Luego de varias jornadas de intenso movimiento en los alrededores del Hotel Libertador, donde lleva adelante su agenda el presidente electo Javier Milei, ayer sábado hubo una calma acorde con el fin de semana y no se vieron asesores ingresando o saliendo al lugar. Solo las cámaras de televisión permanecían fijas frente a la puerta principal y a la espera de alguna noticia. En las afueras del lugar, turistas, curiosos y algunos con peticiones esperaban ver a Milei.
Del otro lado de las vallas que restringen el acceso al lugar, dos personas se detienen para hacer una selfie. Juan Martín pone cara de foto y muestra una caricatura que le acaban de hacer en la calle Florida. Es la copia de una selfie que se sacó con Milei. Cuenta que acompañó a su mamá hasta el lugar para dejar una carta de apoyo al presidente electo. La señora se retira con la esperanza de que llegue a destino.
“Viva la libertad carajo”, grita un automovilista que circula por la calle Córdoba. El vitoreo es aislado y no contagia porque no hay militantes a la vista, ni banderas, ni disfraces, ni cantos. Algo que llama la atención por las diferencias con el comportamiento de la militancia de otros partidos políticos y dado que el líder libertario está alojado en el piso 21 del edificio y hace una semana fue elegido presidente.
Sobre la vereda de la calle Maipú están estacionadas las motos blancas de la Policía Federal, que desde hace unos días custodian los movimientos del presidente electo. Una pareja de mendocinos se acerca al lugar y preguntan si va a salir Milei. Cuentan que lo votaron, que la inflación es el mayor problema y se quejan porque les quisieron cobrar mil pesos una botellita de agua en un quiosco de la zona.
"Viva la libertad carajo", grita un automovilista que detecta la incesante actividad
Sorprendida por las cámaras, una mujer que viajó de Bariloche para ver a la banda The Cure, sospecha que los músicos pueden estar alojados en el Hotel. Hace una mueca y sigue de largo cuando se entera que es Milei quien requiere la atención mediática.
Para Marcelo y Valentina la espera al rayo del sol es una responsabilidad colectiva. Representan a movimientos indígenas de ocho provincias y han venido desde Jujuy y Formosa a pedir por los pueblos originarios. “Hemos ayudado en esta campaña a Milei”, afirma. Cuenta que la decisión fue resuelta en asamblea. Esperan que el presidente electo los atienda y que no sea en vano el apoyo que le han dado en distintos puntos del país, “con fiscales y costeando los gastos de sus bolsillos”, aclara.
“Como hasta ahora nadie nos dio bolilla nosotros apoyamos a Milei. Sabemos de su forma de pensar, pero no perdemos las esperanzas en el gobierno nuevo”, dice Marcelo.
Valentina, representa a los pueblos de Laguna Llena, Tigre y Las Lomitas. Dice que ayuda a las comunidades con lo que puede. Es chamana, y cuenta que tiene un don que Dios le dio para curar, pero no quiere contar mucho, porque ese es su secreto. Afirma que puede reconocer a simple vista qué tipo de persona tiene delante y cuál es su problema. Ella está dispuesta a dar su servicio a Milei a quien recomienda que se tiene que tranquilizar, respirar hondo y probar el té de tilo, “pero la hierba natural, no sé si se consigue acá”, se pregunta y vuelve al lado de su compañero con la esperanza de tener a Milei delante suyo y decirle lo que le ha venido a decir.
