Alfonso Prat-Gay se refirió a la polémica que surgió esta semana tras el primer debate presidencial en torno a la deuda externa contraída durante la gestión kirchnerista y la que se sumó en el Gobierno de Mauricio Macri. En esa materia, Alberto Fernández aseguró que el presidente actual llevó las obligaciones externas "al 100% del PBI" y que parte de los fondos prestados por el FMI "se los fugaron sus amigos". "La plata del FMI fue para pagar las deudas que dejaron ellos", replicó luego Macri. Entrevistado por Jorge Fontevecchia en Periodismo Puro, el exministro de Hacienda intervino en el debate y además analizó cómo debería renegociar la deuda el próximo Gobierno.
—En tu caso, ¿vos preferirías asumir la economía de un país con la deuda que va a recibir Alberto Fernández o uno como el que recibió Mauricio Macri, con precios relativos desordenados?
—Tomás dos variables cuando el análisis es mucho más amplio. Pero acepto. Resolver la distorsión de precios relativos que heredó Macri era mucho más complejo que cualquier otra cuestión de 2003, y posiblemente más compleja que varias de las cuestiones que va a tener que enfrentar el próximo gobierno. Hay mucha confusión en la cuestión de la deuda. Lo vimos estos días, cuando reapareció Cristina Fernández de Kirchner hablando del tema. También con lo que dijo Alberto Fernández en el debate. El aumento de la deuda durante la gestión de Macri no tiene nada que ver con el planteo de “se la llevaron sus amigos”. No tiene nada que ver con lo que llaman “fuga de capitales”. La fuga de capitales medida por el Indec fue mayor durante las dos gestiones de Cristina, (88 mil millones de dólares) que durante la de Macri. Son números que están completamente a la vista.
—¿La fuga de capitales de Cristina iguala a la de Macri?
—La fuga de capitales fue más extensa en el tiempo y más voluminosa durante los dos mandatos de Cristina. Respecto de la deuda en particular hay muchas confusiones: si es deuda externa, si es deuda interna o si es deuda pública. Son distintos niveles de deudores y distintos niveles de acreedores, y habría que mirar los números para clarificar el debate.
—Adelante.
—El último dato del Ministerio de Hacienda, creo que de agosto o septiembre, informa que el total de la deuda pública del Estado nacional en dólares es de 310 mil millones de dólares. La deuda al final de 2015, bien medida, incorporando las cosas que el kirchnerismo ignoraba, como los holdouts, los juicios con el Ciadi que después esta administración terminó reduciendo, esas obligaciones que el kirchnerismo ignoraba y que alguien tenía que resolver, era mucho mayor.
—¿Deuda que existía y no estaba registrada?
—Exacto. Esa deuda era, para ser conservador, de 245 mil millones de dólares. Vale decir que durante los cuatro años de gestión de Macri la deuda se incrementó en 65 mil millones de dólares. Ese incremento de la deuda no es muy distinto del déficit fiscal primario acumulado durante esos cuatro años. Cabría preguntarse quién generó la herencia, porque Macri heredó un déficit fiscal mucho mayor. Si Macri no hubiera reducido el déficit que le dejó Cristina, hoy la deuda sería mayor. ¿De quién sería la culpa? Me parece que es un error compartimentalizar en cuestiones de tan largo plazo que tienen que ver con el Estado de derecho y responsabilidades soberanas, como si todo empezara y terminara en un mandato. Hay mucho de la herencia que es parte del funcionamiento del Estado. Pero en números concretos, hay 65 mil millones de dólares más de deuda pública del Estado nacional que en 2015.
—Sumando la deuda registrada y la que no lo estaba.
—Esos 65 mil millones de dólares son más o menos 16 mil por año, lo que significa entre 3 y 4 puntos del PIB. Y eso es el promedio de lo que fue el déficit financiero total de Argentina en estos cuatro años. Nuevamente, ¿de quién es la culpa? ¿Del que administró la situación durante esos cuatro años? ¿O del que entregó la situación con aquella deuda y con un déficit fiscal muy grande? Si Macri no hubiera hecho nada, la deuda hoy sería todavía mayor.
Alfonso Prat-Gay: "Muchos piensan que apenas asuma Alberto Fernández tendrán la heladera llena"
—¿Qué hará Alberto Fernández con la deuda? ¿Renegociarla con quita?
—Se viene una negociación, porque desde todos los lugares políticos hay una vocación de ir en ese sentido. Hasta la propia administración del presidente Macri mandó un proyecto de ley al Congreso en esa línea. Alberto Fernández habla de una opción a la uruguaya. Esa es la discusión que se viene. No vamos a tener ninguna certeza de cómo sigue hasta antes del 28 de octubre, porque no sabemos quiénes van a ser los responsables de administrar esta cuestión tan urgente. Aun en el caso de que asumas que va a ganar Alberto Fernández, es tan diverso el equipo de economistas que lo acompaña que es difícil pronosticar qué va a hacer.
—¿Qué harías vos?
—Lo que hay que hacer es sentarse con los acreedores y encontrar el equilibrio entre lo que se puede pagar y lo necesario para retomar el acceso a los mercados y comprometerse a eso. La pregunta es cómo se va a resolver la situación si Argentina no tiene la posibilidad de refinanciar los vencimientos de la deuda. El año que viene, entre intereses y vencimientos de capital, los números que hay que pagar rondan los 25 mil millones de dólares. Quienes proponen una solución amigable piensan que puede resolverse relativamente fácil, sin peleas. Eso nos permitiría acceder al mercado para refinanciar estos vencimientos.
“El aumento de la deuda de Macri no tiene nada que ver con el planteo de ‘se la llevaron sus amigos’.”
—¿Eso harías vos?
—Hay que observar lo que no se está mirando en estos momentos. En la discusión entre quita o no de capital nadie mira el problema de los intereses, que es el que llegará más temprano. Los intereses de la deuda del año que viene van a andar cerca de los 10 mil millones de dólares. Si solamente estiraras los plazos, la pregunta es: ¿te alcanza para acceder al mercado? Y entre una combinación de más superávit primario y acceso al mercado, ¿podés pagar esos intereses? Si no alcanzara, se debería llegar a una solución mucho más dura.
—¿Una combinación de estiramiento de plazos y refinanciación de los intereses?
—Se podría establecer un período de gracia. El mercado está preparado para algo mucho más duro que una solución al estilo de la de Uruguay. Eso se ve en la forma en que se están cotizando los bonos. Pero también el mercado va a necesitar certezas relativamente pronto.
Lea acá la entrevista completa
D.S.