El ministro del Interior de la Nación, Rogelio Frigerio, brindó una entrevista para el ciclo Periodismo Puro, que conduce el CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia, y se refirió a la crisis que se vivió en la Argentina durante el último año. "Enfrentamos una crisis muy severa de la cual recién ahora estamos saliendo. Lo hicimos después de haber podido normalizar y calmar las variables macroeconómicas. Esto redundará en una baja de la inflación, en una recuperación del consumo y del nivel de actividad", recalcó.
A continuación, un extracto de la entrevista:
—¿El Fondo Monetario Internacional promueve políticas desarrollistas?
—El Fondo Monetario Internacional no promueve políticas en los países. Es un prestamista de última instancia. Garantiza que el deudor sea solvente para recuperar el crédito. No es más que eso. Las políticas son un tema de cada gobierno.
—Más allá del Peronismo Republicano, ¿no está el desarrollismo mejor expresado en políticas como las de Roberto Lavagna que en las que implementó el Gobierno en el último año a partir de la necesidad de financiamiento y de las imposiciones del Fondo?
—Es difícil hacer ese planteo en el contexto de una coyuntura tan compleja y tan difícil como la del último año. Sin embargo, mantuvimos políticas claves como la política energética. No hemos dado marcha atrás ni un centímetro en la consolidación de un sistema verdaderamente federal como lo entendía mi abuelo. No hemos suspendido el plan de infraestructura, que es el más ambicioso, por lo menos desde los años del gobierno de Frondizi a esta parte. Por supuesto que la coyuntura obliga a tomar decisiones difíciles. Precisamente para salir de esos problemas. Después de, como dije al principio, siete trimestres consecutivos de crecimiento, enfrentamos una crisis muy severa de la cual recién ahora estamos saliendo. Lo hicimos a partir de haber podido normalizar y calmar las variables macroeconómicas. Esto redundará en una baja de la inflación, en una recuperación del consumo y del nivel de actividad. Es algo que pasará en los próximos meses, no tengo dudas. Pero fue un año de enfrentar una crisis muy severa en la Argentina, que además nos agarró mal parados porque no habíamos podido resolver problemas de muchas décadas en los primeros tres años de gobierno.
"El FMI no promueve políticas en los países. Es un prestamista de última instancia. Garantiza que el deudor sea solvente para recuperar el crédito. No es más que eso. Las políticas son un tema de cada gobierno".
—Más allá de los problemas exógenos, ¿qué se hizo mal para que la crisis afecte más a Argentina?
—Nos agarró mal parados la crisis de abril del año pasado. El cierre de los mercados financieros para la región surgió con los cambios que se dieron también en la política monetaria de los Estados Unidos, de la Reserva Federal. Quizás podríamos haber hecho más previamente para que esa crisis no nos agarrara tan mal parados. Es difícil de determinar lo contrafáctico. Además hay restricciones desde el punto de vista político. En política no siempre se hace lo que se quiere, sino lo que se puede.
—Hubo una polémica esta semana entre Guillermo Nielsen y Nicolás Dujovne. Nace cuando el ministro le dice a Alberto Fernández “nos tuvimos que endeudar por el déficit que ustedes dejaron” y el ex viceministro le responde “no, el endeudamiento fue voluntario porque ustedes quisieron además hacer el más ambicioso plan de obras públicas”. ¿Cuánto de “nos agarró mal parados” es parte de la propia decisión del Gobierno de hacer algo que no era sustentable en el tiempo o podría no serlo y cuánto verdaderamente exógeno?
