Los bonistas ponen a prueba la idea de una negociación rápida, aunque dependerá de las condiciones que plantee el Ejecutivo. "El cronograma será lo que los tiempos marquen, no lo que el Gobierno pretenda", aseguran los representantes de los fondos que tienen deuda argentina sobre el cronograma que presentó el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Esta semana, la Unidad de Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa tiene previsto elegir a los “agentes de información” a partir de las propuestas que se recibieron en una casilla de mail. En paralelo, llegará la misión del Fondo Monetario Internacional, encabezada por el venezolano Luis Cubeddu. El martes pasado, durante su encuentro con Kristalina Georgieva, la titular del Fondo, Guzmán pidió más tiempo para pagar en el marco del acuerdo stand by actual. Y también señaló en reiteradas oportunidades que la deuda es insostenible, una cualidad que le permitiría una renegociación especial con el prestamista de última instancia, para evitar llegar a un “acuerdo de facilidades extendidas” que viene atado a otra serie de condicionalidades y políticas de reforma.
También esta semana Guzmán presentará los lineamientos de la sostenibilidad de la deuda pública en el Congreso, siempre bajo la idea –que también repitió Alberto Fernández durante su gira europea– de que la deuda es "insostenible".
A fines de febrero, el ministro de Economía y su equipo dedicarán diez días a reuniones e intercambio de visiones con tenedores de la deuda y después evaluarán esos comentarios. Sobre esa base, a mediados de marzo se presentará la oferta pública a los tenedores. El período de aceptación termina una semana después. Esos son los plazos que los acreedores ponen en duda.
Holdouts. Del otro lado, un grupo liderado por UBS y Mens Sana Advisors e integrado por Greylock Capital, entre otras firmas, busca aunar posiciones. “Es un grupo homogéneo”, aseguran. Según confirmó Hans Humes, el titular de Greylock a PERFIL, buscan evitar que se produzca un bloqueo como el que ocurrió con los holdouts en el canje de 2010. Los que quedaron afuera de la reestructuración de deuda optaron por la vía judicial, en ese momento encabezados por NML Capital (Elliott Management), de Paul Singer, y Aurelius Capital, de Mark Brodsky.
Más allá de la “buena voluntad”, que coincide con el pedido de Guzmán esta semana a los tenedores privados de títulos, en su presentación en Casina Pio IV, en el Vaticano, los integrantes del grupo de bonistas reconocen que “no están todos los fondos”.