—¿Cómo ves las elecciones de Córdoba en carácter nacional, hay algo que pueda ser extrapolable a nivel país?
—Lo que nuestra elección da es que si hacés una buena gestión, claramente la gente distingue de la gestión, y distingue los cargos ejecutivos de legislativos. Eso viene pasando por lo menos en nuestra provincia hace tiempo, y lo que se ha dado también, porque nadie entiende cómo en elecciones legislativas, a lo mejor un partido, en este caso Cambiemos, hace dos años hizo más del 50% de puntos, y después, cuando tiene que competir para las elecciones ejecutivas, no llega con las posibilidades para gobernar la provincia. Esto se basa absolutamente en la gestión y en la generación de un modelo cordobés, que en este caso tuvo, distinto de otras oportunidades, el gran apoyo de Córdoba Capital; esta vez obtuvimos una diferencia que nos permitió ganar la elección. Y en medio también de una gran renovación de dirigentes, porque en Córdoba se cumplió a rajatabla la imposibilidad de ser reelecto. O sea, los intendentes solo pueden estar dos años y los legisladores también. Esto pasa en muy pocos lugares que los legisladores, intendentes, jefes comunales…, lo cual generó todo un cambio en el sistema o en el ejercicio del sistema, de los liderazgos que venían de hace 20, 30 o 40 años, en algunos casos, fueron reelectos y en otros no; el mismo esquema pero hay un nuevo mapa político. Si uno quisiera ver poselecciones a gobernador, en las intendencias también.
—¿Hay un cambio generacional? ¿Qué queda del Córdoba de De la Sota?
—La irrupción de De la Sota fue en un momento crítico de la provincia, en el cual solo el gobierno provincial miraba o era un gobierno montado o pensado exclusivamente en la capital, con muy poca penetración en el interior. Aparte, un gobierno que tenía muchos conflictos abiertos con docentes, con la salud, con los intendentes. A los intendentes les llegaba un peso, creo que De la Sota fue el gobierno que generó parte del corazón de lo que entendemos como el cordobesismo, que para nosotros significa el respeto a todas las instituciones, ayudar a los intendentes más allá de su signo político, trabajar con la producción y trabajar bien federalmente. O sea, que las obras lleguen a cada rincón de la provincia. Él empezó haciendo un pacto claramente con la educación, construyendo escuelas; hoy debemos tener construidas más de mil escuelas. Prometió una rebaja impositiva que cumplió, para ayudar a los vecinos y a la producción, y también generó programas insignes, como el PPP, dirigido a los jóvenes para su primer trabajo, y asimismo creó otro programa en otro gobierno, pero que son programas como el boleto educativo, que permite que los jóvenes tengan el boleto gratis para ir a estudiar a cualquier centro educativo de toda la provincia.
“No pienso para nada salir del modelo de respeto institucional, pero tenemos que hacer cambios”
—Pero la generación de De la Sota es la misma que la de Schiaretti, mientras que con la tuya hay un salto de una generación de diferencia. ¿Empieza una especie de kilómetro cero en el peronismo cordobés en el que se dejan atrás la generación y el legado de lo que eran De la Sota y Schiaretti?
—No diría dejar atrás, lo que digo es construir un escalón sobre el escalón que se construyó antes. Entonces, nosotros tenemos que tomar lo que tanto De la Sota como Juan Schiaretti han construido, y ponerle la impronta de una nueva generación, no dejarlo atrás. Cuando digo: “Ahora empecemos con un camino cero”, no significa volver para atrás, sino es como cuando uno ve distintos escalones, un escalón hizo Juan, un escalón José, otro Juan, ahora nos toca a nosotros construir otro escalón. Y creo que en esa construcción viene lo que tiene que ver con transformación digital, innovación y con ponerle a la gestión, pero sustentado sobre los escalones anteriores. No pienso para nada salir del modelo de respeto institucional. No pienso para nada salir del modelo de que gobernar es generar trabajo, que se subsidie acá la generación de empleo, no la generación de desempleo. Voy a hacer un programa ahora para personas de más de 45 años, para que tengan la posibilidad de volver a trabajar. Las decisiones judiciales acá se cumplen; tenemos que seguir en este modelo de trabajo con todas las instituciones sociales y especialmente con las instituciones productivas. Córdoba tiene un microclima que han construido tanto José como Juan, con instituciones, con obras que apalancan esto, con programas que hay que continuarlos. Ahora, para resolver los problemas de la nueva generación que nos toca, para mejorar la seguridad, salud, la educación, que fueron temas muy debatidos en este tiempo, vamos a tener que cambiar paradigmas, que la otra generación no lo pudo hacer y que nosotros sí tenemos que animarnos a dar discusiones sobre cuál es el límite entre lo público y lo privado. Cómo introducimos la transformación digital en todo, cómo introducimos también los conceptos de economía circular, de protección del ambiente en materia productiva. Esos son los debates que fuimos dando. Principalmente, los vecinos de Córdoba lo que votaron es: “Martín, hay que continuar”. Pero aun los que votaron continuar quieren cambiar, o sea, no continuar igual. Córdoba es exigente, quiere estar cada vez mejor. Entonces, nos parece que hay que continuar, pero tenemos que hacer esos cambios.
“Fuimos con una coalición nueva, semejante a las coaliciones que se arman en Europa”
—De alguna manera, como símbolo, ¿por eso es que no subió Schiaretti el día del triunfo?
