Jorge Castillo no sólo expandió al interior del país su negocio de "La Salada" sino que, a pesar de su intento por establecerse en Miami, también probó suerte en África, más precisamente en Angola, país al que arribó gracias a que el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, lo incluyó en la comitiva que encabezarón Cristina Kirchner.
En ese momento, los comerciantes se prepararon para exportar. Cuatro de los más grandes productores textiles de la feria ilegal más grande del país, centrados básicamente en la fabricación de jeans, camperas, remeras y chombas, fueron en la misión como productores pymes.
“Nos invitó Guillermo Moreno y nos pareció una buena oportunidad. Aunque algunos nos discrimine, estamos en condiciones de exportar lo que fabricamos en Argentina”, confirmó a Tiempo Argentino en ese entonces el mismo Castillo, administrador del complejo Punta Mogotes.
Sin embargo, como afirmó luego Castillo a Fortuna, en Angola no se realizó ninguna inversión porque "no hay seguridad jurídica" sumándose así a la quiebra de la empresa de cosechadoras.
El objetivo de los feriantes era recrear el modelo de negocio en el país africano, lo que suponía ganancias millonarias para el Estado nacional.
Castillo contó que si bien vendieron todo lo que llevaron a la exposición, la idea de enviar mercadería, no prosperó, ya que “nadie te asegura que puedas cobrar”. “No existe el derecho jurídico en Angola, entonces ¿cómo haces? me pidieron jeans y ojotas, pero quieren así nomás y decirte ‘después te pago’. Es un montón de plata, pero no tengo garantías de que me vayan a pagar. No puedo hacer 15 mil jeans sin saber que voy a cobrar”, contó a este portal.
“A mí no me dieron ninguna garantía. Y yo no trabajo así, pero bueno, ellos funcionan de esa manera. Lo cierto es que sin seguridad jurídica no podemos hacer nada”, dijo. “Plata en mano, culo en tierra”, setenció.