Aunque incorrecto, es común que algunos funcionarios públicos financien algunos de sus gastos con la caja de la oficina gubernamental a la que pertenecen. Pero el caso de Romina Picolotti, ex secretaria de Medio Ambiente procesada por defraudación a la administración pública, llega al extremo: la exfuncionaria facturaba todos sus desayunos, compras comunes en kioscos o supermercados, lavado de autos, nafta y hasta el diario que le llegaba a su casa.
Así consta en el expediente por el cual la jueza María Romilda Servini de Cubría ordenó procesar a la exfuncionaria. El fallo, de 120 páginas, enumera todos los gastos no justificados que se realizaban a diario en la Secretaría de Medio Ambiente, que estuvo bajo el mando de Picolotti entre julio de 2006 y diciembre de 2008.
Según la denuncia Ricardo Monner Sans que figura en el fallo, en la oficina se contrató a “una larga lista de parientes y amigos, cada uno de estos parientes amigos se ocuparon de rodearse de otros amigos y parientes, era toda una gran familia”, que ascendía a 37 personas. El dinero de la Secretaría, en lugar de tener una rendición de cuentas propia, lo manejaba "Natalia Prato, amiga de Verónica Franco, secretaria de Romina, personal contratado" por la Fundación ArgenInta.
Picolotti realizó al menos cinco vuelos privados tipo charter sin justificación, usualmente entre Córdoba y Buenos Aires, llevando a toda su familia y hasta a la niñera de la familia, la norteamericana Stephanie Daveris. Esa mujer, según la denuncia, tuvo un contrato de locación de servicios, en la Secretaría entre enero y junio de 2007.
"Era habitual que Juan Picolotti", hermano de la funcionaria procesada, "llamara a la oficina antes de llegar para que le pidieran su desayuno, el cual era solventado con dinero de la caja chica", denunció una mujer que trabajaba en la Secretaría. Además, solían pagarse con los fondos públicos todos los desayunos, facturas y comidas en general que llegaban al despacho.
Otros gastos que se facturaron a la Secretaría, según consta en el expediente:
-Analgésicos, apósitos y demás productos similares en Farmacity el 19/12/06.
-Pañuelos descartables y analgésicos; pilas Duracell y una barra de cereal, papel higénico e Ibupirac, todo en el mismo comercio.
-Limpieza de un auto en “Washing Center” de la localidad de Saenz Peña, Provincia de Buenos
Aires el 14/2/07.
-Platos de quesos y fiambres, gin tonic, bellini, copa de vino y gaseosa en el “International Hotel
Development S.A.”, el viernes 23/2/07 por la noche
-Una piedra aromatizada efectuada en “Anastacia” el 18/12/06.
-Café mediano c/medialuna de manteca del día 7/2/07 en el aeropuerto Jorge Newbery.
-Estacionamiento en “Estacionamiento Martin y Omar”, San Isidro, el 15/3/07.
-Galletitas Frutigran hecha en el Supermercado Norte de Av. Santa Fe al 3300 el 14/2/07.
-Una bebida sabor cola en el “Maxi Kiosco El Monumental” el 16/4/07.
-Un ramo de 8 rosas efectuada en “Florería Florida” el 1/3/07.
-Un agua en el comercio “El Buen Libro” 27/3/07.
-Productos “Rabolini” en el local Pigmento el 2/3/07. El comprobante tiene agregado con lápiz la leyenda "regalo Flor y Sofi cumpleaños".
-Consumos realizados la noche del 8/3/07 en el local “Hooters”, "conocido por ser atendido por señoritas de medidas generosas y sueltas de ropa". El comprobante "posee escrito en su parte superior 'Muchas Gracias!!!!'".
Según la jueza, la larga lista de gastos "permite descartar la versión de la defensa en cuanto a que los gastos obedecían a estrictos motivos funcionales, debido a que de la agenda pública de la por entonces Secretaria de Ambiente, no surgen reuniones o encuentros que justifiquen, amparen, o cuanto menos permitan vincularlos a los gastos efectuados".
"Algunos de los gastos, de haber sido realizados en forma legítima, podrían encuadrar en las previsiones del Manual de Clasificaciones, pero lo central de la imputación que se efectuó, es que tales erogaciones no poseen vinculación funcional legítima con la gestión de la Secretaría de Ambiente", concluyó Servini de Cubría.