—Justamente pasó una situación, que es importante contarla. En Córdoba hicimos una reforma política en la cual las elecciones no las organiza el Gobierno, como se hace a nivel nacional. Hay un ministerio que organiza las elecciones. En la provincia de Córdoba, y en la ciudad tampoco, no es el Gobierno el que organiza las elecciones. Es la Justicia; en la ciudad se buscan tres jueces y se construye un poder aparte, justamente para darles imparcialidad al proceso y al escrutinio electoral. Lo que pasó fue que el escrutinio electoral en transmisión de datos no estuvo acorde con las normas que necesitamos; es decir, a las 10 y media de la noche, como cualquiera, poder conocer los resultados. Si bien Córdoba tiene sus variables y es una provincia que es un país, es como Uruguay, es el segundo distrito electoral del país, 427 comunidades y ciudades, cuatro millones de habitantes. Pero más allá de eso, tenemos tranquilamente toda la capacidad en talento y tecnología para poder hacerlo; eso no resultó, falló, y claramente todos los cordobeses, hasta las 2 de la mañana, prácticamente no pudimos tener ni siquiera las proyecciones. Nosotros sí teníamos las proyecciones y los otros también, porque uno tiene las mesas testigo y todo; nosotros sabíamos, a las 10 y media, que habíamos ganado. Para eso, si tus adversarios no reconocen su derrota, tampoco podés festejar. Entonces, frente a este error que hubo, definimos por la institucionalidad, más allá de tener todas las proyecciones y todas nuestras actas testigo que indicaban que éramos justos ganadores, esperamos hasta las 2 de la mañana. Esa es la diferencia de Córdoba cuando uno respeta las instituciones. A las 2 de la mañana recién salimos y les pude hablar a los simpatizantes que teníamos, decirles que habíamos ganado, pero que también los invitaba a retirarse y a esperar el escrutinio definitivo, porque claramente no nos habían reconocido el triunfo. Me tocó ganar y me tocó perder; hay una frase que dice Felipe González que me gustó mucho: “Las instituciones son entes que crean las sociedades y, por ende, las defiende o no la sociedad”. Frente a un error de esta magnitud, pero que todos nosotros tenemos en claro quién era justo ganador y quién no, se podría haber resuelto con partidos también, reconociendo claramente lo que estaba sucediendo y solucionar ese error. Acá no se reconoció, en parte porque viene la elección municipal y hay una estrategia, y lo que no se quería era que nosotros, a las 10 y media, estuviéramos festejando. Porque eso, para nuestro candidato a intendente, iba a ser un apoyo muy fuerte, que ganáramos en capital, que pudiéramos festejar la gobernación, marca una continuidad y una tendencia de que si el intendente llega a gobernador, por qué ahora los vecinos no nos acompañarían en el candidato a intendente. Esa era nuestra estrategia y, por lo tanto, no tenía ningún sentido que subiera Juan, por eso subí con mi vicegobernadora y con Daniel Passerini. Sí nos acompañó, estuvo con nosotros, saludó a los referentes nacionales que lo estuvieron acompañando y estuvimos con él hasta las tres y media, así que no hubo ningún problema. Pero, aun con la picardía de los otros, respetamos las instituciones, y creo que por eso nos votan, porque uno piensa cómo actúa alguien en los momentos límite. Y en esos momentos la diferencia de cómo actúa alguien también habla de los valores que tiene, y de los valores que no tienen los demás.
—Además de Schiaretti, gobernador de Córdoba, estaba quien va a ser su candidato a vicepresidente en la fórmula nacional, Randazzo, también uno de los referentes, Bossio. ¿Afectó en algo la diferencia, menor que la esperada, a favor tuya sobre Juez, el hecho de que se haya estado discutiendo tres semanas antes de las elecciones la posible incorporación del peronismo de Córdoba a un frente de frentes?
—Lo hablamos con Juan, cuando él asumió tomar esta postura. Y no es ni más ni menos que la postura que ya había asumido tomar yo, este nuevo liderazgo. Esto que decís de cómo partimos de cero, y hoy fuimos con una coalición nueva, semejante a las coaliciones que se arman en Europa, que tienen que ver con lo que nosotros denominamos el partido cordobés, y que planteamos del nivel cero, hacer una coalición amplia con otros partidos, otros dirigentes, a veces sin que venga el partido. De hecho, mi vicegobernadora es una intendenta del Partido Radical, Myrian Prunotto; va a ser la primera vicegobernadora radical de la historia. El viceintendente de Daniel va a ser Javier Prieto, presidente provincial del PRO. O sea que llevamos socialistas, gente de distintas líneas del justicialismo, del vecinalismo, de los sectores de la producción, e hicimos una lista geográficamente importante, distribuimos liderazgos. Entonces, cuando planteamos empezar desde cero, yo sé que para simplificar dicen que ganó el justicialismo, pero ganó una coalición y si no hubiéramos hecho esa coalición, tal vez no hubiéramos ganado. Y el nuevo signo de los tiempos es de buscar acuerdos y consensos que nos permitan gobernar. Entonces, cuando Juan planteaba el frente de frentes, fui uno de los que lo impulsaron, porque me parecía muy bien y muy loable que pudiéramos hacer acuerdos antes de llegar a las elecciones, porque si los acuerdos los hacés a posteriori, terminan siendo condiciones de gobernabilidad legislativas, a veces. Lo podés llevar a otro tramo, pero empezás no teniendo de acuerdo el marco o los conceptos básicos que tiene la coalición. Y como nadie se desarrolla en un país que no se desarrolla, más allá de ganar o perder en lo que resultara ese frente de frentes, me parecía que había que colaborar con la Argentina, así que después habrá que ver cuánto afectó, cuánto no. Tienen que saber que yo estaba de acuerdo en que Schiaretti realizara un frente de frentes y se juntara con distintas expresiones del justicialismo nacional, de otros partidos, porque lo mismo hemos hecho en la provincia de Córdoba.
