“Y si vamos al default, vuelco a la economía doméstica los 4 o 5 mil millones de dólares que deberían ir al pago de deudas y reactivo rápido la actividad, y luego veo qué hacemos con el frente externo”. La frase, atribuida por empresarios y analistas del mercado al presidente Alberto Fernández, completa un marco en el que el Gobierno intenta en paralelo mostrar que, si bien su plan A es llegar a un acuerdo con los acreedores para reestructurar la deuda, no lo asusta un plan B y, es más, creen que así se liberarían fondos rápidos para generar –de cara a las elecciones legislativas de 2021– otro clima en un mercado interno que muchos consideran en pausa a la espera del acuerdo externo, de cara a las elecciones legislativas de 2021.
Sin embargo, los economistas no dan crédito a que sea posible una reactivación como la que se hace trascender porque “son mayores los costos” de entrar en cesación de pagos. Consideran que se profundizaría la recesión y se dispararían los dólares paralelos, lo que aceleraría la inflación. Asimismo, los analistas no tienen claro de dónde sacaría el Gobierno los fondos para esa inyección, que por otra parte sería de corto alcance.
En ese sentido, especulan que si esos US$ 5 mil millones se refieren a las letras instransferibles que el Tesoro le colocó al BCRA para el pago de deuda en dólares –que se aprobó en la Ley de Solidaridad y Reactivación Productiva–, la ecuación es incorrecta porque, como ya se fueron cancelando vencimientos en los primeros dos meses, queda disponible un monto menor, entre US$ 2 mil y US$ 2.500 millones, según sus cálculos.
De todos modos, el economista Fernando Marull alegó que si fueran 5 mil millones, “representaría apenas el 1% del PBI, no reactivás la economía, es un monto chico, y el costo de entrar en cesación de pagos es altísimo porque el país se queda fuera de los mercados de financiamiento, las empresas y provincias dejan de tener créditos; nosotros prevemos una caída del 1,7% este año en un escenario donde se evita el default, si no puede ser el doble”.
Fernando Baer, de Quantum Finanzas, juzgó “inviable” reactivar la economía si no hay un arreglo de la deuda porque “eso desata escenarios de incertidumbre mayor, uno debería imaginarse qué puede pasar con los depósitos en dólares”.
Coincide con el diagnóstico Martín Kalos, de Elypsis: “Si no se renegocia la deuda, no habrá un motor dinámico para la economía, ese gasto público no será suficiente para poner a Argentina en un sendero de crecimiento sostenido; prevemos para este año una caída del 1,6% del PBI en un escenario de reestructuración exitoso, si no es así, ese número sería peor, tendrías caída de consumo y de inversión en el sector privado”.
Para Santiago Gambaro, de Analytica, volcar 5 mil millones “podría reactivar la economía, pero es de corto plazo, será en 2020 y un poco en 2021, dependiendo de cuándo eso ocurra, pero en el largo plazo caer en default es más perjudicial porque implica más inflación, estar afuera de los mercados diez años, un castigo fuerte a la inversión”.
Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, proyectó que con una negociación exitosa el PBI caería este año 1,5%, pero ante un default la retracción “se duplicaría al 2,5% o 3%, se aceleraría la inflación y las presiones cambiarias, corte de financiamiento a las exportaciones: sería una situación compleja”.
El 6 de marzo, nueva prueba
En un contexto de mayor aversión al riesgo, el mercado está expectante ante la primera gran prueba de un pago de deuda en pesos que deberá enfrentar el Gobierno tras el reperfilamiento del AF20. El 6 de marzo vence el A2M2 por $ 72 mil millones, que está mayormente en manos de inversores privados y extranjeros. Joaquín Bagues, de PPI, opinó que “hay una probabilidad considerable de que lo reperfilen o utilicen la lógica del canje con instrumento CER”. Para Fernando Marull, las últimas licitaciones “no fueron buenas, el Gobierno tiene que esforzarse un poco más, se le plantea la misma disyuntiva que con el AF20: emiten, hacer un canje mejor, o van a terminar reperfilando”. El financista Christian Buteler cree que, “aunque tengan que emitir, pagarán” porque faltan solo dos semanas para presentar la oferta de deuda.