Esta semana la Anmat aceptó la documentación del Laboratorio Elea -socio local de la compañía china Sinopharm- y sus técnicos ya comenzaron a analizar los datos de eficacia y seguridad para la aprobación de emergencia de una “vacuna a virus inactivada contra el SARS-CoV-2”. Esta es la vacuna que esta semana mencionó en su reunión con diputados el ministro de salud de la Nación.
Según reveló Ginés González García, Argentina está en plena discusión con China para concretar la compra de un millón de vacunas. Sin embargo, desde oriente proponen un contrato de 30 millones de dosis, a 20 dólares cada una. Mientras esa negociación se empantana, fuentes del gobierno le explicaron a PERFIL que “por ahora nuestra apuesta sigue siendo la Sputnik V. De hecho, esperamos que a partir de la semana próxima se regularicen los envíos”. Según esta fuente, “calculamos que desde la próxima quincena podrían empezar a llegar embarques relativamente pequeños pero ya con continuidad. Lotes de 200 a 300 mil dosis semanales”.
Mientras tanto la agencia Bloomberg reveló que el Fondo Ruso responsable de la Sputnik está en conversaciones con los responsables de otro laboratorio chico con vacuna: CanSino Biologics. El convenio incluye ensayar un régimen combinado de ambas vacunas que sea capaz de proteger mejor a los inoculados contra las nuevas cepas de virus.
La idea es diseñar un ensayo clínico para probar una vacuna cuya primera dosis sería Sputnik y la segunda dosis CanSino. Este original ensayo podría iniciarse a fines de febrero.
Vale la pena recordar que algo similar se está negociando entre el Intituto Gamaleya de Rusia con los responsables de desarrollo de la vacuna de Oxford -AstraZeneca. De hecho, según pronosticó la médica argentina Marta Cohen, “seguramente en los próximos meses veremos varios casos de vacunas de diferentes laboratorios que se combinarán para reforzar mejor la inmunidad”.