uando el oficialismo parlamentario creía que tenía casi resuelta la negociación por el Presupuesto 2019, el miércoles por la mañana el presidente Mauricio Macri difundió un mensaje de un minuto y medio sobre un nuevo acuerdo con el FMI y marcó el retroceso de varios casilleros en la carrera hacia su aprobación. Ante ese escenario, en el oficialismo se preguntan cómo volverán a “vender” su proyecto a quienes ya pensaban convencidos.
Según comentaron fuentes parlamentarias a PERFIL, la estrategia consiste en hablar de un presupuesto “sin grandes cambios ni reformas, aunque sí con ajuste”, pero siempre con la excusa de que permite hacer “más eficiente la gestión” de provincias y municipios, por ejemplo.
En el texto que se presentará ante Diputados no se esperan iniciativas similares a la reforma previsional que se terminó votando sobre el final de 2018 ni otros cambios estructurales, advirtieron. Como yapa, piensan incluir recortes a las jubilaciones de privilegio para magistrados que cobran un plus por residir en zona patagónica, que en rigor son un gesto político más que económico.
Sin embargo, la suba del dólar de 31,40 a 37,40 entre el lunes y ayer, pasando por un pico de 39,60 en el mediodía del jueves, sumado a su impacto a mediano plazo en la inflación, hizo reconocer en el bloque Cambiemos que todo es incertidumbre. “Cómo se puede presupuestar sin conocer cifras básicas como el valor del dólar, la inflación o el avance de la deuda”, se preguntaban en el oficialismo, que tendrá dos intensas semanas hasta el 15 de septiembre, fecha prevista para la presentación formal.
La clave aquí será cómo reaccionan los mercados ante el viaje del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, a Washington para rediscutir el acuerdo con el FMI.En el Congreso, las principales espadas de la negociación son el presidente de Diputados, Emilio Monzó, y el jefe del bloque de PRO, Nicolás Massot, en tándem con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y su número dos, Sebastián García de Luca. En este diálogo que están estableciendo tanto con los gobernadores como con los referentes del peronismo no kirchnerista, el radicalismo y la Coalición Cívica casi no tienen participación. Más allá de un trámite parlamentario, se lo considera una herramienta fundamental para la gestión del gobierno nacional y no quieren sorpresas.
Ante empresarios e integrantes del denominado Círculo Rojo en el Council of The Americas, Frigerio celebró que “por primera vez en la historia de la Argentina hay una comprensión respecto de cuál es el origen de nuestros problemas económicos” y dio casi por hecha la aprobación del Presupuesto, al destacar que “por fin nos hemos puesto de acuerdo la mayoría de los dirigentes políticos de este país”. Así, el ministro encargado del vínculo con las provincias, que mantuvo esta semana un encuentro privado con Miguel Pichetto, buscó despejar la intranquilidad que se palpaba en el oficialismo sobre cuáles serán las cifras proyectadas para 2019 y si finalmente la oposición acompañará la iniciativa.
Tanto en 2016 como en 2017, el Congreso aprobó el Presupuesto en diciembre con la peculiaridad de que en la última edición, a menos de una semana de su sanción, se cambió la meta de inflación de 15 a 20%, lo que terminó de confirmar lo difícil que resulta pensar en Argentina en una economía de mediano plazo.