PERIODISMO PURO
EXTREVISTA EXCLUSIVA

Martín Lousteau: "Me acercan a Macri las diferencias sobre el país que plantea lo más duro del kirchnerismo"

En parte de la entrevista concedida a Jorge Fontevecchia, el economista se refirió a su relación con el presidente, Mauricio Macri. Cree que quienes pueden ayudar a cierrar la grieta "no tienen peso".

Martín Lousteau, en la entrevista de Fontevecchia en Diario PERFIL.
Martín Lousteau, en la entrevista de Fontevecchia en Diario PERFIL. | Marcelo Aballay

El parte de la entrevista concedida a Jorge Fontevecchia, en el marco del programa "Periodismo Puro" emitido por el Canal Nety TV, el economista Martín Lousteu habló a su relación con el presidente, Mauricio Macri. Cree que quienes pueden ayudar a cierrar la grieta "no tienen peso". "A pesar de que ideológicamente tengo muchas diferencias, me gusta cómo trabaja Nicolás Massot. Rogelio Frigerio es otro", dijo el exfuncionario radical. "No percibimos que el resto de los actores políticos tengan peso suficiente para entrar en un proceso de negociación que termine siendo validado".

A continuación, un fragmento del reportaje:

—¿Compartís con Lavagna que la grieta tiene un costo económico?

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

—Y lo vengo diciendo desde hace mucho. Incluso cuando el sentir de la sociedad, por ejemplo en la elección de 2017, hizo que desde el punto de vista electoral no fuera atractivo hablar de lo malo que era la grieta, nosotros hicimos mucho hincapié en eso, básicamente porque si el problema de la Argentina es reimaginar el Estado, nadie tiene una visión completa del Estado, y además un Estado no se puede reimaginar contra otros. La grieta tiene esas dificultades que nos hacen eludir el abordaje profundo, riguroso, definitivo de los problemas de la Argentina. Pero además crea la ilusión, extremadamente peligrosa, y si querés ahí podemos engarzar con lo que acabás de mencionar de Sudáfrica, que es que si el otro no existe, o lo puedo someter, nuestros problemas se solucionan. Y eso es creer en la magia. 

—Cuando le decís eso a Macri, ¿lo ves predispuesto, si llegara a ser reelecto, a cambiarlo, o no?

—No quiero describir lo que piensa el Presidente o lo que surge de mi visión sobre él de las reuniones. Sí te quiero decir que hay que hacerlo antes, no después.

—Pero ¿qué te dice?

—Tiene voluntad para que esto ocurra, pero los actores políticos que podrían ayudar dentro de su espacio están idos. No tienen peso. Emilio Monzó dice siempre que la política es dos cosas. Una, el arte de entender las necesidades del otro. Si la necesidad del otro es un contrato es una cosa, si la necesidad del otro es su identidad, requiere una complejidad mucho más grande que una negociación de recursos. Y lo segundo es abrirse al otro, entregar una parte de uno, generar confianza. Entonces es muy difícil pensar en una ampliación si no tenés actores que generen confianza entre sí. Cuando hablamos de la improbabilidad de que ocurran ciertas cosas en la Argentina, veo que la principal traba es que hemos perdido la confianza interpersonal en un montón de cuestiones, que lo que se habla en público es distinto de lo que se habló en privado, que a veces se habla en privado y se comenta públicamente lo que se conversó en privado, que cuando acordamos algo, después uno se desayuna de que el otro actor dijo algo distinto a lo que dijo en privado. Eso es una tarea de orfebrería que hace mucha falta, sobre todo en esta coyuntura, y veo que los que saben más de esas cuestiones en el PRO están alejados y que habría que recuperarlos rápido. Me acercan a Macri las diferencias con el tipo de país que plantea lo más duro del kirchnerismo.

—Además de Monzó, ¿quién?

—A pesar de que ideológicamente tengo muchas diferencias, me gusta cómo trabaja Nicolás Massot. Rogelio Frigerio es otro. No percibimos que el resto de los actores políticos tengan peso suficiente para entrar en un proceso de negociación que termine siendo validado.

—Frigerio después de diciembre también se iría.

—Si uno acuerda algo con ellos, no estás seguro de que va a ocurrir. Y los otros actores, a fuerza de haber expulsado y atacado al que piensa distinto, no tienen una buena voluntad.

—¿Qué quiso decir Macri cuando dijo “nos estamos conociendo”? Obviamente, se conocen desde hace mucho tiempo, si no, no te habría nombrado embajador.

—Me sorprendí tanto como vos. Mi mujer (Carla Peterson) me dijo que parece una frase de cuando empezás a salir con otro, de preamor.

—También de prenoviazgo o prematrimonio.

—Obviamente, me nombró embajador porque nos conocemos profesionalmente, él sabe las cosas que yo pienso, cómo he actuado en un montón de circunstancias, sabe qué sé y qué no sé. Siempre hemos hablado desde el punto de vista de objetivos muy específicos. Y ahora algunas de las charlas tienen mucho más que ver con una visión más estructural de la Argentina, cuáles son las cosas que traban, las tendencias, que cuando uno mira la superficie de los problemas, y es la visión que suelen tener los economistas, no se aprecian con suficiente profundidad.

—Te está conociendo en una parte que no te conocía.  

—Exactamente.

—¿Y por qué tiene interés en conocerte en una faceta que no te conocía?

—Creo que es por lo que hablamos antes, que las dificultades que él aprecia son distintas de las que le han dicho que existen, de las que esperaba. Me gusta algo que explica muy bien Pablo Gerchunoff, que dice que la Argentina tiene tres tensiones latentes todavía que traban nuestro desarrollo. Hay una tensión latente de nuestra fundación, que es la tensión federal, cómo se reparten los recursos entre la nación y las provincias. Hay una segunda tensión, que es una tensión de clase, que proviene del principio del siglo XX en la industrialización. Y hay una tercera que es la intergeneracional, a partir del quiebre de la seguridad social en los 60. Eso implica que hay muchísimas demandas, contrapuestas entre sí, que tensionan a la economía y al Estado. Y que lo que tiene que hacer la política es ordenar eso, porque si no, el resto de las cosas que nosotros vemos son solamente una manifestación de la carencia de la política para ordenar esas tensiones. Tenemos déficit fiscal porque esas tensiones chocan entre sí y desbordan al Estado. Tenemos crisis económica porque la tensión entre clase y distribución tiene que ver con el tipo de cambio y eso genera atrasos y devaluaciones. Y si la política ordena eso, va a ordenar la inflación, va a ordenar el déficit, va a ordenar la deuda. Mientras opere sobre la superficie, no va a ordenar nada. Creo que el Presidente, ahora que me consulta sobre cuestiones que son un poco más amplias que lo puntual de una coyuntura económica, se refiere a ese tipo de conversaciones. Nos estamos conociendo en las visiones más amplias de cuál es la sociedad. Una charla con el Presidente es muy distinta si es concreta, con ítems específicos que están en agenda, que si es, llamémosle filosófica, más amplia, sobre qué es lo que le ocurre a la Argentina.

Leé acá la entrevista completa

D.S.