“Dejando de pelear y trabajando en conjunto, hubo una sinergia, nos potenciamos”
—Hablabas del cordobesismo. Ayudanos a entender la particularidad del peronismo cordobés. En las elecciones de 2015, De la Sota estaba aliado con Sergio Massa, que hoy es el candidato a presidente de Unión por la Patria. ¿Cómo se comprende esa relación de De la Sota, el peronismo de Córdoba, con Massa, hoy, en la coalición opuesta?
—A veces, entender la política siguiendo a los dirigentes en su historial, puede ser muy difícil, porque verás dirigentes de cualquiera de los partidos que si hacés la historia de su vida, no vas a poder entender lo que hizo cuando tenía 19 años, lo que hace ahora cuando tiene 60. A lo mejor, me parece que no se va a poder entender el cordobesismo desde que ese planteo. El cordobesismo es una expresión que hemos construido entre todos los cordobeses, tiene que ver con un claro concepto que es gobernar, crear trabajo, como te decía, para generar trabajo. Desde siempre pensamos que hay que acompañar y trabajar con las fuerzas privadas, las tenemos que acompañar, apoyar, y por eso hablamos de subsidiar el empleo y no el desempleo. Por eso subsidiamos la radicación de industrias, ayudamos al comercio y a los servicios, trabajamos con universidades para generar más talento. Y por eso, te das cuenta de que Córdoba es una de las provincias per cápita con menos empleados públicos de la Argentina. Necesitamos, sí o sí, al definir este modelo, que la actividad privada funcione, con lo cual nos hace trabajar continuamente en la defensa de la actividad privada. Eso ya te da un punto de inflexión. En esa defensa, no solo de programas, de objetivos, del trabajo para mejorar las condiciones, sino también tiene que ver con obras de infraestructura que hemos realizado, estratégicas. Ahí tienen que ver los gasoductos, las rutas. Pasamos de ocho parques industriales a 52. Entonces, ver al Estado trabajando con los emprendedores, los empresarios, trabajando unidos, limpiándoles la cancha como para que puedan caminar más fácil… Ahí estamos en conjunto. No estamos en contra de la actividad privada, estamos acompañando a la actividad privada. Para eso también sabemos que necesitamos dos cosas: primero, respetar la seguridad jurídica. En los lugares en donde no hay seguridad jurídica, no puede crecer la actividad privada; nosotros respetamos la seguridad jurídica y la fortalecemos. No solo respetamos los fallos judiciales, sino que los jueces son nombrados por la magistratura y no son cambiados por el poder central. Pero a la vez, en las leyes que generamos, le damos previsibilidad y tiempo. No va a haber ninguna empresa que haya venido a invertir a Córdoba a la cual se le haya cambiado una legislación. Cuando se dice: “Acá te damos tantos años de eximición de ingresos brutos y nos comprometemos a hacer tal obra para que tu inversión sea factible”, eso se realiza. Y lo segundo tiene que ver con el clima del respeto y del talento. El talento se genera en ciudades en las hay libertad, en gobiernos en los que hay libertad. Acá no hay persecución. Vos podés pensar distinto, pero nunca ningún dirigente, oficialista u opositor, te va a poder decir que en Córdoba se lo proscribió o que se le dio persecución. Los medios son libres de decir lo que quieren y lo que opinan. No perseguimos; nuestra sociedad defiende la integralidad religiosa, y tenemos como valor la posibilidad de defender a todos los credos, razas, género o diversidad sexual. Entonces, todo esto, acompañado de nuestra potencia educativa y productiva, genera que Córdoba parezca otro país inmerso en la Argentina. Pero no lo somos, por eso la Argentina nos afecta cuando no tiene una economía que pueda acompañar el crecimiento y el progreso de Córdoba. Nos afecta cuando tiene una economía que no piensa en la producción, que castiga la exportación. En ningún país del mundo existirían las retenciones, porque es ir sobre el que exporta. En todos los países del mundo al que exporta se lo premia, así produce más, porque exporta el trabajo a otro lugar del mundo. En Córdoba sufrimos las retenciones y pudimos generar esta provincia de esta manera, aun sacándonos, que este año van a ser más de tres mil millones de dólares, solo en retenciones. Incluso sin declarar economías, por ejemplo, regionales como la producción del maní. En materia de comercio exterior, estamos superando nuestro per cápita. Córdoba es, casi diría, un país productivo, de talento, trabajo, esfuerzo en el interior de una Argentina, en donde no se desarrolla, no crece y, aparte, en ese no crecimiento y desarrollo, nos vive metiendo las manos en los bolsillos a todos los cordobeses, una por vía de la retención y la otra al no darnos los fondos que nos tiene que dar. Porque, por ejemplo, cuando reparten los fondos para el transporte o para el agua o la luz de una manera totalmente subsidiada, beneficiando al AMBA, pero perjudicando a Córdoba, ahí también es una manera de discriminar a los cordobeses y, por supuesto, al interior de la Argentina. Cuando Córdoba plantea esto porque tiene este nivel económico, termina siendo la voz de la Argentina federal, termina siendo la voz de la Argentina silenciada. Esa voz que a veces no puede hablar porque tiene una relación directa, o tan fuerte con los subsidios o con la relación nacional, que le impide expresarse en contra; lo he visto. Nosotros vamos a hablar por ellos. Defendemos el subsidio al transporte, porque queremos que nos den justicia en el transporte, queremos que hagan obras en todas las provincias. Las obras estratégicas que faltan, todavía no conectaron el gasoducto. No hicimos la salida con mirada al Pacífico. No tenemos los trenes necesarios para que el Norte pueda producir más. No utilizamos lo pluvial como un factor de desarrollo. En el Libro blanco de la UIA encuentran todas las obras necesarias para que las economías del interior puedan crecer por dos, por tres o por cuatro. Pero a veces en la Capital toman decisiones de favorecer un puente, un soterramiento, un paso a nivel, que el mismo valor que tiene armar una de estas decisiones en el interior que multiplicaría por dos, o por tres la producción. Por eso creo que la diferencia esencial de Córdoba con la Argentina es que nosotros somos cuidadosos en nuestra macroeconomía, porque tenemos superávit, tanto la provincia como la ciudad. Pero sabemos que no hay que estabilizar solo la macroeconomía, sino la macroeconomía en conjunto, con un plan de desarrollo productivo. La macroeconomía sola no sirve, si no tenés un desarrollo de producción y de empleo para generar progreso a todos los argentinos. Eso es lo que hacemos humildemente en Córdoba.
