El pan, uno de los alimentos básicos de la canasta argentina volverá a subir de precio en las próximas horas, entre un 20% y 25% y el kilo llegaría a costar hasta $ 300.
El pan francés, por ejemplo, de acuerdo con las últimas mediciones del Indec sobre inflación ya acumuló una suba superior al 48%, ya que por ejemplo en diciembre del 2020 el kilo costaba $ 120 y ahora más que duplicaría ese valor.
De acuerdo con el presidente de la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires (Fippba), Raúl Santoandré, la causa del aumento del pan que se viene se explica en la suba del precio de la harina, de entre el 14 y 18%, sumado al de la levadura de 35%. “Nosotros vamos detrás de los aumentos, y es inevitable trasladarlos a los precios”, aclaró el dirigente e industrial panadero.
En ese mismo sentido, el vicepresidente de la Asociación Panaderos Capital (Apaca), Gabriel Fernández, hizo hincapié en “el notable incremento de los costos de las materias primas”, mientras que el presidente de la Asociación de Industriales Panaderos de Rosario, Jorge Vitantonio, destacó que en 2021 el aumento del pan “no llegó al 40% en total, mientras que el de los alimentos anduvo alrededor de un 60% promedio”.
Sin embargo, de las estadísticas difundidas por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) del 2021 se desprende que apenas poco más del 20% del valor de mostrador del pan se corresponde con el costo de sus insumos. Y siendo que más del 80% de ese valor se configura solo con el valor de la harina, para que el pan se vea forzado a incrementar su precio de venta en un 25% a causa de una suba en su coste, ésta tendría que haber incrementado su valor un 150%. Sin embargo, con apenas un aumento de 16% en promedio para la harina, trasladar su costo extra al mostrador debería apenas incrementar el precio de venta del pan por debajo del 4%.
Por su parte, Pablo Adreani, analista de mercados agrícolas y asesor y consultor de empresas, confirma con su estudio que la participación del precio del trigo en el pan es del 3,44%. Así, teniendo en cuenta su aumento del 32% en la comercialización por tonelada durante el último año, y considerando un valor de venta para el kilo de pan de $ 240 promedio, él infiere que el incremento de precio que correspondería encontrarse en el mostrador de las panaderías apenas debiera superar los 8 pesos por kilo. “No es el aumento en el precio del trigo el causante de la suba del pan sino el de otros factores como el del gasoil, las tarifas, salarios y cargas sociales, y el componente impositivo”, asegura.
Además, un ex integrante de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC), y permanente referencia para la industria molinera, aclara que “el precio de todas las commodities están en alza”. Pero confirma que “aunque el negocio del trigo es importantísimo en sí mismo, –una variación en su valor– no modifica sustantivamente los precios finales de los productos comestibles”.
Mientras que la medición realizada por FADA indica que alrededor del 60% del precio del pan lo conforma el eslabón correspondiente a las panaderías, y que, a su vez, el costo de sus salarios configura el 43% del total de los costos del sector, no cabe duda que los recientes aumentos paritarios que perciben los panaderos de la provincia de Buenos Aires como ejemplo, con dos ajustes salariales de 5% en enero y febrero, y $ 6.500 adicionales que percibirán en marzo, meten una tensión que ahora también se traslada a los precios.
Ni siquiera el mate parece salvarse
Agencias
Otro de los alimentos típicos de la mesa nacional, aunque haya sido reformulado su uso colectivo debido a la pandemia, es el mate. De todos modos, más allá de que se recomienda tomar mate individualmente en lugar de compartirlo en ronda por el covid, esta infusión retuvo el podio de ser la preferida por el paladar argentino por varias razones, pero también porque ayuda a estirar los horarios de las comidas.
La yerba mate vio recientemente una suba del 20% en su precio. Con este ajuste, su incremento interanual trepó alrededor de un 70%. Así y todo, el panorama en la evolución de su precio se presenta aún más sombrío para el 2022.
Los incendios que devoran los sembradíos de yerba mate correntinos ocasionarían unas pérdidas en el volumen de producción por arriba del 50%, y no tardarían mucho en impactar en los precios.
Como el proceso de la yerba se toma su tiempo, que la hoja verde transcurre por lo menos nueve meses de secadero previo a ser molinada, y que su cosecha no inicia hasta antes de abril, la escasez se sentirá hacia fines de este año.
Allí dará otro importante golpe al bolsillo de los consumidores, que se sumará a los ajustes que ya haya venido recibiendo a consecuencia de la inercia inflacionaria que no parece ceder este año de acuerdo con las consultoras.