En Cambiemos le bajan el tono a las posibles repercusiones que podría tener en el país el escándalo de la mayor filtración de datos de Facebook que estalló en el mundo en la última semana. Desde la Casa Rosada descartan cualquier conexión posible con la consultora Cambridge Analytica, que habría empleado información de 50 millones de usuarios de la red sin permiso para la campaña presidencial de Donald Trump, y desmitifican la creencia de que existe un control y almacenamiento de “grandes datos” detrás de la comunicación digital.
“Hay un cuco, se llama Marcos Peña, quien puede saber desde cómo te llamás hasta qué tenés ganas de comer esta noche y esa información, y cualquier otra que se te ocurra, la puede usar para que votes por nosotros”, relata uno de los responsables de las campañas electorales de Cambiemos que llevaron a Mauricio Macri a la Presidencia.
En el equipo de redes sociales aseguran que este escenario “de fantasía” está lejos del trabajo que hacen a través de internet. ¿Cómo llegan entonces a la microsegmentación que les permite dividir a los votantes en diferentes nichos con intereses en común para enviarles un mensaje personalizado? “Eso lo hace Facebook, no nosotros. Nosotros no tenemos los datos, lo que hacemos es decirle a Facebook que le mande determinado mensaje a determinada gente”, responden.
Para enviar una publicidad a través de esta red social, en el equipo de Cambiemos definen el mensaje y la foto, ingresan a su plataforma y tildan los segmentos a quiénes quieren llegar: pueden dividirse por edad, sexo, intereses y zonas, entre otras opciones.
Para el Gobierno, la segmentación más importante es la territorial. En Argentina, la empresa fundada por Mark Zuckerberg permite elegir un punto en el mapa y hablarle a los vecinos ubicados a diez kilómetros a la redonda. “La información que tenemos nosotros es bastante limitada y Facebook lo hace por una cuestión comercial y así controlarte para que estés adentro de su plataforma. No quiere que nos llevemos la información, quiere que el mensaje se siga enviando a través de ellos”, explican en el equipo de comunicación de la jefatura de Gabinete. Durante 2017, el Gobierno destinó $ 47 millones y medio solo a la publicidad en esta red.
“Hay un gran mito que incluso fue alimentado por distintas consultoras que ofrecen algoritmos mágicos para ganar una elección. Nosotros no trabajamos con ninguna de ellas y nunca nos sentamos con Cambridge Analytica”, insisten en el primer piso de la Casa Rosada. Y aclaran: “No necesitamos saber cómo te llamás para que me votes. Para comunicar, por ejemplo, sabemos que un grupo de gente tiene afinidad por Elisa Carrió y a esos les hablo de determinada manera. Eso me lo da Facebook sin yo ni siquiera saber cómo se llaman los que están en ese segmento. Puedo hacer alguna acción adicional de enviarlos a un sitio, preguntarle si les gusta Carrió y a los que dicen que sí empezar a enviarles determinados mensajes. Pero en esto no hay manipulación, es publicidad segmentada con mucha precisión”.
Investigan nexo de Cambiemos con espías
Mientras en el Gobierno aseguran que nunca hicieron una campaña electoral con Cambridge Analytica, la oposición recurrirá a la Justicia para que investigue las posibles conexiones de Cambiemos con la empresa acusada de utilizar sin consentimiento información de unos 50 millones de usuarios de la red social durante la campaña electoral de Donald Trump en 2016.
Un noticiero británico reveló que Cambridge Analytica y su empresa matriz, Strategic Communications Laboratories (SCL), “trabajaron en más de 200 elecciones, incluyendo las de Nigeria, Kenia, República Checa, la India y Argentina”. Este camino seguirá la diputada del Frente Renovador, Graciela Camaño, quien prepara una denuncia en la que detalla que uno de los directores de la firma, Mark Tumbull, estuvo en Buenos Aires en marzo del año pasado y se habría reunido con miembros del Gobierno. Al mismo tiempo, la Cámara Nacional Electoral inició una investigación interna de sus registros para saber si esta compañía participó de alguna campaña.