El canciller Jorge Faurie habló sobre cómo lo afectaron los rumores que circulaban la semana pasada sobre su salida del Gobierno, ante los anuncios de los cambios en el Gabinete.
Mientras circulaban las versiones, el ministro de Relaciones Exteriores y Culto estaba de vacaciones en Portugal. En medio de la crisis, y mientras se desarrollaban las negociaciones en la Quinta de Olivos, el funcionario habló con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y se tomó el primer vuelo de regreso a la Argentina. Al ser consultado sobre si el pasado fin de semana fue uno de los peores al frente de su gestión, Faurie desestimó la situación.
"No...no. Primero porque tengo la suerte de tener amigos que me ayudan y me acompañan en lo que estoy haciendo, que es sumamente importante. Yo soy de un origen típico argentino. No vengo llamado para ser una figura de la nobleza francesa", aseguró el canciller en diálogo con PERFIL.
Respecto del impacto que tuvieron los rumores de su salida en su rol como canciller, el diplomático sostuvo que "la política tiene momentos poco simpáticos", pero agregó que es preciso abandonar "la política de los intereses sectoriales".
"La política tiene momentos poco simpáticos pero no es por ahí por donde hay que ir... Porque lo que uno quiere es que esto produzca resultados positivos para los argentinos. Si yo no soy el hombre, seguiré siendo Jorge Faurie, y voy a tener el afecto de los que me quieren.Tenemos que abandonar la política de los intereses sectoriales y de los quinchitos. Lo que hagamos tiene que beneficiarnos a todos, no a un grupo. Porque en esos pequeños kioscos, creamos el “costo argentino”. Hay que salir de eso", opinó.
Ante la consulta respecto de si considera que Alfonso Prat-Gay podría ser un nombre adecuado para sucederlo, el canciller consideró: "A Prat-Gay lo conocí como ministro de Economía y en esa condición lo traté durante el tiempo que estuvo en Francia. Es un dirigente destacado de la vida institucional y política argentina, es lo único que puedo decir".
Sin embargo, resaltó que nadie es imprescindible en su rol, y agregó: "Lo que es más importante es que los hombres que elige el Presidente no deben olvidarse que es al Presidente al que le dieron los millones de votos. Todos los demás, somos anecdóticos".