El contenido del discurso presidencial del 1° de marzo, día de apertura de las sesiones ordinarias, se volvió motivo de una interna en el gabinete de Mauricio Macri. En un rincón, con el asesor comunicacional Jaime Durán Barba como estandarte, algunos creen que Macri debería pasar por alto el famoso lastre sobre “la herencia recibida” del kirchnerismo. Según metaforizó Durán Barba, “un Presidente no debe dedicar ni un día a revolver en los basureros”.
El jefe de gabinete Marcos Peña también se inclina por esa teoría. “La gente no eligió a Macri para ver a quién le echa la culpa. Lo eligió para vivir mejor”, aseguró Durán Barna en una entrevista grabada en Canal Metro.
En el otro bando, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, opina exactamente lo contrario. “Lo que recibimos está en un estado calamitoso, quebrado desde el punto de vista fiscal y financiero, con uno de los déficit fiscales más importantes de la historia”, afirmó. A su vez, planteó que el 1° de marzo Macri “tiene un encuentro con la sociedad” donde “va a tener tiempo para explicar la situación que heredamos”.
Los aliados radicales del PRO coinciden con Frigerio, y así se lo hicieron saber en el reciente asado de contención que armó Macri en la Quinta de Olivos.
Sobre los detalles del discurso, sólo se sabe que hará anuncios sobre economía y seguridad. En contraste con los spechs maratónicos de Cristina Kirchner, el de Macri será más conciso: durará una hora aproximadamente, un poco más que el promedio de sus alocuciones.