último trimestre de 2017 y lo anualizás, estás hablando de un déficit de cuenta corriente de casi 7 puntos del PBI. No hay muchos países de mercados emergentes que resistan semejante déficit sin un ataque especulativo. En enero de 2018, cuando todavía la discusión era quién del PRO iba a suceder a Macri después de su segundo mandato, termino una entrevista con Marcelo Longobardi y me entra un mensaje al WhatsApp de un ministro, no importa quién, que me decía: “Alfonso, ¿me podés explicar por qué te preocupa el déficit comercial?”. Tomo eso como evidencia muy clara de que nadie estaba mirando esta cuestión. Cuando vos atomizás tanto las decisiones económicas no hay un tablero general en el que alguien a cargo identifica los problemas: “Acá hay un problema”.
—Cada uno está focalizado en su ombligo.
—Suponé un edificio en el que están todas las cámaras de seguridad. Tiene que haber alguien a cargo que evalúe dónde puede haber un problema. Acá no había nadie a cargo. No había ni siquiera una cámara de seguridad enfocada en el déficit comercial. Y cuando apareció fue de sorpresa. La reacción, ante el primer escarceo del mercado, fue salir a defender el peso. Y el problema era precisamente el peso. Como cuando un médico hace un mal diagnóstico...