Anabel es hija del millonario y ya fallecido empresario polaco Manuel Sielecki, reconocido miembro de la comunidad judía y fundador de los laboratorios Phoenix hace más de sesenta años.
Manuel también era socio del prestigioso Jockey Club y participaba del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, lo que le dio la posibilidad de relacionarse con importantes personalidades del mundo. Además, fue el primer importador de penicilina y de la vacuna contra la poliomielitis. Luego de la muerte de su fundador, en 1998, los laboratorios Phoenix quedaron en manos de la esposa de Sielecki, Lili, y sus cuatro hijos: Anabel, Marcelo, Daniel y Carlos.
El año pasado, la familia los vendió a la empresa británica Glaxosmithkline (GSK), y si bien el monto no fue dado a conocer, la operación se estimó en el mercado en unos 250 millones de dólares, de los cuales a Anabel le habría tocado una parte proporcional. Tal como consta en la última declaración jurada del ex embajador en Estados Unidos, los bienes de su mujer estarían distribuidos además entre empresas, inmuebles y obras de arte.
Hoy en día, Sielecki tiene acciones en tres emprendimientos de distintos rubros: 29% en AREIC S.R.L., una empresa constructora; la mitad de Beaulieu S.A., una firma vitivinícola radicada en Mendoza; y 1% en la empresa de servicios Southwater S.A.
Pese a que su familia no se dedicó nunca a la vitivinicultura, Anabel compró un pequeño viñedo en Luján de Cuyo, Mendoza. Allí se asoció al enólogo Roberto de la Mota y fundó Mendel, una bodega boutique, cuyas producciones, aproximadamente siete mil cajas de tres vinos diferentes, son reconocidas por especialistas de todo el mundo. Timerman lo disfruta.
(*) De la redacción del Diario Libre.