Una adolescente de 17 años que había acordado realizar un cambio de ropa por redes sociales vivió tres semanas de terror después de haber sido engañada, drogada y secuestrada por una red de trata que la prostituyó en la ciudad de Mar del Plata. Finalmente fue rescatada por su abuela, que se infiltró en la organización haciéndose pasar por una trabajadora sexual.
El coraje de la mujer no solo dio fin al infierno que padeció su nieta, sino también que abrió una investigación por "trata de personas con fines de explotación sexual agravada", que derivó en la detención de un sospechoso. En el marco de la causa, la víctima dio un crudo relato de lo que sufrió, no solo en esos 21 días en la localidad costera, sino también en otros episodios anteriores de su vida.
Según consta en el expediente, al que tuvo acceso PERFIL, P.C. -cuya identidad se mantiene en reserva-, fue a cambiar ropa en las cercanías de un supermercado “Carrefour” con una mujer de nombre Agustina. Ambas se habían contactado por la red social Facebook. Luego comentó que la joven llegó más tarde de lo pactado y, en ese momento, "alguien la abordó por la espalda, la adormeció" y, antes de desvanecerse, recuerda que la subieron a una camioneta.
Lo próximo que rememoró la víctima fue haberse despertado a las 3 de la mañana "en un departamento que desconocía, y que estaba muy asustada". En ese sentido, mencionó que “estaba lleno de chabones” y que la tal Agustina le dijo “a trabajar”, obligándola a tener relaciones sexuales con esos hombres que había en el lugar.
También mencionó que esta mujer la golpeó para que hiciera lo que se le ordenaba. Además, reveló a los investigadores que le "daban drogas (cocaína) por la nariz y entre los dientes", para mantenerla sedada.
En su relato, aseguró que la mantuvieron así durante dos semanas hasta que le permitieron salir para "trabajar en telos", es decir, albergues transitorios u hoteles. Para retirarse del lugar era acompañada por "Agustina" o un hombre llamado Gabriel que "la controloba a través de un celular".
El rescate de su abuela
La abuela de la víctima contó en una entrevista con la señal TN que el día del trueque de la ropa, intentó comunicarse con ella y recibió una respuesta, pero sabía que no era su nieta quien hablaba. “Fui a la comisaría y les dije que mi nena había desaparecido. No me quisieron tomar la denuncia, me dijeron que seguramente se había ido por un capricho adolescente", dijo Fabiana, de 58 años.
“Cuando me enteré de que mi nena estaba secuestrada, pensé que nunca la iba a ver más. Siempre pensé lo peor, pensé que me la iban a entregar en un cajón. No sé si fue mi valentía o qué, pero la rescaté yo. Yo la salvé”, manifestó.
La mujer precisó que una joven le reveló donde estaba P.C. y le pasó un link de WhatsApp donde los secuestradores acordaban encuentros sexuales con sus clientes. Algunas mujeres accedían a ejercer la prostitución por este medio, entonces Fabiana cambió su foto de perfil por el de "una mujer de 21 años, con pollerita cortita" y se sumó a ese grupo, donde un sujeto le habló por privado para "hacer una joda".
El hombre le pasó la dirección exacta y ella le pidió ayuda a su nieto mayor y también volvió a la comisaría para indicarles que "ya sabía donde estaba mi nieta".
“Mientras los policías golpeaban la puerta del edificio, yo daba vueltas con mi camioneta por la zona. Le había pedido al hermano mayor de mi nieta que me acompañara. No terminé de estacionar mi auto sobre la estación de servicio en Constitución y la vimos. El hermano se bajó corriendo y me la trajo. Fue una luz. La agarró del brazo y la metió", detalló entre lágrimas, durante la entrevista.
Tras el hecho comenzó un investigación que quedó en manos de la fiscal Laura Mazzaferri, titular de la Fiscalía Federal N°1 de Mar del Plata, por la cual quedó detenido un hombre identificado como S. G. S.. El sospechoso fue procesado con prisión preventiva, acusado de violar a la joven de 17 años y haberla drogado para realizarlo.
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El estado de la víctima
El abogado de la familia de la adolescente, Rodrigo Tripolone, ordenó un informe psiquiátrico del estado actual de la víctima, realizado por el perito psiquiatra Rafael Herrera Milano. Entre otras causas de alcance mediático, el experto intervino en el caso de Julieta Prandi - a quien trató como paciente- contra su ex marido, y en la denuncia de abuso contra el futbolista Gonzalo Montiel.
En el documento, P.C., que cursa el cuarto año de la escuela secundaria, dijo sobre su situación familiar que vive con su abuela y la pareja de ella, a quienes trata como si fueran sus papás. "Su madre y padre biológicos nunca se hicieron cargo de ella y de sus hermanos.
"El único contacto que tuvo con su progenitora fue a sus 13 años cuando aquella la invitó a pasar unas vacaciones a su casa, oportunidad en la cual sufrió un hecho ciertamente traumático: su madre la entregó por la suma de $500 al cuñado de su pareja para que tuviera relaciones sexuales con ella. Ese fue debut sexual", dice el informe.
En otro apartado, señala que después de haber sido secuestrada siente que "su vida cambió" y manifestó que "no duerme de noche porque se acuerda de muchas cosas que sucedieron durante esos días y le duele". En esa línea, agrega: "Tiene episodios de crisis en los que tira cosas y se pone a llorar".
"No tiene ganas de hacer nada en la casa, tiene miedo de salir sola a la calle, se siente sucia y no se quiere. Todo este cuadro de situación la llevó a pensar quitarse la vida tomando pastillas para dormir (su abuela se las quitó antes de que lo hiciera)", añade.
El perito la diagnosticó con "Trastorno por Estrés Post Traumático" y constató una "marcada labilidad emocional reactiva a episodios de flashbacks del suceso padecido". "Se evidencia una profunda perturbación en su estado anímico", que requiere atención especializada con carácter de urgencia y aunque no percibió "ideas de autoagresión al momento, no se descartan que aparezcan en un futuro mediato", concluyó.
Gi