—¿Esa voz de Córdoba es la que se está escuchando en provincias cercanas, como San Luis o San Juan?
—Las provincias estamos perjudicadas por este modelo federal de desarrollo y que ha perjudicado incluso al AMBA, porque un vecino que no tiene posibilidades de crecimiento en Jujuy, cuando no tenés posibilidad de desarrollar se van a Capital Federal, rebotan en Capital y terminan en el AMBA, viviendo a veces en menores condiciones, pero con más condiciones de las que tienen en su tierra natal. Ahora, ¿por qué se van de su tierra natal? Porque los planes, los programas de desarrollo integral de la Argentina no existen. Entonces, al no existir la potencialidad que tienen, ni ayudar desde el país a desarrollar cada una de las provincias, lo único que se ha desarrollado es el AMBA, todo es más barato, existen un montón de oportunidades que en el interior no están, pero también se respira el sufrimiento, los valores de marginalidad. Y aquellos vecinos que vivían en el AMBA desde antes, o los de Capital Federal, reciben esa migración, no logran contenerla, no logran darles oportunidad a todos. Entonces, si desarrolláramos el país de una manera federal, nadie tendría que tener desarraigo y podríamos hacer un país con más producción. Entender eso es muy difícil. No lo van a entender los de Capital. Hace años que gobiernan pensando solamente en Capital; ese es el primer problema que hoy la Argentina sufre. Nosotros podríamos crecer más, podríamos producir más. Es un país que tiene talento, que necesita obras de infraestructura. Es un país que no tiene problemas religiosos ni guerras internas, tiene tan solo menos de 50 millones de habitantes, cómo podemos tener más pobres, un 50% de pobreza, 150% de inflación y más niños pobres que en condiciones económicas de subsistencia. Eso es claramente la falta de la gestión, desde hace años; no entender macroeconomía. Entender que la macroeconomía va a ser la salvedad de la Argentina. No dar un plan productivo federal para la Argentina. Y a la par, no va a existir nunca sin las políticas referenciales del interior. O sea, tenés que armar un plan minero, un plan de desarrollo productivo en el interior, darle posibilidades, repartir igualdad, darle al que menos tiene, más, para que pueda crecer, desarrollarse. Se le da al que más tiene, cada vez más; eso produce una inequidad de recursos y cada vez la Capital Federal, que es el distrito más rico de la Argentina, recibe más sobre el resto. Así es imposible sacar un país adelante. Córdoba lo que tiene es que claramente empieza a ser un espejo, y fijate que en el último censo crecimos más 600 mil habitantes, pero 400 mil habitantes extra tenemos, por arriba del crecimiento normal. Eso significa que Córdoba en los últimos diez años ha recibido migración interna, incluso en este tiempo, por arriba de la Capital Federal. Simbólicamente, Córdoba se ha concebido para muchos en una tierra de oportunidades, porque empezaron a entender que ir a la Capital es rebotar en el Conurbano y vivir en una condición casi infrahumana; entonces prefieren venir a Córdoba, donde tienen la oportunidad de desarrollarse. Es difícil, porque es una patria del trabajo. Acá no es una patria del subsidio, Córdoba va creciendo mes a mes, año a año, con todas las oportunidades universitarias, y con estos nuevos trabajos que están llegando a ser, saliendo de Capital Federal, Córdoba Capital, como una de las capitales del conocimiento. Están llegando muchas multinacionales para exportar talento, en búsqueda del talento, que no se quiere mover porque en Córdoba vivís en una gran ciudad, a 20 kilómetros de la sierra. Entonces, las nuevas generaciones dicen: “Puedo trabajar, disfrutar el ambiente, estar en el río, hacer ala delta, hacer bici, trekking”. Estamos creciendo tremendamente en todas esas industrias, que ya no quieren vivir en las grandes ciudades, en el smog, la contaminación; todo queda lejos. Quieren calidad de vida, y Córdoba da calidad de vida.
“No estamos en contra de la actividad privada, estamos acompañando a la actividad privada”
—Ayudanos a entender el fenómeno singular y sui géneris de Córdoba, que estamos mirando con ojos porteños. ¿Se podría decir que Córdoba es el triunfo de aquella renovación que empezó Cafiero y no se pudo lograr a nivel nacional? Fuiste presidente del PJ, a comienzo de siglo, eras muy jovencito; De la Sota y el fenómeno del cordobesismo fueron resultado de la renovación del peronismo que empezó Cafiero en aquel momento. ¿Se podría decir que Córdoba es el triunfo de aquella renovación que empezó Cafiero y no se pudo lograr a nivel nacional?
—Hoy soy presidente del Partido Justicialista de Córdoba Capital. Tres o cuatro parámetros, no muchos más. Ser justicialista…
—Te pido una receta para la Nación. ¿Creés que el justicialismo tendría que haber seguido el camino de la renovación que se pudo cumplir en Córdoba y en el resto del peronismo no?
