A las 14.30, toda la familia de la casa de Joaquín V. González al 1600, en el partido bonaerense de San Isidro, estaba mirando la victoria de Argentina sobre Nigeria que la clasificó en primer lugar del grupo F a los octavos de final del Mundial de Brasil 2014.
A esa misma hora, también, dos hombres, de unos 25 años, ingresaron a la vivienda trepando por las rejas del frente, ambos armados con pistolas calibre 9 milímetros. Caminaron por un costado de la casa, llegaron hasta el fondo, y entraron al living, donde encontraron a un hombre con su mujer, sus hijos, y los compañeritos de la escuela de éstos.
El dueño de casa corrió a su habitación, en la planta alta, para buscar su pistola calibre 11.25, pero se trabó el cajón donde estaba escondida. Uno de los ladrones lo alcanzó y forcejearon. En medio de la pelea, el hombre pudo sacar su arma y mató al delincuente de al menos un tiro en el cuello.
Al escuchar el tiro, el cómplice, que estaba en la planta baja con el resto de la familia, escapó de la vivienda corriendo, dijeron fuentes policiales a la agencia DyN. El matrimonio y los nenes salieron ilesos del asalto, aunque debieron ser revisados por médicos de una ambulancia ante un posible shock emocional por el violento episodio que vivieron.
Agentes de la Policía Científica secuestraron en la habitación del dueño de casa la pistola 11.25 del hombre y la 9 milímetros del ladrón muerto. El propietario de la casa fue demorado en la comisaría de Villa Adelina, y recuperó la libertad cuando la Justicia entendió que había actuado en legítima defensa.