POLITICA
ESPIONAJE EN EL ESTADO

Los nuevos jefes de la ex SIDE asumen con causas y polémica

Macri eligió un doble comando: un sospechado representante de jugadores y una ex menemista denunciada por delitos contra la administración pública.

Gustavo Arribas / Silvia Majdalani.
| Cedoc

El próximo jefe de la AFI cumple el único requisito que Mauricio Macri considera indispensable: la confianza ganada a lo largo de los años de amistad. Así, la experiencia, el prestigio y la vocación, o por el contrario los antecedentes que vinculan a Gustavo Arribas con el supuesto lavado de dinero, son atributos secundarios ante los ojos del futuro presidente. Lo mismo sucede con la número dos del organismo de inteligencia, Silvia Majdalani.

Esa intimidad entre Macri y Arribas –construida a partir de los negocios de compra y venta de jugadores en Boca, de las charlas varoniles, de los partidos de fútbol y pádel en la enorme quinta macrista de Los Abrojos– es el principal valor por el que apuesta el presidente electo para gobernar –o intentarlo, al menos– a los servicios de inteligencia.

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Millonario y bonvivant, a sus 57 años Arribas es la cara visible de un grupo dedicado a la compra de jugadores. Fue dueño de la empresa HAZ, por las iniciales de Fernando Hidalgo (ex socio de Gustavo Mascardi), Arribas y el israelí Pinhas Zahavi, desde la que cerró acuerdos con inversores rusos.

Con Macri en la presidencia de Boca, Arribas fue intermediario en el cuestionado pase de Carlos Tevez al Corinthians en 2005. Tras declaraciones contradictorias sobre cuál había sido el monto real de la venta, la Unidad de Información Financiera (UIF) quiso determinar si hubo evasión o lavado de dinero y las sospechas del organismo apuntaban a posibles maniobras financieras de la mafia rusa.

Alicia López, ex titular del organismo anti- lavado, investigó a Arribas

“Percibimos una triangulación y dos versiones distintas sobre la transferencia. Pero yo al poco tiempo renuncié y lo cierto es que son delitos difíciles de probar”, recuerda la entonces titular del organismo anti-lavado, Alicia López.

La segunda de la Agencia Federal de Inteligencia será la diputada Silvia Cristina Majdalani, quien compensará el desconocimiento absoluto de Arribas sobre el mundo de la ex SIDE. Más que especialización, la ex menemista Majdalani, alias La Turca, tiene familiaridad directa con un sector de la vieja guardia de espías echados. En particular, con el ex número dos de la ex SIDE, Francisco “Paco” Larcher, ascendido por Néstor Kirchner, pero corrido por Cristina hace poco más de un año por supuesta traición.

Majdalani y su esposo, el martillero Jorge Norberto Olivero (preso por estafa y salvado por un indulto personalizado de Carlos Menem), son amigos íntimos de Larcher: sus hijos fueron compañeros de colegio y ambos matrimonios compartieron recientemente vacaciones en Punta del Este y Bariloche.

En los 90, fueron menemistas de punta a punta. Desde principios de los 90 hasta bien entrados los 2000. En las buenas y en las malas, a pesar del incluyeron descrédito social y  la prisión domiciliaria.  

Bajo el paraguas político de los 90, La Turca y su esposo ocuparon cargos y realizaron negocios, que en algunos casos se transformaron en causas judiciales que los persiguieron por varios años. Majdalani, de todas formas, aseguró que fue sobreseída en cada una de las denuncias en su contra. Padres de tres hijos, el matrimonio fue socio en algunos emprendimientos, como la empresa agropecuaria Ocean Park SA y la hotelera Ocean Park SA. A la fecha, Olivero figura como titular de una empresa constructora llamada Jorge Olivero Viviendas.

La estrategia del combo. Así, Macri buscará manejar la AFI mediante un combo de confianza y lealtad probada (Arribas) y una expertise que roza la promesa del autogobierno (Majdalani). ¿Roles contradictorios para el dúo que liderará la AFI? Se verá con el tiempo.

Porque si bien el discurso macrista promete depuración y punto final para el uso político de la inteligencia (carpetazos, aprietes y negocios paralelos del largo brazo de los servicios), la designación de Majdalani encierra un guiño para la posible vuelta del stato-quo a la ex SIDE. Una situación que el autoexiliado ex jefe de los espías, Jaime Stiuso, había consolidado a lo largo de más de 30 años en “La Casa”, y que voló por los aires tras su expulsión en diciembre de 2014 y la muerte del fiscal Alberto Nisman.

Ex director de Contrainteligencia, Stiuso entró a las SIDE en 1972 y se mantuvo omnipresente hasta fines de 2014, cuando se terminó de un golpe el paraguas político que le había facilitado el kirchnerismo. ¿Volverá desde su auto-exilio en Estados Unidos después del 10 de diciembre para recuperar el poder perdido? Su fama y su mito sugieren que al menos lo intentará. Eso es lo que especulan por lo bajo el grupo de jueces y fiscales que le respondieron -por lealtad o extorsión- durante la era K.

Majdalani y su esposo son amigos del ex jefe de la SIDE Paco Larcher

El carácter de outsider de Arribas en el mundo de la inteligencia de Estado, el pasado ultramenemista de Majdalani (fue fiadora de Carlos Menem cuando estuvo preso por sus cuentas en Suiza) y la relación turbulenta que La Turca y su esposo mantienen con la Justicia (acumularon varias denuncias, y él una condena firme) son costos que, por ahora, Macri está dispuesto a pagar.

Como antecedente pesimista para los próximos jefes de la AFI, los primeros nombres elegidos para ese puesto por Raúl Alfonsín (Roberto Peña), Carlos Menem (Juan Bautista Yofre) y Néstor Kirchner (Sergio Acevedo) duraron poco en su puesto.

Arribas y Majdalani conducirán un sector que cobró visibilidad en el último años y se volvió un hormiguero desde unos meses antes de la muerte de Nisman. Un hormiguero al que se le agregó el paquete de 120 militantes camporistas (o afines) que se sumaron a la nueva AFI en los últimos meses.