El CEO de la editorial PERFIL, Jorge Fontevecchia, y el editor jefe de Clarín, Julio Blanck, realizaron en el programa radial de Graciela Fernández Meijide un agudo análisis de la actualidad del país, del ciclo kirchnerista y de las similitudes entre los procesos democráticos en América del Sur.
En una amena charla, los periodistas también expresaron sus puntos de vista en torno a la incidencia del kirchnerismo en los Derechos Humanos y la relación entre Macri y Massa.
Jorge Fontevecchia: Yo veo dos Sudaméricas, la Atlántica y la Pacífica. La Pacífica con pueblos originarios, más pro-norteamericana, más conservadora. La del Atlántico es más europea, todos inmigrantes.
En la Sudamérica Atlántica, Argentina y Brasil repiten con sus diferencias ciclos políticos muy similares. Hubo dictaduras, llegada a la democracia con dos años de diferencia, los dos países con hiperinflaciones, los dos países bajaron la inflación a cero, los dos hicieron un plan de convertibilidad, los dos entraron en los 90' con privatizaciones, los dos entraron en el siglo 21 con el populismo con derechos universales, asistencialismo.
Ambos pudieron hacer planes de asistencialismo por resultados macro. Por ejemplo, el aumento del precio de la materia prima que le permitió a estos países tener recursos y la crisis en la que entra el populismo es que esa situación macro se modifica también a esos dos países. Entonces lo que veo hoy con Macri y con la salida de Dilma, es ¿si estamos frente al fin de los 70? En España hubo que esperar que toda una generación que participó de la guerra civil española se jubilase para que el tema de la guerra civil dejase de ser una grieta.
Es probable que estemos cerca en Argentina y en Brasil de que la generación del 70 ya no esté en el poder. Realmente estamos enfrentando la entrada al siglo 21. El Bicentenario marcó el comienzo de este nuevo siglo. Macri es la consecuencia de que se acabó la discusión sobre los 70.
Julio Blanck: Me parece de enorme valor la reflexión de Jorge sobre estos paralelos de Argentina y Brasil. Yo creo que hay algo en la Argentina que excede esta idea de los 70'. Nosotros tenemos ahora la oportunidad de hacer o encaminarnos, no sólo en estos cuatro años , de algo que en 200 años no hemos hecho, que es cumplir la ley. No es sólo por una responsabilidad formal, tiene que ser una demanda y una práctica social. No cumplir la ley y tener tolerancia a esto no ha hecho una sociedad que cíclicamente se asombra de las cosas que le pasan, como si no tuviese nada que ver.
La ley se cumple si no hay más remedio, y si puedo zafo. Y si no cumplo la ley, de algún modo me las arreglo para que no pase nada. El abuso que ahora se está por terminar de hacer evidente de los incumplimientos de la ley, que han sucedido en todos estos años y en particular éstos últimos años, nos da la oportunidad de permitirnos dejar de hacernos los distraídos.
El ciclo militar y el kirchnerista son incomparables, pero esta idea de que si tengo poder tengo impunidad, (como decía Yabrán) de que voy a estar en el poder para siempre y nadie me va a pedir cuentas por eso. Ese es el ser nacional y a esto nos ha llevado.
Blanck: La generación de Macri o Scioli que tienen 57 y 58 años no está tan vinculada con los derechos humanos pero no por su edad, porque no es que son tan jóvenes como María Eugenia Vidal, Massa o Urtubey. No es sólo la distancia sino la mirada distinta del país y de vivencias distintas. Me parece que hay una saturación del tema de los derechos humanos usados como manipulación política en estos años como gran viga central del relato. Uno empieza a descubrir que el relato era un sistema pensado desde el primer minuto para saquear al estado.
Fontevecchia: Es cierto que es kirchnerismo utilizó la memoria de los 70' y es cierto que había una matriz de corrupción, pero no pudo haber hecho eso si en la sociedad no había predisposición. Pero Néstor Kirchner pudo hacer eso en este contexto, no lo podría haber hecho hoy ni diez años antes. Tampoco uno podría decir que dentro de una persona todo es un sólo carácter malo. Hay bien y mal junto. Puede ser que el tema de los 70' haya sido una acción noble del kirchnerismo, terminar con los juicios que estaban inconclusos, independientemente de la corrupción.
Es indiscutible que los presidentes con lo que hay. En el hacer se hacen. Tengo la sospecha de que si Néstor Kirchner hubiera sido presidente en los 90 habría sido privatizador y si Menem hubiera sido presidente en el siglo 21 habría sido estatizante. No creo que esa sea la situación de Macri porque no es un profesional de la política. Creo que él es presidente porque el ciclo cambió. Él no hubiera podido ser otra cosa.
Blanck: Massa se constituye en un fiel de balanza pero con una autonomía muy recortada. Macri lo que tiene de distinto es que no hace alianzas al estilo clásico, no hace nada al estilo clásico. Entiende la política como una técnica y no como un arte. Va por un camino muy diferente. Él hizo una alianza con Massa que le permitió tener presupuesto a Vidal. Hizo acuerdos en el congreso cuando se votó la ley para salir del default. Macri no quiere atarse a pactos permanentes sobre todos los temas. Él va con alianzas puntuales.
Charlando con él, me decía que no va a ser un pizzero. Que no viene con la idea de repartir una porción para cada uno y que hagan lo que quiera. Después uno ve que si hay un poco de eso en el Gabinete, pero no tanto.
Macri buscó un acuerdo con los sindicalistas por la ley antidespidos pero no lo consiguió. Ahora lo que varios de los despedidos dicen también es que si piensan que la economía se va a reactivar en el último trimestre, con esta ley hay miedo de que las empresas vuelvan a contratar.
Fontevecchia: La única forma de que haya un acuerdo con Massa y Macri es que sean subordinados, que los absorba como partido político, que le reconozcan que él es el jefe.
Blanck: Macri creo que tampoco hizo alianza con Massa porque estaba todavía muy cerca de sus 10 años con el kirchnerismo.