La Dirección General del Colegio Palermo Chico comunicó oficialmente la decisión de desvincular de la institución a la familia de Marcelo Porcel, el empresario imputado por abusar sexualmente de los compañeros de clase de su hijo. La medida fue notificada en las últimas horas a través de un escrito enviado a toda la comunidad educativa, luego de que el caso tomara estado público y generara una fuerte conmoción entre los padres del establecimiento.
Si bien la expulsión administrativa se formalizó ahora, el acusado ya se encontraba impedido de asistir al colegio debido a una restricción judicial previa. Sobre Porcel pesaba una prohibición de acercamiento de 300 metros respecto de las víctimas, una medida cautelar dictada para proteger a los menores que le impedía estar presente en los horarios de ingreso y egreso, así como participar de actos escolares o reuniones en el edificio.

En el documento, las autoridades explicaron que la institución tomó cartas en el asunto a partir de la difusión de las "informaciones periodísticas referidas a presuntos hechos que habrían involucrado a alumnos de esta institución". El texto subraya que, aunque los delitos denunciados habrían tenido lugar fuera del ámbito escolar, la gravedad de la situación demandó una respuesta institucional.
Respecto al accionar del colegio, el comunicado detalla que se activaron los protocolos vigentes de manera inmediata tras conocerse las denuncias. Esto implicó dar intervención directa al Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, además de poner en conocimiento de la situación a las autoridades educativas jurisdiccionales para garantizar el resguardo de los estudiantes afectados.

“Queremos informar que la familia involucrada ya no forma parte de nuestra comunidad educativa”, sentenciaron los directivos, quienes aprovecharon el mensaje para reafirmar ante los padres que el cuidado integral de los alumnos constituye la prioridad absoluta de la institución, agradeciendo la confianza depositada en medio de la crisis.
El escándalo estalló tras conocerse una serie de denuncias contra Porcel por hechos ocurridos entre 2022 y 2024. La investigación apunta a un patrón de conducta sistemático en el que el empresario habría vulnerado a los amigos de su hijo en distintos escenarios privados, lo que derivó en una causa penal que acumula testimonios y pericias en curso.
Los detalles del horror y la situación judicial
El expediente judicial reúne al menos diez denuncias que describen un modus operandi perturbador liderado por Porcel, a quien los adolescentes apodaban "el capitán". Según los testimonios vertidos en Cámara Gesell, el empresario organizaba reuniones en su domicilio de Palermo, en oficinas propias o en un departamento vacío en la Torre Le Parc de Puerto Madero. En esos encuentros, caracterizados por la exigencia de "absoluta discreción" vía WhatsApp, se inducía a los menores al consumo de alcohol y a las apuestas online, ofreciendo dinero en efectivo y regalos costosos como incentivo para someterlos a sus propuestas.
Los relatos de las víctimas exponen situaciones de extrema gravedad, que van desde "masajes" en las piernas tras partidos de fútbol hasta la filmación de los chicos en ropa interior. Se investiga la existencia de material audiovisual que probaría cómo el acusado ofrecía dinero a cambio de que los adolescentes corrieran en calzoncillos sobre la mesa de su despacho o participaran de juegos como el denominado "Shubidubi", donde se bebía alcohol por plata.
Mientras la causa permanece bajo secreto de sumario, la Justicia avanzó con allanamientos y el secuestro de dispositivos electrónicos para los correspondientes peritajes. A pesar de la solicitud de indagatoria por parte del fiscal, el proceso se demoró por la aparición de nuevos denunciantes. Paralelamente, el juez y la fiscalía autorizaron a Porcel a salir del país, considerando que no existe riesgo de fuga ni antecedentes penales, por lo que se espera su regreso para el próximo 5 de enero.
TC/DCQ