Siguen las novedades sobre la ley que beneficia a los ex “presos políticos” con una pensión de 6 mil pesos mensuales de por vida: según el texto aprobado la semana pasada por el Congreso, es “indudable” que entre los beneficiarios figuran las 10 mil personas que en los noventa cobraron una indemnización por haber estado detenidos desde el gobierno constitucional de la presidenta Isabel Perón hasta el 10 de diciembre de 1983, cuando terminó la última dictadura.
Es decir que entre los nuevos pensionados del sistema nacional figuran desde la propia Isabelita hasta María Elpidia Martínez Agüero, la esposa de Mario Firmenich, el ex jefe de Montoneros. Ambas representan, de alguna manera, las dos alas del peronismo, la derecha y la izquierda, que se enfrentaron violentamente en los setenta.
Es que la viuda de Perón fue detenida el 24 de marzo de 1976, cuando los militares dieron el golpe de Estado. El ex dictador Jorge Rafael Videla admitió en mi libro Disposición Final que no había ninguna causa para su detención salvo que “la Señora llevaba el apellido de Perón y, a pesar de su incapacidad, estando libre podía movilizar voluntades políticas y gremiales contra el gobierno militar. Por eso permaneció presa” durante cinco años y cuatro meses.
Isabelita fue el primer nombre en la lista de políticos, sindicalistas y funcionarios detenidos en el marco de la llamada “Operación Bolsa”. También fue detenido, y cobrará la pensión, el ex presidente Carlos Menem. La ley establece que, en caso de que el beneficiado hubiera muerto, como, por ejemplo, el sindicalista Lorenzo Miguel, cobrarán sus herederos.
En el otro extremo del arco ideológico dentro del peronismo, también cobrará la esposa de Firmenich, “La Negrita” Martínez Agüero, miembro de una familia del patriciado cordobés, que fue detenida por los militares a mediados de 1976 y permaneció presa hasta diciembre de 1981. Incluso, el segundo de los hijos del matrimonio, Mario Javier, nació en el penal de Villa Devoto en diciembre de 1976 y fue criado por su abuela materna, María Elpidia Agüero Díaz, una valiente dama que descendía del gobernador y estanciero José Javier Díaz, uno de los próceres de Córdoba, como explico en mi último libro, ¡Viva la sangre!
El cautiverio de la esposa de Firmenich es fuente de una aún aguda controversia entre los pocos que conocen ese dato.
Mario Javier Firmenich es licenciado en Economía, como su papá, pero vive ahora en las sierras cordobesas con su esposa catalana y sus tres hijos. Es profesor en la Universidad Nacional de Córdoba, un reducto del kirchnerismo; uno de los jefes de La Cámpora en esa provincia, y muy amigo del diputado Andrés “Cuervo” Larroque. En cambio, no se lleva bien con Martín Fresneda, el cordobés que ocupa la secretaría de Derechos Humanos a nivel nacional.
También figuran otros nombres ultraK, como el diputado Carlos Kunkel y el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini.
(*) Editor ejecutivo de la revista Fortuna, su último libro es ¡Viva la sangre!