—Hoy dicen que Córdoba parece otro país. El que viene dice: “Se respira otro clima en Córdoba”, y gobierna el justicialismo, ahora gobierna una coalición. Si Argentina estuviera gobernada como Córdoba, estaría mucho mejor. No es que sea otro país, Córdoba no puede ser otro país, vivimos acá, pero si Argentina estuviera gobernada como Córdoba, estaríamos mejor. Vamos a dar tips. Con Juan, cuando me tocó acompañarlo de vicegobernador, la propuesta más fuerte que hicimos fue gasificar la provincia. Cuando todo el mundo discutía. Fue muy difícil explicar que nosotros teníamos Vaca Muerta. De hecho, fui a Neuquén, hice el clúster petrolero de Córdoba, cuando nadie veía, o muy pocos en Neuquén, la potencialidad. En ese momento, Córdoba se puso a trabajar, gasificamos toda la provincia, 3.400 kilómetros de gasoducto hicimos, no hay un pueblo en Córdoba que no tenga gasoducto. Casi el 98% de la provincia, porque pensamos que cuando pase el gasoducto por cada pueblo, para que no se vaya nuestra producción en granos, el gasoducto le iba a dar valor agregado. También administré parques industriales, tanto en San Francisco como cuando fui ministro de Industria. Cualquiera sabe que para hacer un parque industrial tenés que tener gas natural; entonces, dimos el salto de ocho parques industriales a 52 parques industriales. No es que trajimos la gente adonde está la obra, que es lo que hacen Capital Federal y el AMBA o lo que hace este país desde hace mucho tiempo. Llevamos las obras adonde está la gente. No generamos migración interna, y cuando pasás de ocho a 52 parques, es porque extendiste toda la red de gas por toda la provincia… Nosotros estamos claramente en vísperas de que en un país normal, con leyes claras, que Córdoba multiplica su producción por dos o por tres, potenciando y dándoles valor agregado a nuestros granos, lo que se llama la agroindustria. Ahora, en ese interín que Córdoba hizo esto, no podemos conectar Argentina, un gasoducto de Vaca Muerta al Sistema Integrado Nacional. Córdoba lo hizo, demoramos casi cuatro años más desde que terminamos esta promesa con los cordobeses, y perdimos cuatro años de tener gas barato, porque Argentina, en dos períodos, no pudo poner un caño de gas. Y que los argentinos pasáramos de importar a exportar. Porque Vaca Muerta, y al lado hay otra reserva, para quien no lo sabe, con altísima potencialidad. Eso es lo que digo de la Argentina, del atraso. Es no estar pensando en la Argentina del futuro. Se gasta plata en obras que no son estratégicas ni de desarrollo. Ahora me estoy proponiendo ponerle fibra óptica a toda la provincia. Ser la provincia más digital, con accesibilidad. Vamos haciendo obras vinculadas a la creación de talento, a la productividad y a la promoción. En Argentina, ¿cuál es la obra que tiene pensada hacia futuro? Ahora creo que van a terminar conectando un gasoducto; espero que no se queden cortos, porque ahora faltaría que terminen conectando gasoducto que no esté pensado para la Argentina, para los próximos 15 o 20 años, porque nosotros tenemos que pasar de ser un país importador a exportador. Les podemos exportar a Brasil, a Bolivia y a otros países. En definitiva, Argentina puede convertirse en lo que es en minería Australia, o lo que es Canadá para Estados Unidos. ¿Cuánto vamos a discutir sobre la minería? ¿Cuánto vamos a perder nuestra potencia minera? ¿Cuánto vamos a discutir nuestra cuota pesquera? ¿Cuánto nos van a castigar al agro para que no produzcamos más? Entonces, es sobre la producción. Ese gen, me pongo un poco pasional, es el gen cordobés. No veo que lo tenga la Argentina, pero no en los industriales, los productores, los chacareros; no está en la visión de los gobiernos de Argentina, que tienen una visión sesgada por el puerto. Cuando uno vivió pensando entre la importación y la exportación y no en producir, vivió en el intercambio. Ahora, cuando uno piensa en un país que produce, y por supuesto que para producir necesitás balanza comercial de intercambio, porque nadie va a producir todo. En el mundo globalizado, nadie produce todo. Pero pensar en producir, en mejorar. Estamos en la meca del litio; me nombraste provincias como San Juan. A mí me resultó extraña la elección, porque San Juan mejoró y cambió; hay que preguntarles a los sanjuaninos, pero claramente cambió por la minería de San Juan. Está muy bien el vino, la producción vinícola hay que ayudarla, hay que seguir, porque da mucha mano de obra, pero sabemos que los números de la minería, al lado de los números de los viticultores... El único libro que yo vi de obras federales es el de la UIA, que se juntó con todas las uniones industriales en cada una de sus provincias e hizo un libro en el que hay muchas cosas que podés compartir o no, pero es sobre las obras, con lo cual si hacemos estas obras, podemos crecer. No puede crecer un país que no hace obras productivas, no puede crecer un país donde su logística, en un país extenso como el nuestro, es solo el camión. Un país, con los ríos que tiene el nuestro, no usa lo pluvial. Si no ponemos una mirada productiva de la Argentina, no va a haber un plan de estabilización económica que nos salve. Tuvimos estabilización económica y al tiempo nos caímos, porque esa estabilización económica tiene que tener un plan productivo y una mirada productiva. Y tenemos que ver siempre lo que hace Brasil, que es el socio comercial más importante; cuando a Brasil le va bien, a nosotros nos lleva para arriba, además de otros socios. Pero estamos pensando fuera del eje en muchas cosas.
—Parece que es una pasión cordobesa. Te escucho con atención.
