Con el proyecto en la mano y la requerida “letra chica” del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional, los distintos bloques parlamentarios encararán en las próximas horas la discusión final sobre qué postura adoptarán en el recinto de la Cámara de Diputados.
“Hoy todo diputado y diputada tiene el 100% de la información a la hora de encarar este debate, ya todos tienen el material impreso o digital para poder analizar, debatir. Eso no pasó en 2018, cuando Macri nos endeudó irresponsablemente con el FMI”, chicaneó Germán Martínez, jefe del bloque del Frente de Todos.
En el oficialismo circula una doble interpretación sobre cuál será el resultado de la votación: hay una perspectiva de que el dictamen y luego el acuerdo van a salir pero referentes del sector díscolo señalan que aún no decidieron su voto o que directamente no acompañarán.
En ese contexto, uno de los representantes del ala dura del oficialismo que integra el plenario de comisiones que debatirá desde el lunes el texto comentó en diálogo con PERFIL: “El dictamen va a salir, los que no queremos bancarlo no lo vamos a firmar, pero va a haber firmas suficientes”.
El Frente de Todos tiene apenas un integrante más que Juntos por el Cambio en el plenario de comisiones de Presupuesto y Hacienda, pero estiman que podrán compensar posibles bajas con una postura dividida en la oposición que no alcanzará para hacerles frente por la negativa. Pablo Carro, diputado del Frente de Todos y referente de la CTA de Córdoba, logró ponerlo en palabras: “Hay mucho humo en la previa, pero creo que se va a aprobar. Los que estén en desacuerdo se van a abstener, no van a votar en contra. En todos los sectores va a haber quórum”, anticipó el diputado que dijo no tener definido su voto.
En JxC, en tanto, hay análisis en simultáneo de las distintas fuerzas que lo componen aunque hay una mayoritaria coincidencia en que darán quórum. Las diferencias radican entre aquellos que podrían optar por la abstención o directamente votar negativo. Desde la Coalición Cívica admitieron que “el texto no ayuda a acompañar” pero aguardarán para tomar la posición definitiva, luego del anuncio de la abstención para el Presupuesto 2022 que fue utilizado estratégicamente por sus socios en las negociaciones con el oficialismo y que finalmente los obligó a un voto en contra. En la UCR admitieron que “todavía hay mucho ruido”, pese a que el oficialismo accedió a realizar algunos cambios en la redacción del proyecto que todavía no terminan de convencer. “No podemos adelantar una posición, es demasiado prematuro”, indicaron desde la conducción mientras que en Evolución aclararon que “si hay aspectos que impiden a la Argentina sentar las bases del crecimiento, se va a proponer al interbloque no acompañar la iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo”.
El PRO es el espacio que más en claro tiene su postura en contra, reflejada en la decisión de abandonar el recinto el último martes cuando el Presidente se refirió en duros términos a la deuda tomada por Mauricio Macri.
El Ejecutivo pidió al Congreso “responsabilidad institucional”
El gobierno nacional pidió a los legisladores que actúen con “responsabilidad institucional” al momento de tratar el proyecto de ley por el nuevo entendimiento firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ingresó a la Cámara de Diputados y comenzará a ser debatido el lunes en comisión.
“Apelando a la responsabilidad institucional de cada uno y cada una de los diputados y las diputadas, de los senadores y las senadoras, se solicita el tratamiento urgente de este proyecto de ley por el cual se aprueba el Programa de Facilidades Extendidas a efectos de refinanciar la deuda existente entre la República Argentina y el FMI”, dice el mensaje que acompaña al proyecto de ley que se envió al Congreso.
En el documento de seis páginas, firmado por el presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; y del ministro de Economía, Martín Guzmán, se sostiene que “se han tomado las mejores opciones disponibles dentro de las limitadas herramientas previstas en el portafolio de programas del FMI, de modo que se evite que la Argentina incurra en atrasos con el organismo, lo que generaría un daño inconmensurable a la recuperación del país poscrisis económica y en el marco de la pandemia”.
La nota respeta el espíritu del mensaje que expuso Alberto Fernández durante la Asamblea Legislativa, que incluso generó el enojo de la oposición por las críticas al endeudamiento y el pedido de que avance la investigación judicial sobre ese punto.
“Ahora bien, la firma y aprobación de este programa de ningún modo significan que se desistan las acciones judiciales iniciadas en la República Argentina con relación al programa del año 2018, las que se mantendrán vigentes, y a las que se les dará continuidad e impulso”, indica el mensaje firmado por la plana mayor del Ejecutivo.
Por otra parte, vuelve a hacer hincapié en varias de las promesas que realizó en su discurso, acerca de que no habrá ni reforma jubilatoria ni laboral por pedido del FMI.
“Desde el punto de vista estructural, el acuerdo nos permite garantizar la continuidad de los programas sociales focalizados y el mantenimiento de los derechos de movilidad previsional de nuestros jubilados y nuestras jubiladas, así como los derechos de las trabajadoras y los trabajadores”, se apuntó.
Un artículo del proyecto, eje de la polémica
La redacción del texto final que llegó al Congreso fue objeto de un intercambio entre el oficialismo y la oposición, en donde incluso surgieron discrepancias dentro del espacio del radicalismo.
Es que durante la reunión que mantuvo el último jueves Sergio Massa con los jefes de los bloques legislativos circuló un primer borrador que generó el rechazo de parte de Juntos por el Cambio.
La ley indica que el Congreso debe dar aval a cualquier endeudamiento, aunque eso no significa que deba suscribir los detalles de cómo el Ejecutivo llevará adelante el programa económico y cómo hará para cumplir con los compromisos.
En el proyecto original, ambas cuestiones se encontraban incluidas en un mismo artículo pero ante la observación de la UCR, el oficialismo accedió a realizar un cambio y poner por separado las dos cuestiones, con la intención de sumar respaldos.
Aun con la modificación, el radicalismo insiste ahora que ambos artículos siguen estando vinculados, mientras que su contraparte Evolución se ubica en la vereda de enfrente y cree que no es posible evaluar cada variante por separado.