—Creo que Nielsen no forma parte del equipo de Alberto Fernández por decisión de ellos. Independientemente de eso, está claro que nosotros tuvimos que lidiar con el financiamiento de un déficit fiscal que se venía acumulando desde hace muchos años, que el kirchnerismo no por decisión sino por falta de opción lo financió con emisión monetaria. Cuando tuvieron mercados donde endeudarse, como por ejemplo los préstamos de Venezuela, acudieron a ellos aunque tuvieron que pagar el 15% anual en dólares. Pero fue esa falta de acceso a los mercados lo que los llevó a emitir pesos para financiar todo ese déficit que además fue la génesis de este proceso inflacionario del que todavía nos cuesta salir. Ese déficit no lo pudimos resolver: recién el año pasado después de mucho esfuerzo y de haber hecho la negociación probablemente más larga de la historia en términos del Presupuesto, del proyecto del Presupuesto, pudimos aprobar un Presupuesto con equilibrio fiscal. El año que viene tenemos que pasar a un presupuesto superavitario para empezar a corregir y a resolver el problema de la deuda, que es manejable. Todavía la deuda argentina en términos relativos no es un problema, pero claramente tenemos que salir de ese proceso y aprender a no vivir eternamente de prestado, como venimos haciendo ya desde hace muchas décadas en nuestro país.
—Guillermo Nielsen fue mano derecha de Roberto Lavagna con la deuda. ¿Tu abuelo consideraría a Lavagna desarrollista?
—Me es difícil decirlo. Probablemente algunas cosas de Lavagna puedan emparentarse con la política desarrollista. Pero también uno es uno y sus circunstancias. A Lavagna le tocó un período de gobierno de muchísima bonanza externa, quizás la bonanza exógena más importante que hayamos vivido los argentinos.
—Tanto los clásicos, Marx, Keynes, los monetaristas y los desarrollistas generaron herramientas que dependen del contexto económico, y que hay que aplicar en distintas proporciones.
—Son instrumentos que todo economista debe conocer. Es imposible gobernar con un solo libreto. Más allá de que la teoría monestarista es relativamente reciente, los clásicos de la economía se escribieron hace muchísimos años en circunstancias muy distintas.
"Después de siete trimestres consecutivos de crecimiento, enfrentamos una crisis muy severa de la cual recién ahora estamos saliendo. Lo hicimos a partir de haber podido normalizar y calmar las variables macroeconómicas. Esto redundará en una baja de la inflación".
—¿Se podría interpretar que lo más moderno es una evolución de lo anterior?
—Como economista, y sobre todo si tiene responsabilidades en la gestión de un país o un Estado, tiene que tener conocimiento de todas estas herramientas, de todo este instrumental macroeconómico, pero no puede intentar implementarlo fuera del contexto y de la coyuntura. No sirve un único manual o un único libreto, ni siquiera el del desarrollismo de la década del 60, porque las condiciones cambiaron profundamente. Por eso digo que el desarrollismo es un método de abordaje a los problemas más que una receta independiente del contexto. Entiendo el desarrollismo como un método crítico de análisis de la realidad que sí es adaptable a los distintos contextos o coyunturas históricas.
Frigerio: "Kicillof fue el responsable de esta inercia inflacionaria y estos desbarajustes"
—¿Cuál es tu balance del acuerdo con la Unión Europea y el Mercosur?
—Es muy importante. Es de esas cosas que también se van a terminar de apreciar con el tiempo. No es únicamente mérito de nuestro gobierno, porque este es un proceso que lleva más de veinte años. El Presidente y su equipo tuvieron la eficiencia en la gestión como para resolverlo, y no solo eso: hubo un liderazgo regional y vínculos con la Unión Europea como para terminar de cerrar esta integración, que será muy importante para nuestro país. Básicamente porque en el corto plazo habilita, cuando se den las aprobaciones que faltan desde el punto de vista parlamentario de ambas regiones, el ingreso de productos argentinos en los que somos altamente competitivos.
Precisamente por ser muy competitivos es que Europa nos cerraba las puertas o nos ponía barreras y condicionamientos. Al mismo tiempo, nos da un tiempo prudente, prudencial, para el ingreso de productos europeos en nuestro país como para que podamos ponernos a la altura de ese desafío. A partir de ahora depende de nosotros aprovechar esta habilitación rápida, que nos da la posibilidad de llevar nuestros productos, el fruto del trabajo argentino, a Europa, un mercado que representa casi una cuarta parte del PBI mundial. También deberemos estar muy preparados en estos años que tenemos por delante para la competencia también con el mundo en productos donde claramente todavía no somos tan competitivos.
Leé la entrevista completa siguiendo este link
D.S.