Los hermanos Pablo y Sergio Schoklender ganaron tiempo. Ahora que la Justicia decidió apartar al juez Norberto Oyarbide de la causa por los fondos de Madres de Plaza de Mayo y anular su procesamiento, todo vuelve a foja cero y queda en manos del juez Marcelo Martínez de Giorgi.
Hasta este momento los Schoklender estaban libres a la espera de la confirmación o nulidad de su procesamiento. Desde el inicio de la causa estuvieron presos dos veces. Oyarbide también había procesado a más de 60 imputados. La última vez que Sergio se sentó frente al juez más cuestionado del kirchnerismo fue durante el careo con la exministra de Economía, Felisa Miceli. “Era la directora financiera de las Madres y le informaba a Parrilli (el secretario general de la Presidencia) sobre el funcionamiento de la entidad”, le dijo a Oyarbide.
Eduardo Fachal, abogado de la fundación Madres de Plaza de Mayo, señaló el lunes que aguardaban "un pronunciamiento importante" de la Justicia y que mantenían "las expectativas lógicas", al tiempo que manifestó "tranquilidad" por parte de la querella que él encabeza. En ese marco, consideró que "hay suficiente prueba colectada como para mantener el procesamiento que se dictó en primera instancia".
Oyarbide había procesado a los hermanos Schoklender y al contador Alejandro Gotkin por los delitos de "defraudación al Estado, asociación ilícita y lavado de dinero" por desviar fondos que el Estado le daba a las Madres para construir viviendas sociales, en el marco del programa "Sueños Compartidos".
Se sospecha que a través de la constructora Meldorek se desviaron parte de los 1126 millones de pesos que el Estado le giró a la fundación, entre 2009 y 2011, para la construcción de viviendas sociales.
Oyarbide procesó también a otros implicados así como dispuso sobreseimientos y faltas de mérito. Entre esos beneficiados estuvo Alejandra Bonafini, la hija de la titular de Madres Hebe de Bonafini, quien había sido sospechada de integrar una asociación ilícita.
