Lucas "Berraco" Espinoza (18) es un 'soldado' de Los Monos que creció en el apogeo de la narcobanda, cuando el clan Cantero monopolizaba el negocio de la droga en la ciudad de Rosario y sus alrededores. En una escucha telefónica reconoce que tira "desde los 13 años" y que 'está podrido' de "vivir al límite".
Berraco está preso desde el 27 de abril pasado acusado por varios ataques a tiros contra domicilios, entre ellos el que le costó la vida a Felipe Schneider (65), el 10 de diciembre de 2019. En el pabellón 3 de la cárcel de Piñero, donde está detenido, se enteró que su mamá había sido acribillada en la puerta de su casa, probablemente en un ajuste de cuentas vinculado a sus viejas acciones.
Mariana Valeria Espinoza tenía 42 años y tres hijos. Berraco era el más grande. La mujer vivía en una casa de la calle Ayacucho al 4000, en el barrio Tablada. Este viernes fue ejecutada de trece disparos. La acribillaron en la puerta de su domicilio. Según testigos, dos hombres la llamaron por su nombre. Apenas salió, la ejecutaron en un claro mensaje mafioso.
Mariana agonizó unas horas. Fue llevada de urgencia hasta el Hospital Roque Sáenz Peña y luego derivada hasta el Emergencias, donde finalmente falleció. El informe forense reveló que el cuerpo presentaba heridas de bala en el abdomen y las piernas.
El barrio donde vivía la mujer está atravesado por el narcotráfico desde hace muchos años, cuando Los Monos instalaron varios búnkeres de la mano de Jorge Emanuel Chamorro (30), uno de los miembros de la narcobanda condenado en abril de 2018 a la pena de 12 años de prisión.
Las disputas a tiros se repiten con sorprendente naturalidad. De hecho, este domingo hubo un nuevo asesinato: Marcos Planka, de 18 años, fue ejecutado de cinco disparos en Biedma al 100.
Imputación. Los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, Matías Edery y David Carizza, sospechan que "Berraco" estaría relacionado con varios episodios violentos en la ciudad. Lo señalan como uno de los sicarios o "tira tiros" de la banda.
Además de su participación en el crimen de Schneider, creen que el joven de 18 años habría participado en el atentado a la sede del Sindicato de Peones de Taxis, ocurrido en septiembre de 2019, y del ataque a tiros contra una casa ubicada en la calle Chacabuco al 3900, en marzo pasado.
Entre los delitos que se le imputan figuran "abuso de armas, homicidio agravado, asociación ilícita, amenazas coactivas calificadas y portación de arma de fuego de guerra".
"Las maniobras realizadas tenían diferentes modalidades que iban desde presentarse a las personas extorsionadas solicitando una suma de dinero a cambio de no causarle daños a su persona o sus familias, consintiendo la maniobra en dejar notas anónimas amenazantes, disparar contra los frentes de las viviendas para luego solicitar una suma de dinero", se explica en la audiencia imputativa del jueves 30 de abril pasado.
Para los fiscales, Berraco sería "la persona encargada de realizar disparos de arma de fuego contra diferentes propiedades a cuyos moradores luego se les exigía dinero o la entrega del inmueble".
Los investigadores no descartan que el crimen de Mariana esté vinculado a su hijo, aunque deslizan que la mujer también estaría involucrada en el negocio narco. “Es un muchacho que tiene tantas broncas y enemigos que el asesinato de la madre puede venir por cualquier lado. Además, la mujer estaba sindicada como vendedora de drogas”, reveló un investigador consultado por el diario La Capital de Rosario.
En las escuchas "Berraco" se muestra irascible y sumamente violento: “Ya estoy podrido de estar a los tiros, de vivir al límite. Desde los 13 años que tiro tiros, imagínate. Tengo 17, voy a cumplir 18. Yo mataba gente y ustedes me manejaban la moto. Tengo una banda de cajas de balas estancadas. No hay pistolas, pero voy a activar por todos lados. Que paguen si quieren vender en la zona de 'Los Berraco'. Y si no pagan le voy a dejar un re tirado en cada búnker afuera, al que cruce nomás, al que cruce: piba, pibe, cualquier cosa. Cualquiera que cruce. Mientras me paguen a mi qué me importa”.
La casa de Mariana había sido allanada este año en el marco de la investigación contra su hijo por los distintos ataques extorsivos. Su línea telefónica estaba intervenida y, en una de las escuchas, la mujer habla con su hijo de "hechos delictivos". En la charla, registrada en septiembre del año pasado, Mariana decía esto de su hijo mayor: "Sale y tira, no se come ninguna. No importa que después venga la Policía ni nada”. Cuando finalmente lo detienen a "Berraco", la mujer queda sola con sus otras dos hijas. Y apenas bajó la guardia, la ejecutaron de trece disparos.