En octubre de 2018, Jorge Fontevecchia le realizó una entrevista conjunta al senador Miguel Angel Pichetto con el consultor Jaime Durán Barba para analizar la política nacional y la coyuntura. Esa entrevista tiene una nueva lectura al anunciarse que el titular del bloque del PJ en el Senado se convirtió en el compañero de fórmula de Macri. A continuación, un segmento de la charla.
—Miguel Angel, en un reportaje de estos largos de PERFIL, Marcos Peña marcó un proceso de evolución del PRO al dejar atrás una etapa filoperonista, la alianza que tuvo con De Narváez y con Felipe Solá en 2009 y con Massa en 2013 en la provincia de Buenos Aires. Además de que Duhalde le había ofrecido en 2003 a Macri ser candidato para jefe de Gobierno de la Ciudad por el peronismo. ¿Hay genes peronistas en Macri y puntos de contacto con algunas ideas del peronismo?
P: No. Es una construcción de ponerle distancia al peronismo, incluso a la política tradicional. Algunas alianzas que se podrían haber formalizado en el proceso previo a las elecciones de 2015, los dirigentes más importantes y el propio Macri las descartaron.
—¿Te definirías de derecha, centro o izquierda?
P: De centro. En algunos temas, soy un liberal del estilo americano, creo en una sociedad más libre, con más derechos, con más garantías, con reconocimiento al diferente. He votado por la ley de matrimonio igualitario, por la interrupción del embarazo y todas las leyes que tienen que ver con la igualdad de género, todos los temas que son parte de una sociedad moderna, más libre. Soy un sujeto contradictorio. Pertenezco a una fuerza política con un esquema de conducción vertical, pero reconozco que a veces, eso genera algunas taras, algunos temas ligados al autoritarismo.
Quién es Miguel Ángel Pichetto, el peronista de las mil caras
—Alguna vez dijiste que el peronismo tiene que curar su “tara autoritaria”.
P: Tiene que ver con sus orígenes, con la estructuración de partido de Estado, de conducción militar, con distorsiones que llevan a generar discrecionalidades, a que a veces las mujeres no llegan por un mérito propio, sino por vínculos conyugales. Son cuestiones que hay que revisar a la luz de nuestra estructura histórica, de cómo se construyó el poder.