Están convencidos de que José López cayó en una trampa. No tienen dudas de que el ex secretario de Obras Públicas, ese hombre que los acompañó desde sus inicios en Santa Cruz, recibió un llamado de un hombre de confianza que activó un supuesto operativo de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) para agarrar a López con las manos en la masa. Así lo aseguraron a PERFIL dos fuentes con intenso contacto con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otra tercera vinculada a las fuerzas de seguridad.
Hasta aseguran saber quién es el supuesto traidor que llevó a Lopecito a movilizar sus “ahorros” clandestinos. Y es uno de los nombres menos esperados: José María Olazagasti, uno de los principales hombres de confianza de Julio De Vido. Fue secretario privado del ex ministro, “embajador paralelo” en Venezuela y uno de los hombres más sospechados por casos de corrupción.
Los hombres de la ex presidenta también aseguran saber la razón que habría llevado a Olazagasti a alertar a López: lo cambió por protección. ¿Con quién negoció? Con Gustavo Arribas, el señor 5 de Mauricio Macri, titular de la AFI. Dicen que no es intuición, es información. En la ex SIDE, donde el propio kirchnerismo puso a Olazagasti a operar tras la salida obligada de Jaime Stiuso, todavía quedan cables de conexión K. Los mismos que no olvidan que en 2003 Olazagasti fue el 47º candidato a legislador porteño en la lista de Mauricio Macri.
En el ámbito político, la asociación entre López y su vínculo con Olazagasti comenzó a extenderse desde las primeras horas en que se conoció el incidente del monasterio. Las alusiones a la verdadera mano derecha de Julio De Vido iban a la par de las dudas sobre el relato que indicaba que López estaba descontrolado y había arrojado bolsos cargados de dinero por encima de los muros. Una versión que la Policía Bonaerense se encargó de extender.
Por el contrario, el último video mostró que estaba muy sereno, comió scones de las monjas, se paseó tranquilamente durante largo rato y entró gran parte de los bolsos por la puerta. También expresan lo contrario las nuevas declaraciones de los propios policías, quienes afirmaron ante el juez que en realidad habían estado 40 minutos parados en la puerta para que le abrieran. En la Provincia había afirmado que lo encontraron en estado de “shock”. Se ve todo lo contrario.
La frialdad de López demuestra que la operación fue calculada. Buscaba poner a resguardo el dinero. Si no había medidas judiciales inminentes, la intención de López era esconder los millones de otra amenaza. ¿Descubrió que alguien pretendía robárselos?
Tanto en políticos que estuvieron cerca del ex funcionario como en sectores de las fuerzas de seguridad, la hipótesis coincidente es que López fue entregado. El Gobierno sacó indudable rédito político del incidente. La oportuna aparición semanal de videos con actos de corrupción, de todas formas, ya empieza a perder el efecto que tenía los primeros días. Si alguien entregó a López, la recompensa puede haber sido dinero o protección judicial.
En el Ministerio de Planificación, Olazagasti funcionaba como el intermediario frente a las diferencias entre el ministro y sus principales secretarios. Tuvo la habilidad de estar en muchas partes, pero firmar poco.
Después de Planificación, Olazagasti recaló en la Secretaría de Inteligencia. Allí accedió a información privilegiada de propios y ajenos, y buscó reemplazar a los operadores judiciales que habían sido separados por Cristina Kirchner en el último tramo de su mandato. Quienes lo conocen aseguran que su audacia no tiene límites.