La inseguridad y la corrupción son las mayores obsesiones del gobierno bonaerense. Y en esa línea, la gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, removieron a la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense. El -ahora- exjefe Fernando Diaz, estaba acusado de administración fraudulenta y había sido designado por la propia gobernadora a fines de diciembre pasado, en medio del escándalo por la Triple Fuga, presentó su renuncia.
Según pudo saber Perfil de fuentes del Servicio Penitenciario, Ferrari le pidió la dimisión a toda la cúpula del sistema carcelario y mañana encabezará junto a la Gobernadora la presentación del nuevo organigrama que tendría una impronta civil. Desde el gobierno provincial evitaron dar los nombres que integrarán este nuevo esquema, pero trascendió que la jefatura quedará en manos de Juan Pablo Baric, un civil que ocupa el cargo de Subsecretario de Política Carcelaria.
El ministro de Justicia de la Provincia se reunió con su par de la Nación, Germán Garavano, para tratar el tema y avanzar con el descabezamiento. "Ambos hablaron sobre el sumario de Díaz", manifestaron fuentes de la cartera Justicia a Perfil.
El caso e historial. Díaz fue citado a indagatoria por el juez federal de Salta, Miguel Antonio Medina, en la causa que "investiga irregularidades millonarias en el servicio de catering del complejo penitenciario federal de Salta que habrían derivado en un régimen de hambre para los detenidos".
Díaz, en ese entonces, era auditor general del Servicio Penitenciario Federal y la causa fue impulsada por la Procuraduría contra la Violencia Institucional por irregularidades en la distribución de alimentos a los presos.
Diaz abandonó el cargo máximo en el Servicio Penitenciario por segunda vez. Había ocupado ese puesto desde 2005, en la gobernación de Felipe Solá, hasta 2009, cuando llegó Daniel Scioli al poder bonaerense. Bajo su gestión ocurrió la recordada masacre de Magdalena, donde 33 reclusos que habitaban un pabellón de conducta ejemplar murieron en un incendio y los agentes penitenciarios reprimieron y cerraron las puertas.