Pasaron siete años de la desaparición de Johana Ramallo (23) en la ciudad de La Plata y prácticamente nada cambió. Su rostro sigue impreso en muchas paredes de la Capital provincial con el deseo que alguna vez alguien cuente qué le pasó y por qué. Este viernes comenzó el juicio por una causa paralela y la familia de la joven mantiene la esperanza de que alguien se quiebre, aunque saben que eso será díficil, muy difícil.
En total hay ocho acusados: Carlos “Cabezón” Rodríguez, acusado de narcotráfico, facilitación de la prostitución, encubrimiento y falso testimonio; Hernán D’Uva Razzari, imputado por explotar sexualmente a su pareja y otros delitos; y tres hombres más (Hernán Rubén García, Carlos Alberto Espinosa Linares y Mirko Alejandro Galarza Senio) procesados por comercialización de drogas y explotación económica de la prostitución.
A ellos se suman tres mujeres conocidas como “Las Viejas”: Celia Benítez (“La Negra” o “La Misionera”), Paola Erika Barraza (“Tormenta”) y Celia Giménez, extestigo clave en la causa por la desaparición de Miguel Bru. Todas están acusadas de explotar económicamente a mujeres en situación de prostitución.
Según el requerimiento de las fiscales del caso, el grupo criminal operaba en la Zona Roja platense entre 2016 y 2017, bajo el amparo del silencio estatal, en un entorno donde la explotación sexual y la venta de drogas generaron un escenario propicio para que Johana Ramallo desapareciera.
El juicio está a cargo del Tribunal Oral Federal N° 2 de La Plata, integrado por los jueces Germán Castelli, Andrés Basso y Nelson Jarazo. La primera jornada comenzó con la lectura del requerimiento de elevación a juicio por parte del juez instructor, seguida por la exposición de la querella y las declaraciones indagatorias de los imputados, quienes decidieron no declarar.
El fiscal general Rodolfo Marcelo Molina, junto a las auxiliares fiscales Brenda Brandwawnman Boffi y María Laura Ustarroz, lleva adelante la acusación en este juicio. La próxima audiencia contará con la declaración de Marta Ramallo (ver aparte), madre de Johana, quien participará como querellante. Será escuchada acompañada por un psicólogo, tal como lo establece la ley para evitar la revictimización.
El juicio se desarrollará mayormente de forma virtual, con audiencias presenciales en momentos clave. Las fechas ya establecidas incluyen las jornadas del 30 de mayo y el 13 de junio, mientras el resto de las jornadas se realizarán por zoom.
El expediente reconstruye el funcionamiento de una organización delictiva integrada por tres grupos principales. Los conocidos como “8/40” se encargaban de captar a las mujeres, vigilarlas y “protegerlas”, reteniendo los ingresos obtenidos por la prostitución y lucrando también con la venta de estupefacientes. El grupo de “Las Viejas” recorría el territorio, cobraba por las “paradas” y ejercía intimidación directa. Finalmente, otro sector de la banda proveía drogas, lo que generaba deudas que las víctimas solo podían saldar mediante el ejercicio continuo de la prostitución.
¿Qué pasó con Johana? La víctima tenía 23 años y era madre de una niña pequeña. Fue vista con vida por última vez el 26 de julio de 2017 en la esquina de las calles 1 y 63, ingresando a una estación de servicio. Había salido de su casa con la promesa de regresar esa misma noche. Nunca volvió.
Sus restos mutilados fueron hallados más de un año después, en agosto de 2018, en la costa de la vecina ciudad de Berisso, aunque oficialmente se supo que eran de ella en 2019. Pese a ello, las circunstancias de su muerte siguen sin aclararse.
La querella sostiene la hipótesis de un femicidio, cometido en el contexto de explotación sexual y violencia estructural.
El entonces jefe de la Morgue Policial, Javier Grubisa, afirmó que los restos habían sido desmembrados por acción humana, aunque nunca presentó fundamentos técnicos concluyentes. A poco de cumplirse ocho años, los mismos interrogantes siguen abiertos. ¿A Johana la asesinaron o murió por una ingesta de droga? ¿Por qué desmembraron sus restos y los descartaron un año después? ¿Quiénes y por qué son responsables?
“Atrás hay muchos más”
R.P.
La próxima audiencia del juicio será una de las más emotivas e importantes porque está previsto que declare Marta Ramallo, la mamá de Johana y presente en todas las marchas que se hicieron reclamando por la aparición de su hija.
La mujer fue citada para el próximo viernes 30 de mayo. Marta reiteró la esperanza que tiene en este juicio que recién comienza. “Quisiera que en el debate oral y público se sepa donde está la otra parte del cuerpo de Johana, quiénes fueron y por qué lo hicieron”, aseguró.
“Hoy a casi ocho años sigo repitiendo lo mismo: que soy la voz de tantas Johana que un Estado y un poder judicial calló”, enfatizó. Y agregó: “Yo cuando dije alzo mi voz porque no quiero su olvido, hoy sigo repitiendo lo mismo”.
Para la mujer los ocho imputados que están siendo juzgados son apenas una parte de la red que opreaba en la zona roja y que podría ener relación con la desaparición de Johana. “Hoy son ocho pero atrás de esos hay muchísimos y hay poder”.