El rol que durante años tuvo el auditor general Javier Fernández como operador judicial kirchnerista y con fuertes vínculos con la estructura de la Secretaría de Inteligencia ahora lo ostenta José María Olazagasti, mano derecha del ministro Julio De Vido y actual novato del espionaje en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Seguro de sí mismo, Olazagasti prometió en la Rosada que el juez Claudio Bonadio no someterá a Máximo Kirchner a una declaración indagatoria como imputado en la causa por lavado que involucra a la firma Hotesur. Según el, al menos así sería hasta después de las elecciones. Lo dijo hace una semana, en una de esas reuniones que mantiene con operadores judiciales y periodistas en un hotel céntrico.
Será por eso que los analistas de la AFI que observan el frente judicial expusieron en un reciente paper que creen que los integrantes de la Sala I no apartarán a Bonadio. El documento no habría caído bien a Carlos Zannini, quien no confía demasiado en las habilidades del alfil de De Vido.
Así, la “buena relación” que cultivó Olazagasti con algunos integrantes del Poder Judicial agitó la vieja interna que había sido olvidada en la Rosada, la de Zannini y De Vido.