—Tenemos que ver siempre lo que sucede en Brasil; es nuestra economía de referencia. Nadie habla de Brasil, tenemos que tener una mirada totalmente distinta y ver los modelos australianos, los canadienses, y tener nuestro propio modelo. Los canadienses ¿con quién se comparan? Van viendo lo que pasa con el país más fuerte que tienen, Estados Unidos, siempre son un poquito más competitivos que Estados Unidos. Y Australia se compara con Asia, y va viendo cómo va compitiendo y qué es lo que va perdiendo en esa dificultad. De hecho, hoy son una potencia minera los australianos. Tenemos potencial, tengo tanta fe, creo que Argentina está por debajo de su nivel. No creo que esta Argentina de hoy es la que nos merecemos. No estamos condenados al éxito, pero tampoco al fracaso. Pero ver que Argentina está por debajo de su nivel me angustia.
“Si no ponemos una mirada productiva de la Argentina, no va a haber plan de estabilización económica que nos salve”
—Vuelvo ahora a la provincia; el 23 de julio están las elecciones para intendente de la capital, tu sucesor. ¿Qué dicen tus encuestas que va a pasar el 23 en la ciudad de Córdoba?
—Creer en las encuestas a esta altura... Hemos hecho una buena gestión; después de muchos años de muchas dificultades de la ciudad, hoy está cada día mejor. Faltan muchas cosas, pero está cada día mejor. Eso ha hecho que los vecinos, valorando la gestión municipal, me acompañaran a la elección a gobernador. Ahora espero que los vecinos que me acompañaron, que me pusieron de gobernador, hagan que este equipo siga trabajando en equipo. Y que me acompañen en la campaña para que el próximo intendente sea Daniel Passerini, porque acá hubo dos cosas que mejoraron la ciudad. Una es una buena administración y el cambio de nuevos paradigmas, con nuevas ideas, transformación digital, cambio del sistema educativo, mejora el sistema sanitario, un montón de obras nuevas, una visión de ciudad distinta tomando conceptos de otros países, en desarrollo urbano. La otra es que también hubo trabajo conjunto con la provincia. Como dice Juan, somos un equipo que trabajamos de memoria, y dejando de pelear y trabajando en conjunto hubo como una sinergia, nos potenciamos. Eso permitió que en tres años y medio Córdoba diera un salto de calidad mucho más grande que lo que podríamos haber hecho solos. Pasando a ser el gobernador, les pido a los vecinos que nos acompañen también y que no nos pongan a alguien que claramente no es del equipo, o que piense más en pelear que en trabajar en equipo, porque es lo que pasó muchas veces. La intendencia de Córdoba es muy grande, la más grande de la Argentina, y claramente se piensa en un posicionamiento a veces político a posterior, para ser gobernador, se privilegia la política y no los vecinos. Y si soy gobernador es porque privilegié a los vecinos y no a la política. Siempre digo, como ya fui intendente de otros lugares, si hacés bien las cosas donde estás, la gente te acompaña. Nuestra campaña está clara, es decirles a los vecinos que acompañen a nuestro candidato a intendente para seguir trabajando en equipo, para que el equipo que esté en la Municipalidad, que pudo hacer bien las cosas, siga, y para que desde el gobierno provincial se pueda trabajar en equipo y no tengamos que perder tiempo en peleas, para que Córdoba siga el camino del progreso. Eso es para mí lo que se decide en Córdoba, y si no se decide, es el valor que nosotros les pedimos que los vecinos tengan en cuenta antes de votar. La buena gestión y el trabajo en equipo con la provincia. El primer partido está definido, porque el gobernador soy yo; hay que definir el segundo, y si no, serán otras cosas que privilegien los vecinos.
“La Argentina nos afecta cuando no tiene una economía que pueda acompañar el crecimiento y el progreso de Córdoba”
—¿Por qué separaron la elección para gobernador, la de los intendentes y las PASO? ¿Cuál es la lógica de dividir en tres la votación nacional, provincial y municipal?
—Córdoba tiene autonomía plena para los municipios, entonces van fijando su fecha de elección. Ganamos en la intendencia de Colonia Caroya, y creo que la próxima semana o dentro de unos días sigue habiendo intendencias. Cada autonomía provincial fija, dentro de un marco que le da a la ley, la posibilidad de poner su fecha, y muchos incluso han separado por Carta Orgánica, que es como la Constitución local, las fechas electivas.
—¿En el caso de la ciudad, tenías la obligación de separarla?
—No, definimos que era mejor separarla para que los temas provinciales no se discutan con los temas municipales, porque la agenda que se abre en lo provincial no tiene nada que ver con la agenda que se abrió en lo municipal, y queríamos que en cada uno de los lados discutiéramos la agenda propia de cada etapa histórica. Que los vecinos no tuvieran las dos agendas en el mismo tiempo de discusión. Creemos que esto va a ser importante. Ahora hay que discutir lo municipal.
“El cordobesismo es una expresión que hemos construido entre todos los cordobeses, y tiene que ver con un claro concepto, que es gobernar y crear trabajo”
—Dijiste que sorprende que en una provincia como San Juan, que ha crecido tanto en los últimos veinte años, fundamentalmente por la minería, el oficialismo pierda. ¿Tenés temor de que haya una especie de ola de corrimiento hacia Juntos por el Cambio y que eso afecte las posibilidades de que la ciudad de Córdoba continúe en manos de tu coalición y del peronismo?
