Muy jóvenes, de gastos caros y estrafalarios, y con un claro gusto por ostentar, son algunas de las características que comparten la mayoría de los involucrados en la causa conocida como de las “DJAI”. Se trata del expediente que, desde su denuncia en 2016, busca determinar cómo se fugaron del país más de 300 millones de dólares entre 2013 y 2015, cuando regía en nuestro país el cepo cambiario. En el caso hay alrededor de 50 procesados y, salvo excepciones, todos ellos tienen menos de 40 años. En el grupo también está el correntino Mariano Martínez Rojas, quien volvió al país tras ser deportado por Estados Unidos, donde fue detenido en enero pasado.
Todos ellos fueron apareciendo en el marco de la investigación que comenzó tras una denuncia, en agosto de 2016, del entonces titular de Aduana, Juan José Gómez Centurión. La presentación recayó en el juzgado de Gustavo Meirovich y la fiscalía de Germán Bincaz, quienes comenzaron a investigar las maniobras millonarias concretadas a través de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación, con datos falsos, por 56 sociedades.
“Jóvenes y con una inteligencia fuera de lo común, detentaron roles con mucha injerencia en las organizaciones investigadas”, coincidieron fuentes del caso. En ese escenario, detallan, que usaban la lógica de poder para saltear y sacar provecho y ventaja de las restricciones. Los beneficios económicos que obtenían eran tan altos que los plasmaban de forma contínua en viajes, autos de alta gama, y visitas asiduas a los principales restaurantes y bares de la ciudad.
Entre los últimos procesados, el viernes por el juez Meirovich, está Nicolás Amato, a quien también se le trabó un embargo millonario y la prohibición de salir del país. Con vínculos con un club de fútbol de Portugal, tiene menos de 35 años y detenta un estilo llamativo para vestirse, que llamó la atención en tribunales.
Quien se movió cerca suyo y es un engranaje clave del caso, el coreano Sung Ku Hwang, conocido como “Mister Korea”. Amato buscó despegarse del vínculo, pero la carga probatoria inclinó la balanza en su contra y terminó procesado.
A diferencia de Hwang, que está detenido desde julio pasado, cuando volvió al país tras varios meses prófugo, que tiene perfil más bajo y en las ocho indagatorias que fue asistió con jeans y Crocs, Amato prefiere las marcas caras e imita un estilo de jugador de fútbol. En ese escenario, Martínez Rojas contrasta y se muestra de traje y hasta con pañuelo en el bolsillo, para llegar a los tribunales de avenida de los Inmigrantes.
Martínez Rojas, quien se convirtió en un personaje público en enero de 2016 cuando apareció como presunto comprador de los medios de Sergio Spolski y Matías Garfunkel, tiene por delante, un panorama complicado. En el futuro cercano, antes que sobre su situación, la justicia en lo Penal Económico tiene que decidir sobre la de su padre, quien ya declaró por el uso de un poder trucho y cómo partícipe de asociación ilícita.
Aunque todavía no hay precisión sobre la definición, todo indicaría que el hombre sería procesado. El comienzo de esa causa fue en la justicia Federal de Comodoro Py, tras una denuncia de la PROCELAC. Fue luego de que un chofer de los Martínez Rojas declarara que durante varios meses llevó bolsos con dinero entre la casa de la familia y el Bajo Flores.
Según pudo saber PERFIL, el empresario,que tiene causas en distintos fueros, habría despegado a su padre de las acusaciones, pero en la justicia habría pruebas suficientes para comprometerlo.