El vigilador asignado al puesto cuatro de la Unidad Penitenciaria Nº 24 de Florencio Varela alcanzó a ver una sombra a la altura de la cancha de padel, en la sección de casas donde permanecen alojados los presos que pasan sus últimos años de condena.
En este sector no hay muros, portones, rejas ni candados. Jorge Martín Carneiro (42) había sido enviado allí por buena conducta, pese a que sus antecedentes advertían acerca de su peligrosidad para terceros. Eran las 22.30 del lunes 14 de septiembre pasado cuando ese guardia confirmó que no había visto un fantasma: Carneiro había escapado.
El convicto fugado estaba preso desde el 6 de diciembre de 2007. Lo habían arrestado en la ciudad de La Plata por someter sexualmente a dos hermanas de 14 y 15 años, a quienes además atacó a golpes y contagió de HIV.
La investigación judicial reflejó un nivel de violencia demencial. El caso ocurrió en el Hogar Pantalón Cortito, ubicado en las calles 42 entre 137 y 138. Carneiro empujó la puerta y con un cuchillo en la mano gritó: "Esto es un asalto". Si bien lo primero que hizo fue pedir que le entregaran dinero y celulares, apenas advirtió que dos chicas estaban solas "se sacó los pantalones y arrojó a sus víctimas a una de las camas".
Ante la resistencia de las jóvenes, golpeó en la cara a la menor de 15 y luego la obligó a que le practicara sexo oral. El ataque fue tan violento que ambas víctimas terminaron con "hematomas himenales sangrantes", según consta en la causa.
El expediente destaca además que el acusado sabía que era portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, pero eso poco le importó a la hora de someter a las chicas.
No obstante, el ataque podría haber sido aún peor si no hubiese sido por la intervención de uno de los encargados del lugar, quien finalmente logró poner en fuga al depredador sexual, que escapó en ropa interior.
Trágico plan de fuga: se tragó un tenedor y una bombilla para salir de prisión y murió en un tiroteo
En la huida, se metió en una casa del barrio, donde redujo a una mujer y le robó un pantalón. Luego se escondió en otro domicilio, debajo de un auto, pero allí fue reducido por un grupo de vecinos que finalmente lo entregó a la Policía.
Carneiro se declaró culpable en un juicio abreviado. Lo condenaron a 15 años de prisión por los delitos de "robo calificado en grado de tentativa en concurso con abuso sexual agravado con acceso carnal (dos hechos), agravado por tener conocimiento el autor de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave y existiendo riesgo de contagio". Además, sumó una acusación por "robo simple" y otra por "violación de domicilio".
Desde que fue detenido, en diciembre de 2007, hasta el lunes 14 de septiembre pasado, cuando decidió fugarse, siempre permaneció encerrado porque su condición de reincidente no le permitía acceder al beneficio de libertad anticipada. Eso sí, y con el objetivo de ayudar en su reinserción social, Carneiro pasó a ocupar una de las casas para presos que fueron construidas en el Complejo Penitenciario de Florencio Varela.
Un violador liberado por la pandemia de coronavirus acosa a una nena de 12 años
De acuerdo con las fuentes, el evadido formaba parte del Programa "Casas por Cárceles", puesto en marcha durante la administración de Daniel Scioli. Las viviendas, destinadas a detenidos que están próximos a recuperar su libertad, cuentan con dos habitaciones, cocina, comedor, baño, parrilla y hasta un área de esparcimiento.
El principal objetivo del plan es "reproducir, en el ámbito penitenciario, el modelo de vida en el mundo libre” y garantizar "la inclusión social basada en tres ejes: trabajo, educación y vínculo familiar y comunitario".
Carneiro rompió las reglas. Y ahora es intensamente buscado por todas las fuerzas de seguridad del país.
LN/MC