El vicepresidente Amado Boudou encabezó ayer una delegación de funcionarios que se acercó a la Embajada de Rusia por los festejos del Día de la Soberanía. Junto al embajador, Víctor Koronelli, mostraron la fuerte sintonía del Gobierno con la gestión de Vladimir Putin.
El primero en la línea sucesoria fue de los invitados más requeridos. Hubo pedidos de selfies en español y en ruso. Aunque no pronunció un discurso, acompañó con atención las palabras del embajador Koronelli, quien celebró la “alianza estratégica integral” y los 130 años de relaciones diplomáticas entre ambos países. Antes habían sonado los himnos acompañados por un video donde se mostraban las últimas reuniones de Cristina Kirchner con Putin. También contenía referencias a las Malvinas y al conflicto de 1982.
Cuando llegó el momento del brindis con champagne, Boudou bromeó con el embajador y entre risas disparó: “Creí que iba a ser con vodka”. Su deseo no tardó en cumplirse. De inmediato aparecieron camareros con la emblemática bebida y algunos canapés.
Lo acompañaron el ministro de Turismo, Enrique Meyer, y el vicecanciller, Eduardo Zuain. El vicepresidente se retiró unos minutos después del brindis, tras recibir los saludos de empresarios, curiosos y hasta un músico ruso que le pidió ayuda para tocar en el país, solicitud que Boudou delegó en uno de sus secretarios.
Un poco más tarde llegó el CEO de YPF Miguel Galuccio, que cumplió con el compromiso con la misma rapidez que un servicio médico a domicilio. El directivo mantiene gestiones para atraer inversiones de la gigante Gazprom a Vaca Muerta.
