Las víctimas estaban en estado de shock cuando una cuadrilla policial llegó a su casa del exclusivo country San Eliseo de San Vicente. Había pasado más de una hora del robo, pero todavía no lograban recuperarse del susto. Era tal el nerviosismo que los invadía que en ese momento no pudieron ni describir a los cuatro sujetos que un rato antes los habían tomado como rehenes.
Según fuentes policiales, los autores ingresaron al barrio privado ubicado a la altura del kilómetro 18,5 de la ruta 58 durante la madrugada del martes pasado, aunque el caso recién trascendió ayer.
Juan Rodríguez y su esposa, María Luján Portela, estaban durmiendo cuando fueron amenazados con armas de fuego.
Enseguida, uno de los delincuentes los llevó hasta uno de los baños de la casa del lote 212, donde los maniató y les pidió que no gritaran.
Con las víctimas reducidas, los ladrones comenzaron a revisar muebles, cajones y repisas en busca de dinero, joyas y objetos de valor. De acuerdo a las fuentes consultadas, permanecieron en la casa cerca de una hora. En el parte policial se detalla que las víctimas no pudieron “hacer un inventario de los bienes sustraídos, manifestando que notan faltante de dinero y joyas”.
Mientras la pareja permanecía encerrada en el baño, parte de la banda ingresó a otras casas del barrio con el objetivo de aumentar el botín. Cuando los delincuentes se retiraron, las víctimas se comunicaron primero con la guardia del country y, luego, dieron parte a la policía de San Vicente.
Pistas. En una rápida recorrida por el barrio, los efectivos advirtieron un hueco en el alambrado perimetral y un pozo por el que se sospecha que los delincuentes habrían ingresado y huido luego de ingresar en al menos cuatro viviendas.
De acuerdo con las fuentes, los dispositivos de seguridad con los que cuenta el country fallaron, y además la guardia privada del barrio no llegó a advertir la presencia de los intrusos en el predio que custodian.
Para dar con los responsables de los robos, los investigadores analizan las cámaras de seguridad, mientras no descartan la hipótesis de la participación de un entregador.
El hecho es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 1 del Departamento Judicial de Presidente Perón.
El recuerdo del horror
Los vecinos del country de San Eliseo todavía recuerdan un episodio que marcó a este barrio para siempre: el crimen que cometió Adriana Cruz, la mujer que ahogó en el jacuzzi de su casa a su hijo de seis años para vengarse de su ex marido.
La homicida, de 42 años, enloqueció cuando descubrió que su ex pareja tenía novia. Era marzo de 2012. Lo primero que hizo fue destrozar con un martillo el teléfono celular, y enseguida despertó a su hijo Martín, se encerró con él y lo ahogó en el jacuzzi.
Adriana fue detenida a la mañana siguiente. “Maté a mi hijo para cagar al padre”, gritó a la prensa. Un mes después se suicidó en la cárcel.
