POLICIA
juicio y condena por un travesticidio en mendoza

Prisión perpetua para un policía que ejecutó por odio a una joven trans

En agosto de 2020, Darío Jesús Chaves Rubio asesinó de cinco disparos a Melody Barrera y escapó. Volvió a su casa, se bañó, se fue a dormir y hasta participó del festejo de cumpleaños de su pareja. Este jueves un jurado popular integrado por doce personas lo encontró culpable, luego de más de diez horas de deliberación.

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Defensa. El policía condenado (de brazos cruzados) dijo que se defendió de una agresión. | cedoc

Era de madrugada aquel 29 de agosto de 2020. Melody Barrera (27), como era habitual, estaba en una esquina de la localidad mendocina de Guaymallén ofreciendo sus servicios sexuales. Hasta allí llegó un policía de civil. Pero algo pasó. La joven trans le tiró gas pimienta y el hombre se retiró del lugar con la promesa de volver. Y así lo hizo, pero esta vez tenía en su mano su arma reglamentaria. Disparó seis veces, cinco de esos tiros impactaron en el cuerpo de la víctima. Melody murió en el lugar y Darío Jesús Chaves Rubio (34) escapó.

Este jueves un jurado popular lo encontró culpable del travesticio de Melody, luego de más de diez horas de deliberación. 

Los doce jurados entendieron que durante el debate se dieron por acreditados todos los agravantes planteados por la fiscalía y la querella. Así fue como la jueza técnica Nancy Lecek le impuso la pena de prisión perpetua al ex policía por “homicidio agravado por odio a la expresión de género o identidad de género (travesticidio), en concurso ideal con homicidio agravado por la condición de policía, por alevosía y ensañamiento, y agravado por el uso de arma de fuego”.

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Aquel 29 de agosto, Chaves Rubio continuó con su vida con total normalidad. Luego de matar a Melody volvió a su casa, “se bañó” y “se fue a dormir”, contó su novia. Hasta festejó el cumpleaños de su pareja, según mencionó la parte querellante durante el juicio. Luego retomó su labor en la comisaría 34 de Godoy Cruz donde se desempeñaba. Fue justamente allí donde lo detuvieron 19 días después del travesticidio, el 17 de septiembre.  

“Hubo una hora de furia. Planeó, ideó, planificó este macabro hecho con este macabro resultado, y esto lo hizo justamente por la furia, el desprecio y el menosprecio que despierta en su persona la identidad y expresión de género de Melody”, explicó durante los alegatos de apertura el fiscal en jefe de Homicidios Fernando Guzzo delante de la atenta mirada del, ahora, ex policía. 

Todo comenzó, según detalló la fiscalía, a las 2.50 de la madrugada del 29 de agosto de 2020, en plena pandemia por el Covid 19. Melody estaba en la esquina de las calles Correa Saa y Gobernador Videla, en el departamento de Guaymallén. Chaves Rubio se acercó a la joven trans en su auto, habrían discutido y ella lo roció con gas pimienta, elemento que usaba para defenderse. El acusado se fue.

“Voy a buscar un arma y cagar a tiros a los travas”, le dijo a un remisero.

“Chaves Rubio fue, buscó un arma y cagó a tiros a un trava”, enumeró Guzzo al cierre del debate. “Cumplió su promesa”, sentenció. Según se acreditó en el juicio, el policía manejó unas quince cuadras hasta su casa, agarró su pistola reglamentaria y regresó en busca de Melody. 

A las 3.52, Chaves Rubio vuelve a ser captado por una de las cámaras de la zona. Es en ese momento cuando asesina a Melody. “Le efectuó seis disparos, de los cuales cinco la atravesaron. Con una puntería casi perfecta”, destacó el fiscal.

Los proyectiles quedaron en la escena del crimen. Más tarde, los peritos pudieron corroborar que las balas pertenecían al arma reglamentaria de Chaves.

Durante el juicio el policía dijo que se “había defendido” y le pidió “una oportunidad” a los jurados. El planteó que cuando Melody le tiró gas pimienta, también le robó su arma que supuestamente estaba en el asiento del acompañante. Más tarde regresó para “recuperarla” y ahí se volvieron a enfrentar y la mató.

La fiscalía sostuvo “que jamás el arma estuvo en manos de Melody”.