POLITICA
AGENDA PROPIA

Desde el Congreso, el kirchnerismo duro busca condicionar al Ejecutivo en asuntos económicos

En el Senado, el interbloque oficialista propuso una nueva moratoria previsional. Máximo Kirchner, con diputados sindicales, quiere adelantar el aumento al salario mínimo.

 20220507_maximo_kirchner_prensa_pj_bonaerense_g
Fuerzas. El ex jefe del bloque K presiona desde el Congreso para poner dinero en el bolsillo de los trabajadores. Mayans y Sagasti, con la idea de beneficiar a quienes no tienen años de aportes. | prensa PJ bonaerense

En medio de los cortocircuitos entre el kirchnerismo duro y el equipo económico que comanda el ministro Martín Guzmán, el interbloque de senadores del Frente de Todos presentó una iniciativa para abrir una nueva moratoria previsional y permitir alcanzar los treinta años de aportes para aquellos que no cumplan con el requisito al alcanzar la edad estipulada por ley.

Si bien el bloque original del Frente de Todos se rompió como parte de una estrategia del oficialismo para quedarse con uno de los lugares vacantes en el Consejo de la Magistratura, la propuesta fue presentada por referentes de las bancadas del Frente Nacional y Popular y de Unidad Ciudadana en unidad.

En rigor, se trata de una movida en conjunto que busca marcar la cancha desde la Cámara alta, reducto cristinista por excelencia desde el que se suelen enviar mensajes al Poder Ejecutivo. Ya sucedió en otros casos como el proyecto para crear un “fondo para pagarle al Fondo”, que ya logró dictamen, y otro texto complementario que apunta a eliminar el secreto bancario para llegar a quienes tienen bienes en el exterior no declarados, que no logró aún tener despacho de comisión.

“El Estado no puede hacerse el distraído”, marcó el jefe del interbloque oficialista José Mayans, encargado de explicar durante una conferencia de prensa los alcances del proyecto que su colega Anabel Fernández Sagasti dijo que tendrá un costo fiscal “nulo”.

El formoseño aclaró además que el proyecto tiene una intención de “inclusión” y remarcó que “acá no hay intención de confrontar con nadie, de arruinarle la vida a nadie. La referencia tiene que ver con la lectura de que el Senado busca marcar la agenda a Guzmán, con iniciativas que en la mayoría de los casos surgen desde el propio gobierno nacional.

La interpretación cobra aún más sentido un día después de la presentación de un proyecto de ley, esta vez en Diputados, para anticipar para julio el aumento del salario mínimo vital y móvil que estaba previsto para enero de 2023.

“Considerando la situación socioeconómica actual, así como también, la necesidad de que el salario mínimo se aproxime a la definición que establece la ley de contrato de trabajo, se solicita al Poder Ejecutivo el adelantamiento de los aumentos pautados en la Resolución 4/2022 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social”, dice el proyecto firmado por el ex jefe del bloque del Frente de Todos Máximo Kirchner, que acompañan diputados de extracción sindical como Hugo Yasky, Sergio Palazzo (quien mereció una reciente felicitación de CFK por la paritaria de 60% alcanzada por los bancarios) y Vanesa Siley, además de legisladores ligados a movimientos sociales como Federico Fagioli y Natalia Zaracho, entre otros.

Precisamente, varios de estos referentes compartieron escenario el sábado pasado con el hijo de la vicepresidenta durante el plenario del PJ rama sindical, en el que marcó sus diferencias con el rumbo económico del Ejecutivo.

 

Kulfas y Grabois, protagonistas de un cruce por los cartoneros y una medida “neomenemista”

El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el dirigente social de la UTEP, Juan Grabois, fueron protagonistas de un cruce mediático, que exhibió profundas diferencias en las miradas respecto a los sectores más vulnerables y sus alternativas para encontrar una salida laboral.

El entredicho tuvo que ver con el reconocimiento para el sector de los cartoneros que reivindicó Grabois a través de un mensaje en redes sociales que luego fue respondido por el propio ministro.

“Estoy intentando no echar nafta al fuego, fuimos prudentes, no agredimos a nadie, queremos que al Gobierno le vaya bien”, destaca el referente social en su mensaje.

Sin embargo, luego se refiere al conflicto de los cartoneros en la Ciudad de Buenos Aires que no cobraron parte de su salario y la situación de los precios de los materiales, que no resultan particularmente convenientes en este contexto de inflación. “El genio de Kulfas habilitó la importación de basura norteamericana y ahora de bobinas. Le habíamos advertido con claridad los efectos devastadores en lo social, además de lo ambiental, que esto produce”, lanzó Grabois. Kulfas, uno de los ministros más cercanos al presidente Alberto Fernández, salió a responder las acusaciones y aclaró que “es falso lo que dice Juan Grabois. Lamento que esté diciendo cosas que perfectamente se hubiese tomado un minuto para chequearlas o conversar conmigo o con gente del ministerio y rápidamente hubiese entendido que no es así”. El funcionario le aclaró además que “las importaciones de residuos en Argentina las administra el Ministerio de Ambiente y no tengo ningún registro de que hayan habilitado lo que denuncia”.

Kulfas, quien fue acusado de implementar políticas “neomenemistas”, le retrucó que no tiene “problema en discutirlo de manera privada o en la unidad básica, pero públicamente me concentro en trabajar en la gestión y resolver los problemas que hay, que no son pocos”.

La disputa también está ligada al proyecto para aprobar una Ley de Envases, promovida por el kirchnerismo, que por diferencias internas en el propio offcialismo todavía no pudo obtener dictamen de comisión.