El abogado penalista Rubén Carrazzone hizo un enérgico descargo ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) Nº2 de La Plata, que lo están juzgando por el supuesto femicidio de su esposa, Stella Maris Sequeira (61), desaparecida en Ezeiza en diciembre de 2016.
"Esto es una persecución penal, por un puñado de dólares y una casaquinta. Yo de acá me tengo que ir libre, porque jamás le hice nada a mi mujer, al contrario, mientras pude la hice vivir como una reina", aseveró el letrado, en una extensa exposición que realizó vía zoom, desde el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza, donde actualmente se encuentra detenido.
Carrazzone es considerado un “sacapresos”, capaz de lograr, por ejemplo, la absolución de Carlos Burgos, el joven que llegó a juicio como el autor del disparo contra Carolina Piparo en la trágica salidera hace más de diez años en La Plata. Intervino en decenas de juicios, pero este es el primero que enfrenta como acusado.
En el reinicio del juicio, el penalista refutó la teoría de una supuesta crisis matrimonial como móvil del asesinato, aseguró que varios testigos acomodaron su versión cuatro años y medio después, y hasta denunció haber sido apretado en la cárcel por el hombre que supuestamente realizó la llamada extorsiva pidiendo rescate por la liberación de su mujer.
Sequeira y Carrazzone convivieron cerca de trece años. Vivían en la localidad de El Ombú, partido bonaerense de Ezeiza, donde la mujer fue vista con vida por última vez el 29 de diciembre de 2016.
¿Falso secuestro y comunicación armada?
Dos días después el abogado denunció su desaparición. El 31 de ese mismo mes el penalista aseguró haber recibido un llamado en el que le dijeron que su esposa había sido secuestrada y que para liberarla debía pagar 80 mil dólares.
Para Leonel Gómez Barbella, el fiscal que investigó el caso, Sequeira nunca fue secuestrada y la supuesta comunicación extorsiva fue armada por el propio abogado para desviar la investigación y ocultar el femicidio.
De hecho, un excliente del abogado, Miguel Angel Franco, fue arrestado por haber colaborado en los supuestos llamados, aunque terminó sobreseído. El sospechoso dijo que el letrado le había sugerido simular el secuestro para recuperar un dinero que supuestamente ella le había sacado. Lo curioso es que el pedido se lo hizo cuando su esposa ya había desaparecido.
Carrazzone y Franco coincidieron en el penal de Ezeiza. Allí, según la exposición del abogado, el supuesto autor del llamado le exigió el pago de 20 mil dólares a cambio de protección en la cárcel.
Mató a su amante porque no quiso abortar: le dieron prisión perpetua
"Ese testigo -por Franco- me extorsionó", aseguró hoy el letrado. "Franco tiene cuatro causas por extorsión, no es un humilde vendedor de medias, es un procedimiento que está acostumbrado a hacer. Yo antes de pagarle a Franco lo denuncié. Le dije al juez que a este tipo lo habían contratado para matarme y que ahora me estaba vendiendo la protección para no hacerme daño. ¿Y sabe que hizo la Justicia? Nada. No me dieron protección y archivaron la causa. Y yo tuve que volver al penal. ¿Querían que me inmole? ¿Qué me peguen una puñalada? No me quedó otra y le tuve que pagar", justificó sobre el pago.
Un rato antes, el acusado recordó cómo fue la última conversación que mantuvo con su mujer, negó una crisis matrimonial y hasta minimizó las versiones de supuestas infidelidades.
Entre otras cosas, explicó que el 28 de diciembre de 2016, un día antes de la desaparición, Stella estuvo en la casa de una amiga y señaló que cuando regresó se mostró "verbalmente agresiva". "Pero no conmigo -aclaró rápidamente el letrado- sino con el mundo. Ella estaba enojada con el mecánico porque no le daba la camioneta, le daba pena la miserable vida que llevaba su amiga, se veía envejecida, se veía con algunos kilos de más; no podía resolver definitivamente la relación conflictiva que siempre tuvo con su hija, que no conocía a su nieta".
Carrazzone dijo también que su esposa estaba atravesando una "crisis emocional" pero recalcó que él lo contó mucho antes que otros lo reconocieran. "Se descargó y lloró bastante conmigo", recordó sobre esa noche. "Después terminamos hablando sanamente, alegremente sobre cómo íbamos a dejar arreglado el estudio de Lobos", enfatizó.
Según el abogado, con su mujer tenían varios planes, como montar un estudio jurídico en el interior de la provincia de Buenos Aires. "Nosotros somos una pareja consolidada", aseguró enérgico e insistió varias veces con un punto: la falta de testigos. "No existe ninguno que hable sobre sometimientos hacia mi esposa, por eso es un disparate que en este juicio se hable de violencia de género".
"La gente ha sido concordante con que nunca hubo violencia. Y los testimonios coinciden que la vida de la pareja es excelente. Acá las pruebas son concluyentes, terminantes. Yo nunca tuve problemas con Stella y menos para llegar a un acometimiento fatal, el más tremendo hecho que un hombre pueda cometer. No entiendo cómo pueden seguir insistiendo, con las pruebas que se están produciendo, que en algún momento a mí se me ocurrió matar a mi mujer. Esto es propiamente un disparate. No pueden mencionar una sola prueba que sea al menos inmediata, espontánea e inmaculada, ninguna", destacó previo a responder sobre las supuestas infidelidades.
Sobre ese punto señaló que su mujer "nunca le dio importancia" a esas versiones porque "conocía perfectamente el profundo respeto que siento por ella". Algunos testimonios recabados durante la instrucción plantearon una presunta relación extramatrimonial del abogado con una exsocia que habría enojado a la víctima y que, supuestamente, habría llevado a tomar la decisión de separarse. "Ella -por Stella- no le daba importancia ni a esa infidelidad ni a otra", aseguró.
Para el abogado los testigos "quisieron inventar una obra de teatro y les salió mal, porque ni siquiera pueden coincidir entre ellos". "Lo que no puedo creer es que con cualquier cosa se puede dejar a una persona con perpetua", dijo antes de pedirle disculpas al tribunal por haber alzado la voz.
¿Dónde está el cuerpo?
Si bien las pruebas contra el abogado no parecen ser concluyentes, sí existe una sumatoria de indicios que lo convierten en el principal y único sospechoso por el caso. Ni en la investigación preliminar ni el transcurso del juicio, que comenzó en marzo pasado, se pudo avanzar sobre la cuestión central: dónde, cuándo y por qué fue asesinada Sequeira.
De todos modos, vale aclarar, la ausencia del cuerpo no constituye ningún impedimento para demostrar la culpabilidad de un acusado por homicidio si existen pruebas directas que puedan acreditar el delito.
Para el fiscal Gómez Barbella, el abogado penalista mató a su mujer el 29 de diciembre de 2016, descartó el cuerpo y dos días después intentó desviar la investigación con una falsa denuncia por secuestro.
— Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas del día.