Su padre fue un símbolo de la derecha, el liberalismo y el apoyo político a los gobiernos militares. Ahora, nueve años después de la muerte de su padre, Alvaro Alsogaray hijo quiere regresar a la política. Y para ello decidió reflotar el histórico partido de los 80: la UCeDé. Mantiene posiciones retrógradas, ya abandonadas por la dirigencia argentina, como negar el robo de bebés durante la dictadura. Quiere acercarse al PRO. Y recuerda el paso de Sergio Massa y Amado Boudou por las juventudes del liberalismo.
—¿Con quiénes imagina un acuerdo?
—Buscaremos alianzas con partidos afines, que hoy están representados por el PRO, y veremos con Massa, que es una figura interesante porque fue un fuerte militante de la UCeDé y muy defensor de las propuestas que teníamos. Hasta fue presidente de la juventud de la UCeDé en San Martín, y después en la provincia de Buenos Aires, así que tiene una buena base.
—¿Cómo era Massa en sus años de liberalismo?
—Recuerdo haberlo conocido en campañas en la provincia. Estaba en la juventud. Massa reivindica algunos temas importantes de la UCeDé. Por ejemplo con la inflación, el cáncer que hoy tenemos, apunta a una buena dirección: dice que es consecuencia de la emisión de moneda porque hay un déficit porque el Estado no recauda para pagar sus gastos. Y plantea que hay que reducirlo. Aún no tiene programas, pero el discurso es correcto. Parecería que en la época de la UCeDé aprendió bien esa lección.
—¿Y cree que el otro contrincante, Daniel Scioli, también sostiene ideas de la UCeDé?
—Algunas ideas importantes no las dice pero las sostiene.
—¿A Macri lo ve más cercano?
—No es porque él lo diga, la gente sospecha que Macri, que viene del sector de empresas, tiene esas ideas: una visión más integral, de acercamiento del país al mundo, como no romper con el FMI.
—¿Boudou también pasó por el partido?
—Boudou no estuvo en la UCeDé, sino en UPAU, en la universidad. El error está en que muchos jóvenes liberales al mismo tiempo eran militantes y afiliados a la UCeDé. De todas formas, Boudou ha incursionado por caminos incorrectos, y aparentemente ilegales. Y no tiene una imagen liberal sino peronista.
—¿Cree que el Gobierno demonizó las ideas liberales?
—Se hizo una historia, que no es verdadera, que el neoliberalismo de Menem fue el que destruyó el país, y es todo lo contrario
—¿Qué opina de la política de derechos humanos del Gobierno?
—Se está distorsionando la historia. El Gobierno planteó que el 24 de marzo del ’76 un gobierno militar se dedicó a perseguir a idealistas y a probos estudiantes, y a armar un sistema perverso de robo de bebés. Eso no existió. Lo que hicieron, no sólo el gobierno militar sino también el peronista, fue otorgar a las FF.AA. el poder para luchar, y aniquilar a la subversión. La propaganda del Gobierno plantea que esos terroristas no existieron, y las Madres de Plaza de Mayo son madres de hijos que incursionaron en la guerrilla.
—¿Pero usted niega, por ejemplo, que se robaron bebés?
—No existió. Lo que sucedía en ese momento es que cuando se producía un combate con guerrilleros, y muchos de esos jóvenes tenían hijos que quedaban desamparados, las fuerzas de seguridad los tomaban, y fueron canalizados a familias. No había otra posibilidad que librar combate porque el tipo de guerra que planteaban los guerrilleros no era a partir de trincheras sino que ponían bombas y asesinaban a civiles. Esto no justifica que se hayan aplicado torturas y desapariciones, en esto hay una falla tremenda. Se tendrían que haber aplicado las leyes militares de la guerra.
—Su hermana, María Julia, fue un símbolo de la corrupción.
—Fue víctima de una persecución muy fuerte ideológica, política y mediática. Un chivo expiatorio.