Los acuerdos firmados con Argentina para la exportación, la construcción de obras de infraestructura y la ampliación del swap de monedas con el país asiático son una muestra de ello. Sin embargo, esta presencia plantea desafíos que no tienen que ver con lo económico, sino también con la característica de este relacionamiento, que incluye otros aspectos como el político y el cultural.
Para los especialistas de la Fundación FREE y el Centro de Estudios, Formación y Análisis Social (CEFAS) de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, estos vínculos no se limitan a lo comercial. El gigante dormido despertó y China se está convirtiendo en “un modelo de referencia alternativo al mundo occidental”, plantearon profesionales de estas instituciones en la presentación del informe “La influencia de China en Iberoamérica”.
Ejemplo de esta mayor presencia es “la aparición de medios de comunicación chinos en lengua española”, comentó durante la conferencia Fernando Nistal González, secretario académico y responsable de formación y programas de CEU – CEFAS.
En el informe argumentan que el rápido crecimiento de la influencia china en Iberoamérica se explica por el distanciamiento de los Estados Unidos. “Tal vez un momento clave sea 2016”, agregó González. Ese año Donald Trump llegó “con una estrategia de cierto aislamiento de los Estados Unidos” que China supo aprovechar.
Actualmente el 74% de la soja, el 68% del cobre, el 43% de la carne, el 22% del hierro y el 10% del petróleo que el país asiático importa provienen de Iberoamérica. A la par de la relación comercial, la influencia financiera de China también creció: “se ha convertido en el mayor acreedor soberano de la región y la principal fuente de financiación para algunos gobiernos como Venezuela, Ecuador o Argentina”, señalan en el informe.
Según González, la mayor flexibilidad de China en cuanto a temas medioambientales, derechos humanos y cuestiones de seguridad “hace más fácil llegar a acuerdos” con este país.
El problema, aseguró Eduardo Puig De La Bellacasa, responsable del área internacional de CEU – CEFAS, es que “China no es transparente, no va a revelar los acuerdos a los que llega”. Además, afirmó el especialista, estos convenios son a largo plazo e implican una serie de tratados paralelos. Si un acuerdo se cae, se rompen todos los demás. Por eso, “para los países pequeños es difícil salirse de los acuerdos firmados con China”, lo que hace que “vean vulnerada su autonomía, y en muchos casos su soberanía”.
González agregó que existe un componente ideológico en las relaciones diplomáticas del gigante asiático: “cuando los gobiernos viran hacia la izquierda China los mira con buenos ojos”, sintetizó.