"Sus médicos están preocupados. No la han visto bien", le dijo Nelson Castro a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la última emisión de su programa "El juego Limpio".
Para el médico y periodista, la mandataria padece "síndrome de Hubris". Definida como "la enfermedad del poder", genera que quien la sufre "piensa que sabe todo, que la realidad es la que ella cree que es, y no la que es, piensa que los otros no saben nada y, como tal, los desprecia".
¿Pero qué es exactamente el síndrome de Hubris? El hibris o hybris era un concepto del teatro griego antiguo que se podría traducir como "desmesura". Quienes lo padecían eran impulsivos, temerarios y orgullosos, a veces incluso se creían iguales o superiories a los dioses. Esta conducta llevaba a la "hamartía", un acto que usualmente terminaba en tragedia. La leyenda de Ícaro, quien murió por intentar volar como un pájaro, es tal vez, el ejemplo más claro de la Historia antigua.
En sociología y política, el concepto suele asociarse a los líderes que presentan síntomas de narcisismo y megalomanía. En su libro In Sicknees and in Power, el neurólogo David Owen sostiene que quienes lo sufren se creen "invencibles y ven enemigos por todas partes".
El síndrome, sin embargo, "no está dentro del manual psiquiátrico", explica el doctor Harry Campos Cervera, psiquiatra y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, aunque aclara que "eso no quiere decir que no pueda haber una patología".
"Es una mezcla de aspectos sociológicos y psicológicos", sostiene el médico, en diálogo con Perfil.com. "En términos criollos, el síndrome de Hubris es, en realidad, 'creérsela'", grafica.
"Cuando alguien asume un rol de gobernante, estamos asumiendo esa investidura, pero esa investidura no somos nosotros. Cuando por el uso del poder tenés gente que te alaba todo el día y que te cuenta las cosas de determinada manera, cualquier persona puede ir perdiendo conexión con la realidad o sentirse megalómano, o pensar que es enemigo cualquiera que se opone", detalla Campos Cervera.
El psiquiatra considera que el síndrome "no tiene nada que ver con una cosa discapacitante". "Es simplemente una distorsión de la realidad o la construcción de una realidad basada en la imagen narcisista de uno", detalla.
"Uno no tiene la culpa, tiene más que ver con el contexto de uno", sostiene Campos Cervera. "Como el 'Diario de Yrigoyen': te dicen que todo es una maravilla y te lo crées", concluye.