“El equipo del PRO los va a cuidar y los va a seguir cuidando”, frase de Mauricio Macri que resonó en el cierre de campaña porteño de esta semana. Palabras que evidencian el momento que atraviesa el PRO de declinación en la hegemonía electoral de la Ciudad de Buenos Aires, que supo mantener durante los últimos 18 años. El PRO fue una de las novedades políticas del primer cuarto de siglo en este país. Desde su aparición con una derrota en 2003 a obtener un triunfo en 2007, donde asumió la jefatura de gobierno, y luego la consagración con la presidencia de la nación en 2015. Un partido político de lo nuevo y el cambio, como lo habían auto definido sus estrategas iniciales como Jaime Durán Barba.
Con la figura como líder del hijo del reconocido empresario ítalo argentino Franco Macri, nació y creció en paralelo como un contraste al otro fenómeno político de la época, el kirchnerismo. El macrismo llega a la elección legislativa de este año con el desafío de no ser derrotado por primera vez en su historia porteña. Con la irrupción de Javier Milei con la Libertad Avanza disputándole en la Ciudad y las consecuencias internas tras la salida de referentes icónicos como Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. “Sé positivamente que la interna del 2023 fue muy dañina para nuestro espacio. Los dos candidatos se dejaron corromper por el ego y la ambición desmedida, pero los dos ya no están”, definió Macri a horas de la elección del domingo.
En 2003 el país debía dejar atrás las angustias de la crisis social, política y económica del 2001. Néstor Kirchner asumió la Presidencia de la Nación y dos años después se independiza del padrinazgo de Eduardo Duhalde. Empezaba a surgir lo que hoy conocemos como kirchnerismo. Al mismo tiempo, el reconocido presidente del Club Atlético Boca Juniors, Mauricio Macri, apoyado por los triunfos deportivos, incursiona en la política porteña y es derrotado en ballotage por Aníbal Ibarra. En las elecciones legislativas del 2005, Macri presentó el sello Propuesta Republicana. Nacía el PRO como una alianza electoral entre Compromiso para el Cambio, el Partido Federal y Recrear para el Crecimiento de Ricardo López Murphy. Macri ganó esa elección en la Ciudad y asumió como diputado nacional.

Dos años después, en 2007, Macri asumió como Jefe de Gobierno ininterrumpido por ocho años. Mientras tanto, el kirchnerismo se consolidó dentro del peronismo y terminó siendo una fuerza nacional con ambas elecciones presidenciales de Cristina Fernández. En 2010 falleció Kirchner, aún así el kirchnerismo gobernó hasta el 2015. Año en que el PRO, dentro del sello Cambiemos, consiguió llevar a la presidencia a Mauricio Macri. Simultáneamente ganaron la provincia de Buenos Aires con Maria Eugenia Vidal y retuvieron la ciudad con Horacio Rodriguez Larreta como jefe de gobierno. Ese año el PRO se coronó con las tres estrellas de la nación, provincia y ciudad. Sin embargo, estar en los más alto de ese podio le duró sólo cuatro años. En 2019 perdieron las elecciones nacionales y provinciales pero retuvieron su bastión porteño.
Pandemia por medio, la alianza de Cambiamos hizo honor al nombre y cambió de sello a Juntos. Obtuvieron la mayor cantidad de votos y se llevaron el triunfo legislativo en todo el país. De cara a la elección presidencial de 2023, la candidatura de Rodríguez Larreta era indiscutida hacía afuera del espacio, por dentro se estaba gestando otra opción con Patricia Bullrich que llevaría al PRO a una crisis interna con consecuencias visibles en este 2025. Rodríguez Larreta perdió la interna con Bullrich y ella salió tercera en la elección nacional. Javier Milei fue elegido presidente. El primo del líder, Jorge Macri, cambió de domicilio a la ciudad y pasó de ser intendente del conurbano a jefe de gobierno, al mismo tiempo que Rodriguez Larreta dió un portazo al partido. En la elección porteña actual terminaría jugando su suerte contra el mismo espacio que supo fundar.
Horacio Rodríguez Larreta y la factura contra Macri: "Volví y acá estamos"
De elección en elección, ese primer contraste político que nació post 2001 entre el macrismo y el kirchnerismo se fue convirtiendo en una polarización, una grieta, que fogoneada de ambos bandos logró atravesar a la opinión pública. Así como el 2005 consolidó al kirchnerismo en el poder, también marcó el nacimiento del PRO. El 2015 combinó la llegada de Macri a la presidencia y culminó la hegemonía kirchnerista en el poder. Dos recorridos con proyectos de país distinto pero que nacieron, crecieron y se desarrollaron uno con el otro, amarillos PRO y azules K uno frente al otro.
Hoy a esa relación binaria la cruza otra posible hegemonía de color violeta que crece y se construye a si misma desde arriba a abajo. Con Javier Milei a la cabeza, La Libertad Avanza busca consolidarse como partido nacional y sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires. No hubo acuerdo que evitara que el mileismo le dispute de cara a cara ese bastión histórico y fundante. Por eso es el mismo Mauricio Macri quien buscó resignificar lo que se juega: “El PRO está unido y de pie otra vez”.