La gran preocupación para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2015 no es sólo quién será el candidato presidencial del Frente Para la Victoria. La jefa de Estado tiene otra duda mucho más urgente, sobre todo porque define su propio futuro: ¿ser o no ser candidata?
En los discursos de los últimos tiempos, Cristina ha deslizado diversas ideas sobre qué podría hacer cuando ya no ocupe el Sillón de Rivadavia. Hace dos años, pensaba en dedicarse a la arquitectura, cuando planteó: "Amo construir, debo ser la reencarnación de un gran arquitecto egipcio". Meses después, antes de la designación de Francisco, propuso candidatearse como “papisa”.
En un plano más terrenal, en junio anunció que en 2015 quiere ser jueza, y aclaró: “Pero no jueza de la Corte, apenas de primera instancia o de un juzgado correccional, para que pueda tener una lapicera, un papel, una cautelar y firmar y (decir): 'qué me importa lo que vota la gente, qué me importa lo que votan los senadores, los diputados...". Un planteo que va en la línea discursiva de calificar de “caranchos” a los jueces que no fallan a favor de los deseos de la Casa Rosada. El problema con esta alternativa sería revivir la polémica por su título de abogada de la Universidad Nacional de La Plata.
Más allá de las bromas y chicanas, desde el kirchnerismo evaluaron la posibilidad de que la mandataria sea precandidata a gobernadora o senadora por la provincia de Buenos Aires, por la buena imagen positiva que posee en ese distrito. Pero ahora una nueva opción asoma en el horizonte: postularla como legisladora de Parlasur, el Parlamento del Mercosur.
La idea tiene grandes ventajas para Cristina. Por un lado, la elevaría de la discusión política nacional a un plano regional, que le resulta más atractivo. Algo como lo que representó Lula para Brasil en el gobierno de Dilma Rousseff, o como soñaba el propio Néstor Kirchner cuando la eligió como su sucesora.
No tendría que lidiar con los problemas de la gestión diaria en el Ejecutivo ni con las acusaciones de otros legisladores en el Congreso de la Nación. Pero sin dudas, la mayor ventaja es que el cargo traería el beneficio de los fueros, por lo cual la futura expresidenta no se vería obligada a responder a ningún magistrado que la cite en Argentina. Así, por ejemplo, se evitaría tener que dar explicaciones sobre las cuentas de Hotesur que investiga el juez federal Claudio Bonadio.
El oficialismo ya trabaja en el plan. A partir de mañana buscarán apurar el tratamiento de un proyecto de modificación del Código Electoral Nacional para elegir a los Parlamentarios del Mercosur en las elecciones generales. Es uno de las tantas leyes que quieren sacar “con fritas” durante diciembre, antes de que terminen las sesiones ordinarias.
El texto de la norma -presentado en noviembre por el diputado y apoderado del PJ, Jorge Landau- se debatirá en una reunión conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales, de Justicia y de Presupuesto y Hacienda, que están encabezadas por los kirchneristas Diana Conti, Graciela Giannettasio y Roberto Felleti, respectivamente.
La ley propone un sistema de elección mixto para elegir a los 43 diputados del Parlasur por la Argentina, de los cuales 24 se elegirían por cada una de las provincias y por la ciudad Autónoma de Buenos Aires y los 19 restantes se votarían por distrito único. La idea es que Cristina sea una de estos últimos, por lo cual aparecería en todas las boletas del oficialismo.
A favor y en contra. Como con todas las iniciativas del kirchnerismo, ya hubo voces que respaldaron y rechazaron el proyecto. "Me parece positivo para la Argentina y para la región que se pueda dar esa circunstancia", opinó Daniel Scioli. "La Presidenta no solamente tiene su liderazgo y su conducción política en nuestro país sino que también es una líder internacional", enfatizó el gobernador bonaerense. Suena lógico: el motonauta quiere ser el candidato presidencial del kirchnerismo; si gana, una Cristina lejos de la Casa Rosada no podría condicionar su gobernabilidad.
Sergio Massa, en cambio, pidió que "si van a meter mano en el sistema electoral que se animen y metan el voto electrónico, así terminamos con esto de pretender esconder en las sábanas a los que pretenden atarse a la estructuras para poder competir".
Por último Sergio Urribarri se distanció del gobernador bonaerense y pidió "dejen en paz a la Presidenta" en lugar de "buscarle un destino por los medios".