POLITICA
preocupacion en el gabinete

El Gobierno reconoce en privado la falta de control en las fronteras

Inspeccion. Puricelli, ministro de Seguridad, en Salta.
| Telam

“Argentina tiene una frontera permeable”, reconoció –casi como resignado– el ministro de Seguridad, Arturo Puricelli. No hizo más que confirmar lo que todos en el Gabinete saben: el país no está debidamente preparado para combatir el narcotráfico.
Las acciones de los narcos en Santa Fe, Córdoba y la provincia de Buenos Aires delatan, además, una complicidad con las fuerzas de seguridad. Los cargamentos de droga ingresan vía Bolivia o Paraguay en avionetas que, a vuelo rasante, arrojan los cargamentos con un GPS, para que los narcos las recojan y se la lleven en camionetas. Las avionetas no aterrizan.
“Los radares no sirven. Tienen un alcance limitado. No detectan una avioneta que vuela al ras del piso”, confió un funcionario de segunda línea del Gobierno y que sigue de cerca la problemática del narcotráfico. Las bandas encontraron, además, otra forma de penetrar en las fronteras. Lo hacen metiendo droga en containers de alimentos perecederos, como la carne, o de medicamentos, que necesitan que se preserve la cadena de frío. “Esos containers apenas son revisados porque no pueden estar mucho tiempo abiertos y circulan por las aduanas como si nada”, explicó la fuente a este diario.
El diagnóstico que hacen los funcionarios es lapidario. La droga que ingresa a través de mulas, que cargan un kilo de cocaína, son para distracción. “Las mulas rara vez llegan a destino porque son detenidas. Y mientras pasan con un kilo de cocaína, en algún punto del norte de la frontera pasa un cargamento de 40 kilos sin ningún tipo de problema”, añadió la fuente. Para este funcionario, hay que modificar el accionar judicial. “¿Qué es más importante, meter preso a una mula, o a las grandes bandas?”
La connivencia de las fuerzas de seguridad con los narcos es otro de los inconvenientes que afronta el Gobierno. Un funcionario recordó que cuando en México se sumó al Ejército a la lucha contra las drogas, un general sentenció: “no hay general que resista un cañonazo de 50 mil pesos”. Una política eficaz sería controlar las fronteras con vuelos de helicópteros que se trasladen de una punta a la otra. Pero eso no ocurre aún.