Ramona Ponce, de 72 años, desapareció el 23 de diciembre de 2018 en Paso del Rey, partido de Moreno, provincia de Buenos Aires. Desde ese mediodía en que no volvió a su casa, su familia seguía buscándola con vida. Cuatro años y tres meses después, este 10 de abril, su hija confirmó que se encontró el cuerpo de Ramona en el partido de Merlo, donde estaba enterrada como NN.
Los detalles y las circunstancias de su muerte todavía se desconocen. Se sabe que el cuerpo sin vida de Ponce fue hallado el 2 de enero de 2019, apenas diez días después de su desaparición, y fue sepultado en ese partido del oeste de la provincia de Buenos Aires bajo una identidad desconocida.
Días atrás, la familia de Telma –como la llamaban sus allegados– fue notificada sobre los resultados del ADN que confirmaban, casi cinco meses después de cotejar sus datos, que se trataba de la mujer.
Ahora resta esperar que a la fiscalía de Morón, jurisdicción donde fue encontrada, llegue el expediente a la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 8 de Moreno, detalló a PERFIL su hija, Vanesa. Tiene la expectativa de que este siguiente paso, después de tantos años de dilaciones para saber qué pasó con su mamá, suceda en las próximas semanas.
Este es el mensaje que publicó su familia en la página Buscamos a Telma Ramona Ponce Cabrera Mostafa –donde difundieron durante estos años datos sobre su desaparición– al confirmar la noticia:
“A todos los que nos acompañaron y siguieron en la búsqueda de mi mamá les quiero comentar que la semana pasada nos avisaron de la fiscalía que encontraron un cuerpo que resultó ser mi mamá. Lo peor de todo es que la encontraron el 2/1/19, a los poco días de desaparecida y la enterraron como NN, y recién en diciembre de 2022 avisaron a la fiscalía de su hallazgo. Tuvieron que hacer un ADN para certificarlo, cuyo resultado tardó 5 meses. No es el primer caso que termina así, y tampoco será el último. Una vez más, la ineficiencia del estado en su máxima expresión, jugando con la gente, como es costumbre. Se cierra un capítulo. Gracias a todos”, escribieron sus hijos.
La desaparición de Ramona Ponce: un solo sospechoso y ninguna certeza en cuatro años
El 23 de diciembre de 2018, domingo al mediodía, Ramona salió de su casa quinta en la calle Concejal Roca N° 160 de la ciudad de Paso del Rey, ubicada en el partido de Moreno.
Ramona y su esposo vivían solos en Capital Federal e iban a ese domicilio en Paso del Rey –ubicado en el Gran Buenos Aires, a más de 40 kilómetros de la ciudad– en el verano y pasaban allí las fiestas desde hacía 40 años.
En su patio, Telma tenía un árbol de paltas que regalaba siempre que le pedían, y después de llevarle algunas a una vecina, un joven le pidió algunas para su mujer embarazada. Según la reconstrucción de lo sucedido, Ramona insistió en acompañarlo en el trayecto de vuelta a su casa, y caminaron juntos hasta el puente, el último lugar donde se pudo ver a la mujer con vida, el último rastro certero de su paradero que hubo hasta el hallazgo de su cuerpo.
Esa misma tarde, después de salir a buscarla por el barrio, su hijo y su marido hicieron la denuncia. Creían que podía estar por la zona: Ramona había salido de su casa sin elementos que le permitieran ir mucho más lejos; no llevaba plata, ni tarjeta SUBE. Sólo sus llaves.
La causa fue caratulada como averiguación de paradero y extravío de persona, y la investigación fue llevada a cabo por la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 8 de Moreno.
Durante los primeros meses, las dudas estuvieron enfocadas en el joven al que Telma había acompañado, un hombre que era de la zona pero que en base a las descripciones nadie reconocía por el barrio. En las dos cámaras que había en ese trayecto y en las de una verdulería a las que pidieron y lograron acceder, se la veía a Ponce caminando con el hombre en dirección hacia el puente de Paso del Rey.
Finalmente, al localizarlo, el joven quedó demorado, fue interrogado y allanaron su domicilio, pero nada de lo que encontraron en el lugar lo vinculaba con Ramona. Según su relato, al llegar al puente ella le dijo “te acompaño, crucemos”, y él le advirtió que era peligroso, que era mejor que se quedara y volviera a su casa. El, declaró, cruzó solo y no volvió a verla.
Se realizaron dos rastrillajes en las inmediaciones del río Reconquista: la fiscal a cargo del caso por ese entonces, María Gabriela Urrutia, tenía la hipótesis de que como ese día de diciembre la temperatura era muy alta, durante la caminata en horas del mediodía Ramona se había descompensado y había caído al río.
El comisario Carlos Silva, responsable del área de Búsquedas de Personas de la Dirección Departamental de Investigaciones de Moreno y General Rodríguez, dijo por ese entonces en declaraciones a medios locales que no descartaban ninguna hipótesis sobre su desaparición.
El 20 de agosto de 2019, el Ministerio de Seguridad dispuso una recompensa para quien pudiera aportar datos sobre el paradero de Ramona Ponce, y en agosto de 2022 se Incrementó –por un aumento general que decretó el Ministerio– a 1.000.000 de pesos.
Meses atrás, en diálogo con PERFIL, su hija contó que por esos tiempos Ramona Ponce se estaba sometiendo a análisis y pruebas a nivel neurológico, y si bien no era definitivo, el diagnóstico posible era demencia semántica. Descartaba por completo la posibilidad de que su mamá hubiera querido irse por voluntad propia, y debido a que su salud estaba bajo observación, consideraban la posibilidad de que se hubiera desorientado y, al querer regresar a su casa, algo le hubiera ocurrido.
Con sus amigas, Vanesa había armado un cronograma para consultar cada semana en hospitales y morgues, por la posibilidad de que Ramona estuviera internada o hubiera sido hallada sin vida pero no hubieran podido identificarla. Casi un presagio de lo que finalmente ocurriría. Repitieron ese esquema durante los primeros meses de 2019, hasta que dejaron de hacerlo por la falta de respuestas.
Su hija remarca a este medio que incluso la fiscalía enviaba escritos a otras jurisdicciones para averiguar si se habían hallado personas sin identificar. Sin embargo, la incertidumbre sobre el paradero de Ramona Ponce se mantuvo durante más de cuatro años. Y las dudas siguen hasta estos días, al menos hasta que se pueda conocer por qué y en qué circunstancias su cuerpo fue encontrado sin vida.
AG / ds