La Corte Suprema no solo está en tensión con el Gobierno por cuestiones políticas/jurídicas. También acumula cortocircuitos con los organismos de Derechos Humanos que se quejan en público porque el máximo tribunal demora, por varios años, más de 60 causas vinculadas a los peores delitos tipificados en el Código Penal: los de lesa humanidad.
Para peor, los últimos dos fallos sobre el tema fueron tomados como una provocación.
En el primero de ellos, del martes 22 de diciembre, la Corte anuló por un tecnicismo un recurso en el expediente de la Masacre de Trelew. Ese expediente estuvo seis años en el cuarto piso del Palacio de Tribunales sin movimientos. Entre la condena a los culpables en 2012 –ratificada por Casación– y ahora, dos de los acusados por el fusilamiento de militantes políticos murieron. Los organismos sostienen que la búsqueda de Justicia ya no es política de Estado y que ahora se impone la “impunidad biológica”.
“Con el paso del tiempo mueren los acusados, lo que hace que, además de retardo de justicia, se vaya perdiendo prueba. También se mueren los familiares de las víctimas sin un fallo firme”, dijo a PERFIL el ex Procurador de Delitos de Lesa, Jorge Auat.
El otro fallo de la Corte se conoció al día siguiente del de Trelew, el miércoles 23 de diciembre, y este preocupó más a los organismos. Se trata de la condena a militares y civiles por el secuestro, las torturas y posterior asesinato del abogado laboralista Carlos Alberto Moreno.
La Corte puso en duda la sentencia contra los dos civiles involucrados en la causa (los hermanos Méndez, de Tandil, dueños del campo donde mantuvieron cautivo a Moreno) y les abrió la puerta a una absolución, argumentando que sus quejas no habían sido escuchadas ni por el Tribunal Oral que los condenó ni por la Casación.
Auat agregó a PERFIL que esta jurisprudencia habilita a pensar “que a iguales situaciones, igual solución”. En otras palabras, que los civiles condenados por complicidad con delitos de lesa humanidad podrían ser absueltos.
Entonces cabe preguntar qué pasará con otros resonantes casos donde hay civiles acusados, como el de La Noche del Apagón, que tuvo procesado y luego desvinculado a Carlos Blaquier. Lleva cinco años el caso en la Corte.
También está demorada desde 2013 la revisión de la causa por la desaparición del Negrito Floreal Avellaneda y el secuestro y las torturas a su mamá Iris Avellaneda. Avellaneda tenía quince años cuando un grupo de tareas entró a su casa en busca de su padre, que era delegado gremial, pero como no estaba, se lo llevó a él y a su madre.
La madre fue pasada a disposición del PEN y luego liberada. Pero el cuerpo del chico fue encontrado un día después en la costa de Montevideo. Fue tirado al Río en uno de los famosos y siniestros vuelos de la Muerte.
El 11 de diciembre, en medio de la celebración del año de Gobierno y también por la recuperación de la ESMA, que fue bajo el mandato de Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Alberto Fernández le dieron a Iris el premio Azucena Villaflor. El padre del Negrito murió mientras se sustanciaba el juicio.