—He visitado San Juan y la he visto progresar y crecer. Creo también que si hubiera ido Uñac, no sé si este hubiera sido el resultado. He visto el cariño que tienen los vecinos sobre el gobernador, y tal vez el resultado hubiera sido otro. Creo que pasar liderazgos, construir un liderazgo de un día para el otro no es fácil. Y creo que eso también se convierte en algo difícil. Si uno pregunta hoy cómo los vecinos de San Juan consideran la gestión, capaz que esté altamente valorizada. Claramente al no poder ir Uñac, la gente sabe que hay progreso, pero creo que debe haber habido un montón de temas y a medida que se acerca la elección nacional, se nacionaliza. Acá la ciudad ya está llena de carteles de candidatos nacionales, en la televisión se habla de la Nación; entonces, si entra ese tema como un valor en la decisión local, claramente afecta. Aparte, ya tenés los candidatos nacionales de campaña, lo vi festejando a Larreta en San Juan, con Poggi también en San Luis. Acá vinieron todos a trabajar para Luis Juez, entonces no vamos a dudar de que hay un proceso de nacionalización y que nosotros que terminamos siendo partidos provinciales, somos el partido cordobés y no tenemos nadie que hable en la televisión de Buenos Aires a favor nuestro, no ocupamos espacio; cuando vienen las campañas nacionales, en la televisión se polarizan las elecciones. Por eso es difícil, cualquier cosa de la nacionalización que se nos meta, más allá de que en este caso tenemos un factor a favor que es que Juan Schiaretti va en una fórmula presidencial y que eso tracciona a favor nuestro, porque el pueblo cordobés tiene un gran cariño por Juan, sabe que ha sido una persona honesta, capaz, y que lo ha llevado al progreso en sus tres gobernaciones, esta vez sí contamos con un dirigente nacional y que yo espero que sea el próximo presidente, por todo lo que te dije, Juan podría convertir la Argentina en un país mejor, podría convertir la Argentina en lo que convirtió a Córdoba.
—Cuando hablabas de la nueva etapa del cordobesismo, marcabas una relación distinta de lo público y lo privado. ¿A qué te referías concretamente?
—Muchas veces, aquellos que dicen peronismo es como que si hacés algo público; si estatizás, sos peronista y, si no, sos un traidor de la Patria, prácticamente. Y no se entiende que la privatización o no, o trabajar con lo privado o no, no tiene sentido, es un instrumento. Lo que te tiene que importar es lo mejor que puedas hacer en el momento histórico, para hacerle la vida a la gente más fácil. Hay servicios que municipalicé y hay servicios que tercericé, o que construí agencias. Sacarnos esos conceptos es ser parte de la nueva generación. Cuando vino la pandemia, pudimos trabajar bien, porque lo público y lo privado dejaron de existir; tomamos toda nuestra capacidad pública y privada, atendimos a los vecinos, tengan o no tengan obra social, a todos por igual. Entonces, lo que estoy previendo a futuro es, primero, hacer una transformación digital, que todos los cordobeses tengan una historia clínica digital, tanto lo privado como lo público, por obligación, cargado en la nube, en el sistema. Porque si te ocurre un accidente…, no puede ser que hoy todavía estemos en una etapa prehistórica, llevemos a la persona que se cayó y más o menos le vamos viendo qué le hacemos o a qué es alérgico, voy a ir a la historia clínica digital. Segundo, en el interior están cerrando las clínicas privadas, están faltando médicos. Donde faltan médicos hay que invertir en hospitales públicos. Tenemos que dejar de ver lo público con lo privado separado. Tenemos que empezar a hacer un gran acuerdo sanitario, que sea entre la universidad, lo público y lo privado, y ver la oferta que ellos tienen. Y sobre esa oferta, trabajar a todas las personas, por supuesto con trazabilidad. En esto es simple, para hacer un caso básico y que todos nos vamos a entender, por lo general tenés un pediatra en un dispensario, y en la ciudad diez pediatras. A ese dispensario le vienen 100 personas, el pediatra no los puede atender. Entonces, por lo general, o tomás otro pediatra, o dejás a la gente sin atención. Cuando está la gente sin atención, el reclamo es sobre lo público. Eso no se puede hacer, porque dejar a la gente sin atención es una locura. Entonces, lo otro que viene es que el Estado carga con otro pediatra. ¿De dónde sacas ese pediatra si no hay recurso humano? Se lo saca a lo privado. Pero se carga el Estado de gasto de inversión pública, como diría otro; después, ese pediatra te queda permanente. Luego, ese barrio creció, no tiene más chicos, a los siete, ocho años; ¿qué hacemos con los dos pediatras que no los podés trasladar? Lo que digo es, tengo un pediatra y tengo otros pediatras privados, hago un convenio y a los 20 chicos que me puede atender el pediatra los atiende, y a los otros los derivo a lo privado. Así en todos los servicios. Ya lo estoy haciendo con los medicamentos. Eso es entender que lo público y lo privado, no tienen la separación de si tenés o no recursos, porque a la familia lo que interesa es que le atiendan bien al chico.
—¿Y en educación?
—Eso parece tan simple, pero es un cambio total de modelo. En educación, una reforma educativa. Necesitamos una educación totalmente distinta. Yo pienso hacer una transformación educativa, primero, que tenga materias básicas, computación, programación, robótica, creatividad, innovación, valores de emprendedurismo, educación financiera. Que empecemos desde el jardín de infantes; yo lo estoy haciendo en Córdoba, en las escuelas primarias. Los chicos del jardín de infantes ya empiezan a pensar computacionalmente, transformamos el sistema educativo. Ahora, cuando lo ves en la provincia, en el jardín de infantes, claramente estoy viendo computación, desarrollo de talento, emprendedurismo. Cambié el sistema educativo, le puse alta conectividad, le compré robótica, le compré computadoras, pero en el interior tengo que hacer eso, pero aparte abrirlo. En el interior tiene que haber materias que dependan de la realidad productiva. Entonces, voy a abrir la educación, a que participe el intendente y a que participe la realidad productiva de la ciudad y que gran parte de esa política educativa, desde el jardín de infantes hasta la secundaria, pueda ser compartida y tenga una visión local de la educación, porque tengo regiones donde van a un estilo de producción y regiones donde van a otro estilo de producción. Algunas son turísticas y otras son de servicio, necesitan talentos distintos. Ahora, necesitamos educación de calidad. Además, voy a mandar los informes. Ellos van a saber cuál es la calidad educativa que tienen en su ciudad, promedio, para que las directoras y todos se sienten. Y muchas comunidades puedan ayudar a mejorar la educación. Un tema fácil, vamos a evitar la deserción educativa. He sido intendente. ¿Creés que el ministro de Educación de la Nación o el ministro de Educación de la Provincia, cuando un chico deserta en una escuela municipal, en un barrio de una ciudad, va a venir a buscarlo? ¿Qué estamos esperando, el Plan Nacional Educativo de búsqueda de niños para que vuelvan a la escuela? ¿O es el intendente el que está más cerca del vecino para ir a buscar a ese chico y traerlo? Voy a hacer que el intendente sea parte de la mesa educativa, y vas a ver, así, como lo está haciendo el mundo, acercando la educación a la sociedad, entendiendo que es el valor central, dándole participación, y ahí vamos a reducir la deserción escolar, a mejorar la calidad educativa y a hacer una educación acorde con lo que los chicos necesitan y con lo que los sectores productivos necesitan, porque son los mismos sectores productivos los que van a trabajar justamente viendo el mapeo educativo, que hoy lo define solo el gobierno provincial.
“Subsidiamos la radicación de industrias, ayudamos al comercio y a los servicios, trabajamos con universidades para generar más talento”
—Las encuestas indican que Rodrigo de Loredo hoy está varios puntos por encima de Daniel Passerini, también indican que con la candidatura de Sergio Massa, el oficialismo nacional, que estaba muy lejos de tener posibilidades de ser competitivo, pasa a serlo; nos encontramos con el gobernador de La Rioja, uno de los promotores de la candidatura de Sergio Massa, Quintela, que dice textualmente: “Córdoba no puede quedar afuera; la visión de los cordobeses es muy importante para el país, y tiene que volver a juntarse con el peronismo”. Paralelamente, hay algunos intendentes peronistas de Córdoba, más cerca de Massa que de Schiaretti. Haceme un corolario final de esta ensalada que es el peronismo cordobés, a ver si podemos entenderlo desde Buenos Aires.
—De Loredo estaba más arriba. En la encuesta que tenemos de esta semana, después del triunfo nuestro, ya estamos unos puntitos arriba; va a ser una elección reñida, eso está claro. Primero, el triunfo nuestro, que la gente lo vio como importante, empieza a jugar esta idea de trabajar en equipo. Segundo, queremos integrarnos al país y creemos que estamos integrados. Lo que pasa es que el país, hoy como está, no juega a favor de los cordobeses, juega totalmente en contra. Y para eso llevamos a Juan Schiaretti como candidato a presidente, para ver si puede hacer lo que hizo en Córdoba, y repetirlo en la Argentina, y de esa manera tener una Argentina mejor. Tercero, los intendentes, el partido cordobés, tenemos de todas las vertientes, y muchos intendentes o dirigentes se han sumado para trabajar en Córdoba, pero claramente dijeron que ellos pedían libertad para lo nacional. En Córdoba acompañan. Te recuerdo que en Córdoba el kirchnerismo presentó una lista, pero había muchos que no estaban de acuerdo con la lista kirchnerista. A nosotros nos presenta una lista todo Juntos por el Cambio ampliado como nunca, nunca se juntó. Por eso es que no es expectativa de poder ganar. Y del otro lado, también para quitarnos votos, el kirchnerismo también hizo una lista. Entonces, quedamos en el medio nosotros con esta coalición. Dentro de nuestra coalición tenés dirigentes del PRO, del radicalismo y también intendentes. Diría no tanto kirchneristas, porque se quedaron en esta lista, pero sí más cerca de ellos que de nosotros, que van a tomar decisiones, porque lo admitieron antes, de que para lo provincial nos acompañaban, como me lo dijo también el presidente provincial del PRO, que va a acompañar a Larreta y así sucesivamente. Muchos dirigentes o radicales, que van a acompañar a Morales, y otros que van a acompañar a Bullrich, pero más de los que vinieron con nosotros están con Larreta, con Morales, algunos irán con Massa, y los del socialismo irán con los del socialismo. Después jugaremos a muerte para poner de presidente a Juan Schiaretti.
Un ejercicio con ChatGPT
Mediante este código QR el lector podrá encontrar en la página web de Perfil.com una versión alternativa a la entrevista de Jorge Fontevecchia al intendente de Córdoba y gobernador electo de la provincia Martín Llaryora, con la particularidad de que fue producida y respondida con inteligencia artificial.
Le pedimos al ChatGPT: ¿Qué le preguntarías a Martín Llaryora si pudieras entrevistarlo?
ChatGPT elaboró un cuestionario de siete preguntas, en las que apuntó a la experiencia de Llaryora en la intendencia de la Ciudad, pero no reconoció que fue electo gobernador el 25 de junio pasado.
Indagó sobre los desafíos que enfrenta la ciudad de Córdoba; su visión a largo plazo en materia de infraestructura, transporte, educación y calidad de vida y su mirada sobre la descentralización y de los gobiernos locales en la Argentina, entre otras cuestiones.
Luego le preguntamos a la IA cómo cree que respondería el entrevistado a cada una de las preguntas formuladas. También lo hizo.
En este enlace QR, el resultado de este ejercicio con inteligencia artificial.
Producción: Melody Acosta Rizza y Sol Bacigalupo.